En noviembre, los estadounidenses tradicionalmente recurren al pavo, el relleno y la salsa, el pastel de calabaza e incluso la sopa de calabaza moscada para satisfacer sus antojos de temporada. En el pasado, muchos colonos estadounidenses en invierno se dirigían, entre otras cosas, a los castores por sus pieles cálidas y gruesas.
Los castores también hacen sus propias preparaciones en noviembre. A medida que se instala la escarcha y las hojas se tornan amarillas, se secan y caen, los castores tallan la madera y preparan sus diques para los meses fríos. Históricamente, fueron cazados, y todo su trabajo fue en vano.
Los colonos americanos y las tribus nativas americanas nombraron adecuadamente la luna llena de noviembre en honor a este roedor laborioso. Al observar los hábitos estacionales de los castores, bautizaron al mes lunar de noviembre como «Luna del Castor».
Este año, la Luna llena del Castor caerá el 15 de noviembre, y aparecerá más grande de lo habitual. A medida que la Luna alcance su punto más cercano a la Tierra, llamado perigeo, podría parecer hasta un 7 por ciento más grande de lo normal. Este fenómeno dio origen al término «superluna». La Luna llena del Castor de este año será la cuarta y última superluna de 2024.
El 15 de noviembre, observe la Luna del Castor elevarse en el este justo antes del atardecer. Minutos después de salir, la Luna llena alcanzará su máxima iluminación a las 4:29 p.m. EST.
Notará que las noches llegan antes y se hacen más largas a medida que se acerca el invierno. El 14 y el 16 de noviembre tienen para usted un espectáculo lunar similar, aunque la Luna no estará técnicamente llena.
Los ciclos lunares mensuales tienen nombres tradicionales que provienen de culturas coloniales, nativas americanas y europeas. La Luna llena de noviembre también tiene muchos otros nombres tradicionales además de Luna del Castor, que hacen alusión a la estación. Estos suelen hacer referencia a animales, al clima frío o a las actividades humanas a fines de otoño.
Según el Almanaque del Viejo Granjero, las tribus Tlingit llamaban a esta Luna la «Luna de Excavación o Rascado, evocando escenas de animales buscando nueces caídas o brotes verdes, o quizás excavando sus madrigueras para la hibernación. Las tribus Dakota y Lakota la llamaban la Luna de la Pareja de Ciervos, ya que noviembre es el momento en que los ciervos se aparean; mientras que los algonquinos la denominaban la Luna del Pescado Blanco, porque es cuando los peces blancos desovan.
Denotando el aire gélido, los pueblos Cree y Assiniboine la llaman la Luna de la Escarcha, mientras que la tribu Anishinaabe la llama la Luna de Congelación.
A medida que noviembre nos acerca al día más corto del año, el solsticio de invierno, un nombre de Luna derivado de la astronomía a veces desplaza todos los títulos tradicionales anteriores. La tradición celta denominaba a la Luna llena más cercana al solsticio como la Luna de las Profundidades Oscuras o la Luna de Luto. Esto suele ocurrir en diciembre, pero la Luna llena de noviembre ocasionalmente cumple con este criterio en raras ocasiones cuando está más cerca del solsticio.
Una distinción especial que tiene la Luna del castor sobre estas denominaciones celtas es que la primera denota todo el mes lunar, mientras que las últimas se refieren solo a la Luna llena.
Días antes de Acción de Gracias, deje de pensar en la temperatura del horno y en los tiempos de cocción por libra de pavo, y tómese un momento para contemplar al castor. Dé un paseo relajante hasta su tienda local o Aldi para comprar pan rallado o romero. Respire el aire de la tarde alrededor del atardecer y mire hacia el este en dirección a la Luna del Castor. Mientras imagina las penurias invernales de nuestros ancestros que ya no están, tómese un momento para dar las gracias.
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