Análisis de noticias
Hasta ahora, el presidente Joe Biden mantiene la mayoría de las políticas sobre China de la era Trump, incluidos los aranceles.
En su primera conversación extensa con el líder chino Xi Jinping, Biden dijo: «Mantendremos una fuerte presencia militar en el Indo-Pacífico al igual que lo hacemos con la OTAN en Europa, no para iniciar un conflicto sino para prevenirlo [y] Estados Unidos no se apartará de nuestro compromiso con los derechos humanos y las libertades fundamentales y con nuestras alianzas».
En una conferencia de prensa, Biden también dijo que una China en ascenso es la principal amenaza para Estados Unidos. Al igual que su política militar y su postura general sobre China son un eco de la era Trump, también lo es su posición sobre el comercio. Hasta ahora, la administración no ha anunciado ningún cambio fundamental en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, ni siquiera una eliminación de los aranceles.
Según la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, Estados Unidos mantiene gran parte de los aranceles de Trump, mientras mantiene todas las opciones abiertas para la política futura. Mientras tanto, la administración pide a China que entable conversaciones y que deje de utilizar el dinero del Estado para subvencionar industrias como la de los semiconductores o la del acero, entre otras. En línea con Tai, la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, declaró a NPR que «los chinos tienen que jugar según las reglas» y que Estados Unidos tiene que «mantenerlos contra las cuerdas».
Tai pretende reunirse con el viceprimer ministro chino, Liu He, para discutir el incumplimiento por parte de China de los términos de la fase 1 del acuerdo comercial. Manifestando una postura dura, Tai dijo a los medios de comunicación que hay que proteger a Estados Unidos de los daños causados por años de «competencia desleal». El Partido Comunista Chino (PCCh) no cumplió en un 40% con las compras de productos estadounidenses acordadas. Al mismo tiempo, el PCCh sigue restringiendo el acceso de los estadounidenses a muchos sectores empresariales chinos, al mismo tiempo que proporciona a sus empresas protección gubernamental, préstamos blandos y subvenciones.
Entre las muchas herramientas del arsenal de la Administración Biden está la cooperación con otras naciones. La formación de bloques comerciales y alianzas, similares a la estrategia militar estadounidense diseñada para frenar al régimen chino, sería una buena oportunidad para que Estados Unidos reforzara su relación con aliados de todo el mundo. Esto quedó patente durante la cumbre del G-7, cuando Biden recomendó a Europa que adoptara una postura más firme respecto al comercio con China, exigiendo a Beijing que se abstuviera de aplicar «prácticas económicas que no son propias al mercado».
Los aranceles son otra herramienta. Aunque muchos economistas estadounidenses denuncian los aranceles, pocos, o ninguno, han presentado una alternativa viable. Algunos se quejan de que los consumidores estadounidenses se llevan la peor parte de los aranceles en forma de precios más altos. Otros señalan que los altos precios de los bienes de consumo son intrascendentes en comparación con los verdaderos problemas, a saber, la seguridad nacional, la seguridad económica y la estabilidad de la cadena de suministro —cuestiones que tanto la Administración de Trump como la de Biden trataron de abordar a través de una serie de iniciativas, incluidas las negociaciones y los aranceles.
Aunque la Administración Biden está estudiando la posibilidad de reducir los aranceles para ciertos productos, esto no significa una suavización de su postura general sobre China. Actualmente, la Oficina de la Representante Comercial de EE. UU. (USTR) está estudiando la posibilidad de iniciar una investigación según la Sección 301, en virtud de la Ley de Comercio de 1974 (19 U.S.C. 2411). La USTR tiene la responsabilidad y la autoridad de investigar cuando sospecha que se han infringido los intereses comerciales de Estados Unidos. La USTR también tiene la facultad de tomar medidas para hacer cumplir los acuerdos comerciales. Esta nueva investigación sobre las subvenciones podría dar lugar a más aranceles.
Otra de las políticas de la era Trump que la Administración Biden ha mantenido son las restricciones, que impiden a las empresas chinas acceder a la tecnología estadounidense. Además, la lista de funcionarios chinos sancionados por su papel en el proceso que ha llevado a Hong Kong a perder su libertad también ha ido creciendo.
Un aspecto en el que las dos administraciones difieren es que la Administración Biden ha hecho hincapié en otros objetivos, como el clima. Beijing ha utilizado esto como herramienta de negociación, señalando que solo cooperará con Washington en cuestiones climáticas si Estados Unidos levanta sus aranceles. Hasta ahora, parece que China no está avanzando hacia el cumplimiento de sus objetivos de emisiones de carbono para 2030. De hecho, en 2020, el PCCh encargó 38 gigavatios de nueva energía de carbón, lo que equivale a toda la capacidad de Alemania. Con la economía china en una espiral descendente, parece poco probable que Beijing vaya a recortar la energía que necesita para sus fábricas o a frenar las cuestionables políticas comerciales que necesita para seguir siendo competitiva.
Por supuesto, el levantamiento de los aranceles depende de que China cambie su política comercial. Tai dijo que cree que China podría no cambiar. El PCCh incluso ha puesto en marcha una política de compras «Buy China«, que se espera que canalice 1500 millones de dólares en subvenciones a sectores seleccionados durante los próximos cinco años.
Los grupos comerciales estadounidenses apoyan las políticas que reprimen al régimen chino, pero han sido críticos con las políticas de la Administración Biden, afirmando correctamente que, aparte de mantener las políticas de la era Trump, la nueva administración ha sido extremadamente vaga sobre lo que realmente pretende hacer o cómo, exactamente, planea hacer que China comercie de forma justa.
Por el momento, sin embargo, el tono general de la política comercial parece ser similar al de la Administración Trump, es decir, que el régimen chino ha estado haciendo trampa en el comercio durante décadas y Estados Unidos no lo tolerará más.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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