Los niños no acompañados que cruzaron solos la frontera de Estados Unidos y fueron acogidos temporalmente en una base militar de Texas el año pasado sufrieron angustia, ansiedad y ataques de pánico sin recibir servicios de calidad que dieran prioridad a su seguridad y bienestar, según muestra un informe de vigilancia de septiembre.
En el informe de 58 páginas (pdf) publicado la semana pasada por la oficina del inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), los investigadores descubrieron que algunos jóvenes inmigrantes ilegales en el refugio de emergencia dentro de Fort Bliss tuvieron que esperar semanas antes de escuchar las actualizaciones de los administradores de casos debido a la gran cantidad de casos, la escasez de trabajadores relacionada con el COVID-19 y la falta de formación del personal.
Esta falta de comunicación contribuyó a lo que otro entrevistado denominó «una sensación generalizada de desesperación» entre los niños del centro, que, según se informa, experimentaban angustia, ansiedad y, en algunos casos, ataques de pánico», señala el informe.
El centro de emergencia de Fort Bliss se abrió por primera vez en marzo de 2021 para cumplir con las normas básicas de atención a los niños no acompañados a corto plazo, ya que el país experimentó un enorme aumento de inmigrantes ilegales desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
El número de menores que llegaron a la frontera sur sin un padre o tutor legal y que fueron remitidos al cuidado del HHS, subió vertiginosamente de menos de 2000 en octubre de 2020 a más de 20,000 en abril de 2021.
Casi a finales de mayo, 700 niños en la base militar no habían sido vistos por un gestor de casos durante aproximadamente 60 días, según un miembro del equipo de gestión de casos. Del mismo modo, un trabajador de atención a los jóvenes recordó haber recopilado una lista de casi 100 niños que llevaban más de 30 días en el centro sin comunicación frecuente con el personal de gestión de casos, mientras que muchos no habían sido contactados después de su entrevista inicial de admisión.
La investigación incluyó análisis de documentos, una visita al lugar en junio pasado y entrevistas con 66 miembros del personal de Fort Bliss entre el 11 de junio y el 17 de diciembre de 2021.
«Los entrevistados compartieron los temores de los niños de ser olvidados por el personal de gestión de casos, lo que llevó a la incertidumbre sobre cuándo serían liberados de la instalación y reunidos con su familia u otros patrocinadores», encontró la Oficina del Inspector General.
Otro miembro del personal dijo a los investigadores que una niña empezó a golpearse y a cortarse delante de un grupo de niños después de enterarse de que su madre aún no había sido contactada por un gestor de casos como parte del proceso de selección de patrocinadores.
Un funcionario del HHS, que habló bajo condición de anonimato, dijo a Reuters que las condiciones en Fort Bliss ahora son «la noche y el día» en comparación con entonces. Actualmente hay 589 niños en la base, dijo el funcionario, y los niños permanecen, en promedio, durante 13 días antes de ser entregados a los padres u otros patrocinadores.
El año pasado, el HHS recurrió a la apertura de un total de 14 lugares de acogida temporal de emergencia, incluidas bases militares como Fort Bliss, en un intento de alojarlos antes de colocarlos con patrocinadores en todo el país.
Sin embargo, los niños enviados a estos centros temporales sin licencia describieron el hacinamiento, la comida en mal estado, la falta de ropa limpia y la depresión, según los testimonios de los niños presentados en los tribunales en junio de 2021.
El HHS cerró 12 de los 14 centros en enero de 2022, y convirtió los dos restantes, incluyendo el de Fort Bliss y el de Pecos, en centros de atención de afluencia en mayo y junio de 2022, respectivamente, lo que significa que ambos deben cumplir con las normas mínimas de atención de los centros con licencia ahora.
Represalias
El informe también señaló que el año pasado, los trabajadores del gobierno temían posibles represalias por plantear preocupaciones sobre el trato a los jóvenes en la base militar, una acusación negada por el funcionario no identificado del HHS, quien dijo que la agencia no tomaría represalias contra alguien por plantear preocupaciones por el bienestar infantil.
Dos empleados del gobierno estadounidense, según el informe, dijeron haber sufrido represalias después de haber alertado sobre las condiciones en Fort Bliss. Los presuntos actos de represalia, que incluyeron el descenso de categoría y la eliminación de las asignaciones, pueden haber causado el «desaliento de los denunciantes», dijo la oficina del inspector general, «asustando efectivamente al personal para que no presente ninguna queja o informe de irregularidades».
Un miembro del personal fue presuntamente degradado y trasladado después de plantear su preocupación por el trato a los niños en la base y la eliminación de ciertos controles de seguridad en el programa de entrega de niños a los patrocinadores.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con el HHS para obtener comentarios.
Con información de Reuters.
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