El gobierno federal levantó la prohibición que impedía los trasplantes de riñón e hígado entre personas con VIH, en un intento por ofrecerles mayores posibilidades de acceder a estos procedimientos.
Antes de 2013, el trasplante de órganos de personas con infección del virus de la inmunodeficiencia human (VIH) estaba prohibido en Estados Unidos. La ley HIV Organ Policy Equity (HOPE), promulgada en 2013 y que se encuentra en vigor desde 2015, eliminó esta prohibición, permitiendo el trasplante de órganos de personas positivas al VIH a otras personas seropositivas. Sin embargo, estos procedimientos solo se permitían como parte de estudios de investigación.
El 26 de noviembre, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) anunció una norma final que elimina el requisito de investigación clínica, lo que significa que las personas positivas al VIH ahora podrán recibir donaciones de riñón e hígado de otras personas seropositivas sin formar parte de un estudio de investigación.
Anteriormente, los trasplantes requerían la aprobación de una junta de revisión institucional. Este requisito también quedó abolido con la norma final.
Esta nueva normativa «elimina barreras innecesarias a los trasplantes de riñón e hígado, ampliando la reserva de donantes de órganos y mejorando los resultados para los receptores de trasplantes con VIH», dijo el secretario del HHS, Xavier Becerra, en una declaración.
«Nosotros seguimos haciendo todo lo que está en nuestra mano para aumentar el acceso a órganos que salvan vidas, a la vez que abordamos las desigualdades sanitarias a las que se enfrentan las personas con VIH», indicó Becerra.
El HHS informó que la última decisión fue tomada después de considerar un «gran cuerpo de evidencia», incluyendo hallazgos recientes de un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) que muestran que los trasplantes de riñón entre donantes con VIH y receptores con VIH no eran peores o inferiores a los trasplantes entre donantes sin VIH y receptores con VIH.
La nueva norma entró en vigor el 27 de noviembre.
Los NIH también están pidiendo comentarios del público sobre la posibilidad de eliminar los requisitos de los estudios de investigación en virtud de la Ley HOPE para el trasplante de otros órganos como pulmones, páncreas y corazón.
Las personas con VIH viven cada vez más años, lo que se traduce en un mayor número de casos de enfermedades terminales que afectan a órganos como el riñón, el corazón y el hígado, según el sitio web HIV.org del HHS. Como consecuencia, existe una gran demanda de trasplantes de estos órganos, pero escasean los donantes.
La nueva norma intenta afrontar el problema de la escasez. Desde la aplicación de la Ley HOPE, se calcula que se han trasplantado más de 440 órganos de donantes con VIH a receptores con VIH.
Seguridad de los trasplantes y prevalencia del VIH
Un estudio reciente realizado por investigadores de NYU Langone Health demostró que los trasplantes de riñón entre personas infectadas por el VIH eran «seguros y eficaces», según una declaración del 17 de octubre.
Los investigadores descubrieron que las tasas de sobrevivencia entre los receptores de trasplantes eran las mismas tanto si recibían órganos de un donante con VIH como de uno sin VIH. Las tasas de sobrevivencia se comprobaron entre uno y tres años después de la intervención. El riesgo de efectos secundarios, como infecciones u órganos rechazados, era el mismo.
«Estos hallazgos ofrecen esperanza a miles de personas con VIH en Estados Unidos y en todo el mundo que necesitan un trasplante de riñón, y a muchas más personas en las que la infección por VIH y las enfermedades renales son más comunes», declaró Dorry L. Segev, investigador principal del estudio y cirujano de trasplantes.
Según NYU Langone Health, casi 90,000 estadounidenses están a la espera de un trasplante de riñón, y las personas con VIH tienen más del doble de probabilidades de morir mientras esperan la intervención.
Un reciente informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), indica que las cifras del VIH han descendido en todo el mundo.
El año pasado murieron 630,000 personas en todo el mundo por causas relacionadas con el SIDA. Esta cifra supone un descenso del 69% respecto a 2004, cuando las muertes alcanzaron un máximo de 2.1 millones, dice el documento.
«Menos personas contrajeron el VIH en 2023 que en cualquier otro momento desde finales de los años ochenta. Casi 31 millones de personas recibían terapia antirretrovírica vital en 2023, un éxito de salud pública que ha reducido el número de muertes relacionadas con el SIDA a su nivel más bajo desde el pico de 2004», señala el informe.
En Estados Unidos, más de 38,000 personas fueron diagnosticadas de VIH en 2022, de acuerdo a datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Casi el 80% eran hombres, y los homosexuales y bisexuales constituían la mayoría de los casos.
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