El río de la conciencia: Una exploración a través del tiempo y el espacio

Si nuestra conciencia no se desvanece con la muerte, ¿adónde va? Los recuerdos de los niños aportan las piezas que faltan en este rompecabezas

Por Yuhong Dong M.D. y Ph.D., Makai Allbert
23 de noviembre de 2024 3:28 PM Actualizado: 23 de noviembre de 2024 3:32 PM

Esta es la tercera parte de «¿De dónde viene la conciencia

  • Parte 1: ¿Puede existir conciencia sin cerebro? 
  • Parte 2: Si la conciencia no se va a la tumba, ¿A dónde va entonces?

Esta serie se adentra en las investigaciones de médicos de renombre para explorar cuestiones profundas sobre la conciencia, la existencia y lo que puede haber más allá.

El 11 de octubre de 2002, en Lafayette, Luisiana, Bruce Leininger se encontraba limpiando su jardín tras el paso del huracán Lili. Se tomó un momento para descansar, se sentó con su hijo James, de cuatro años y lo acunó en su regazo. Abrazándolo, Bruce le dijo a James: «Eres un buen hijo».

James miró a su padre y contestó: «Por eso los elegí a ustedes. Sabía que serían buenos padres».

Esto puede sonar como las cavilaciones de un niño, pero el resto de la conversación dejó perplejo a Bruce.

— «¿Dónde nos encontraste?» — preguntó Bruce — «En un gran hotel rosa en Hawai» — respondió James.

— «¿Qué estábamos haciendo cuando nos encontraste?» — preguntó Bruce.

— «Estaban cenando en la playa por la noche» — dijo James con total naturalidad.

Bruce y su esposa, Andrea, estaban asombrados. Entre finales de mayo y principios de junio de 1997, celebraron su quinto aniversario de boda en el Royal Hawaiian, un hotel de color rosa coral de Honolulú. Allí, efectivamente, disfrutaron de una cena nocturna en la playa.

El Royal Hawaiian Hotel, un lujoso hotel frente al mar en Honolulu, en la isla de Oahu, Hawai. (Fuente: Frank Schulenburg, CC BY-SA 4.0)

Se trataba de una experiencia personal, de la que nunca habían hablado frente de James. Además, el viaje tuvo lugar cuatro o cinco semanas antes que Andrea quedara embarazada. Era imposible que James conociera esos detalles íntimos.

Estas charlas quedaron almacenadas en «La conciencia sobrevive a la muerte física», un artículo premiado que se presentó al Instituto Bigelow, patrocinado por Bigelow Aerospace y propiedad de Robert Bigelow.

Los recuerdos de James no terminaron con la elección de sus padres. Es uno de los muchos niños con recuerdos más allá de esta vida. Numerosas investigaciones sugieren que la conciencia transporta recuerdos de una vida a otra.

Un piloto de la Segunda Guerra Mundial

Desde que nació, James sintió una inusual fascinación por los aviones.

A los dos años empezó a tener pesadillas en las que se describía a sí mismo como un piloto estadounidense cuyo avión había sido derribado por los japoneses.

James dio detalles que incluían el nombre del portaaviones, el nombre del amigo que iba con él en el barco y el lugar y los detalles concretos del accidente. Los detalles correspondían a la muerte del piloto de la Segunda Guerra Mundial James McCready Huston Jr.

Además, James conocía detalles específicos e históricamente precisos que ni sus padres ni el público en general habrían conocido. A la edad de dos años, identificó el nombre del barco, el USS Natoma Bay, desde el que voló el avión de Huston, así como a un compañero piloto, Jack Larsen.

La familia de Huston también verificó las declaraciones del pequeño James sobre su supuesta vida personal anterior. Por ejemplo, conocía el apodo de Huston para su hermana, que solo su hermano fallecido —James Huston— había utilizado.

El doctor Jim Tucker, psiquiatra de la Universidad de Virginia que informó del caso en un artículo de 2016, concluyó: «A primera vista, la explicación más obvia de esta conexión, es que experimentó la vida como James Huston, Jr. antes de tener la actual». «Los hechos del caso indican que esta explicación merece una seria consideración».

El fenómeno de los recuerdos de vidas pasadas (PLM por sus siglas en inglés) se considera en algunas religiones y filosofías asiáticas como la reencarnación, que se refiere al renacimiento de la conciencia tras la muerte corporal.

En el último siglo, cada vez más científicos se interesaron por este tema.

El prominente científico Carl Sagan, miembro fundador del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal, escribió en su libro «El mundo encantado por los demonios» que «hay tres afirmaciones en el campo de la PES [parapsicología] que, en mi opinión, merecen un estudio serio», siendo la tercera «que los niños pequeños a veces informan de detalles de una vida anterior, que al comprobarlos resultan ser exactos y que no podrían haber conocido de ninguna otra forma que no fuera la reencarnación».

2500 casos: «datos que no pueden ignorarse»

El debate sobre la memoria de vidas pasadas se extiende, más allá de la religión, al ámbito científico.

El Dr. Ian Stevenson (1918-2007), jefe del Departamento de Psiquiatría y Neurología de la Universidad de Virginia, fue el primer profesional médico en ampliar los límites de la investigación sobre la reencarnación.

En un concurso de la Sociedad Americana de Investigación Psíquica, que estudia los fenómenos mentales paranormales, Stevenson decidió analizar a 44 personas con recuerdos de vidas pasadas. Su trabajo obtuvo el primer premio.

Mientras realizaba su investigación, le sorprendieron las similitudes entre los casos de distintos países y fuentes; y se sintió obligado a investigar más a fondo.

Stevenson dedicó más de 30 años a estudiar sistemáticamente el fenómeno de los recuerdos de vidas pasadas. Recopiló y documentó meticulosamente en su libro «Reincarnation and Biology» más de 2500 casos de niños de todo el mundo que afirmaban recordar sus vidas pasadas.

Uno de sus estudios, publicado en Medical Hypotheses, incluyó 856 casos de PLM, de los cuales el 67 por ciento fueron calificados como resueltos. Según la metodología de Stevenson, un caso «resuelto» significa que los investigadores identificaron a un individuo fallecido cuyos detalles de vida y muerte coincidían exactamente con los recuerdos relatados por el niño.

En un estudio realizado por Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, se identificaron el 67 por ciento de los 856 casos de vidas pasadas declaradas. (El Epoch Times)

Las investigaciones de Stevenson abarcaron diversas regiones, como India, Sri Lanka, Turquía, Líbano, Tailandia, Myanmar y países de Norteamérica, Sudamérica y Europa.

Centró sus estudios en los niños por dos razones. En primer lugar, los niños pequeños tenían menos probabilidades de fabricar recuerdos de vidas pasadas con un alto nivel de detalle verificable. En segundo lugar, solían estar poco expuestos a fuentes externas de información, por lo que era improbable que hubieran adquirido conocimientos detallados sobre personas fallecidas por medios ordinarios.

Sus artículos describen cada paso de su proceso e invitan a los lectores a analizar sus métodos y resultados.

Stevenson fue un destacado científico con 60 publicaciones en la sociedad médica convencional. Sus métodos de investigación son ampliamente respetados como modelo a seguir para el estudio de casos de recuerdos de vidas pasadas. Las contribuciones de Stevenson le valieron el título de «profesor titular», una distinción que se concede a estudiosos especialmente eminentes.

El Dr. Lester S. King comentó la investigación de Stevenson en un artículo publicado en 1975 en la revista JAMA: «Ha recopilado de forma minuciosa e impasible una serie detallada de casos». «Puede que no convenza a los escépticos, pero [Stevenson] dejó constancia de una gran cantidad de datos que no pueden ser ignorados».

La Dra. Emily Kelly, colega de Stevenson desde hace mucho tiempo, escribió en un artículo de 2007 en el BMJ: «Él [Stevenson] creía que las pruebas eran suficientes para permitir que una persona razonable creyera en la reencarnación».

Uno de esos ejemplos de pruebas —que llamó la atención de Mahatma Gandhi— es el de Shanti Devi en la India.

Un caso que cautivó a Gandhi

Shanti Devi empezó a recordar sus vidas pasadas a los tres años. (Fuente: John H. Manas, CC BY-SA 4.0)

Shanti Devi era una niña que vivía en Delhi desde su nacimiento en 1926. Cuando tenía tres años, empezó a recordar su vida pasada como una mujer llamada Lugdi. Al principio, sus padres descartaron sus vívidos recuerdos como fantasías infantiles.

Cuando Devi se hizo mayor, insistió en visitar a su antiguo marido, Kedar Nath, en Mathura, a 162 kilómetros de distancia. Su familia, que sentía curiosidad, localizó y escribieron a Nath, quien finalmente visitó a Devi. Para su asombro, la niña de nueve años lo identificó con precisión a él y a otros parientes, contándole detalles de sus vidas que ella no podía conocer.

El reportaje sobre Devi atrajo la atención de Mahatma Gandhi. Cuando Devi tenía 10 años, Gandhi creó un «comité de investigación» formado por 15 distinguidos miembros —entre abogados, periodistas, líderes políticos y miembros del Congreso— para investigar las afirmaciones.

El comité afirmó que Devi nunca había salido de Delhi. Posteriormente la acompañaron a Mathura, donde identificó correctamente la casa de Nath y la de su suegro y describió su distribución.

Además, Devi señaló un rincón de la habitación donde afirmaba haber enterrado dinero. Cuando los testigos excavaron la zona, descubrieron una caja destinada a guardar objetos de valor, pero se encontraba vacía. Devi insistió en que había dejado dinero allí y, finalmente, Nath reconoció que había encontrado y tomado el dinero tras la muerte de su esposa.

Stevenson observó que al menos 24 de sus afirmaciones fueron confirmadas, lo que demostraba que sus recuerdos no eran inventados.

Finalmente, el comité publicó un informe de 26 páginas en 1936, en el que concluía que Devi era un renacimiento de Lugdi. El caso apareció también en la edición del 12 de diciembre de 1937 de American Weekly.

Conocimiento imposible

Según Stevenson, un caso infantil típico de recuerdo de vidas pasadas suele surgir entre los 2 y los 4 años de edad. Estos niños relatan espontáneamente detalles de vidas pasadas, aunque se encuentren a miles de kilómetros de donde ocurrieron aun que los hechos hayan sucedido una docena de años antes o después. Estos detalles suelen tener una precisión de hasta el 90 por ciento.

Según Ian Stevenson, los detalles de las vidas pasadas relatadas por los niños eran precisos en un 90 por ciento. (El Epoch Times)

Este signo de reencarnación implica «hablar de cosas que de ninguna manera en el mundo podrían saber estos niños a esa edad», declaró a The Epoch Times Carol Bowman, terapeuta especializada en regresiones a vidas pasadas que lleva 35 años investigando la PLM en familias estadounidenses.

Estos niños no suelen tener problemas psicosociales, afirma Bowman. Sus vidas pasadas suelen ser de familias corrientes y no de personas famosas o célebres, por lo que carecen de motivos para inventar historias.

Bowman describió a una niña de tres años llamada Megan que hablaba de su vida pasada como un hombre (John) cuya esposa (Mary) murió de «tisis», un término común para referirse a la tuberculosis en el siglo XIX. Megan también dijo que, debido a la enfermedad de Mary y a su incapacidad para dar a luz a un niño, estaba muy triste. ¿Cómo pudo esta niña aprender conocimientos médicos sobre la tisis y la infertilidad en el transcurso de su joven vida actual?

Los niños que recuerdan vidas pasadas a menudo pueden mostrar una habilidad no aprendida. Devi hablaba con naturalidad el idioma local en Mathura, donde había vivido en su vida anterior, aunque nunca estuvo allí y no lo había aprendido en su vida.

Bowman relató que un niño estadounidense de cuatro años, Tommy, cosió con destreza un botón de sus pantalones. Cuando su madre le preguntó dónde aprendió esa habilidad, el niño respondió: «Bueno, solíamos hacerlo en mi barco todo el tiempo» y empezó a describir su vida pasada como un marinero.

«Cambian a una forma muy seria de expresarse, muy objetiva, firme en que lo que dicen, es verdad», afirma Bowman.

Una revisión sistémica publicada en 2021 analizó 78 estudios observacionales y descubrió que, de los niños con memoria de vidas pasadas, el 23 por ciento tenía habilidades no aprendidas. Más sorprendente aún, el 37 por ciento tenía marcas de nacimiento o defectos que coincidían con heridas de vidas anteriores.

Las marcas de nacimiento son comunes, así que ¿cómo puede una marca de nacimiento conectar una vida pasada con la actual?

Marcas de nacimiento y defectos: ¿coincidencia?

Según Stevenson, en un estudio de 895 niños con recuerdos de vidas pasadas, el 35 por ciento tenía marcas de nacimiento o defectos congénitos inusuales.

La investigación de Stevenson indica un índice de coherencia significativo del 88 por ciento entre las heridas y las marcas de nacimiento en casos de vidas pasadas respaldados por informes post mortem u otros documentos confirmatorios.

Por ejemplo, en un caso, un niño turco tenía la oreja derecha malformada. El niño recordaba haber recibido un disparo en el lado derecho del cráneo en una vida anterior. Stevenson identificó la vida anterior y confirmó la causa de la muerte revisando los registros del hospital.

Bowman también recolectó pruebas relacionadas con marcas de nacimiento y comportamientos. Por ejemplo, el primer hijo de Kathy, (también llamado) James, falleció trágicamente de neuroblastoma poco después de cumplir dos años. James tenía problemas en el ojo izquierdo, la oreja derecha y la pierna izquierda, y una inyección intravenosa le dejó con una cicatriz en el cuello.

Doce años después de la muerte de James, nació Chad, el otro hijo de Kathy. Chad empezó a mostrar sorprendentes similitudes físicas con James. Chad sufría ceguera en el ojo izquierdo, tenía un problema en el oído derecho, una discapacidad en la pierna izquierda y una cicatriz en el mismo lugar del cuello que James.

Además, Chad tenía un comportamiento tranquilo y nervioso similar al de James. A los cuatro años, Chad empezó a afirmar que vivía en una casa con muebles de color chocolate y jugaba con determinados juguetes, coincidiendo perfectamente con cada detalle de la vida de James.

Los informes post mortem y los historiales médicos confirman que los medios de muerte en una vida anterior coinciden con las marcas de nacimiento actuales, lo que va más allá de la coincidencia.

Explicaciones sin base

Entre las explicaciones alternativas de los recuerdos de vidas pasadas se encuentran las distorsiones de la memoria, la influencia de los padres y el condicionamiento cultural o social. Sin embargo, estas hipótesis tienen puntos débiles.

Un estudio de 2007 sugirió que los recuerdos de vidas pasadas parecían estar causados por confusión en la memoria o falsos recuerdos. Sin embargo, la confusión en la memoria no puede explicar la precisión y los detalles verificables demostrados en muchos casos bien documentados por los investigadores.

Además, los estudios demuestran que la actitud inicial de las madres hacia los recuerdos de vidas pasadas de sus hijos variaba. En general, el 51 por ciento de las madres se mostraron neutrales o tolerantes con los recuerdos de vidas pasadas, el 28 por ciento las desalentaron y el 21 por ciento las animaron.

Algunos atribuyen las marcas de nacimiento a la impresión maternal de la madre del niño. Afirman que la conciencia que tiene una mujer embarazada de las heridas de una persona fallecida podría influir en el embrión y el feto en desarrollo, dando lugar a características físicas que se corresponden con esas heridas.

Según la investigación de Stevenson, las madres de los niños no solían conocer las heridas de su vida pasada. La hipótesis tampoco podía explicar cómo los pensamientos de la madre podían modificar el cuerpo del feto ni por qué los niños tenían esos recuerdos.

En cuanto a la hipótesis del condicionamiento cultural o social, la revisión sistémica de 2021 descubrió que los casos de PLM no solo se daban en países asiáticos con creencias culturales y religiosas sobre la reencarnación, sino también en América y en Europa, lo que sugiere que se trata de un fenómeno transcultural.

Se registran casos de PLM en países de todo el mundo, lo que sugiere la existencia de un fenómeno transcultural. (El Epoch Times)

Otras personas explican el PLM como sucesos casuales —que una marca o defecto de nacimiento se produzca por casualidad— y la persona se entera posteriormente de la existencia de un individuo fallecido con una marca similar. La similitud hace que se sientan conectados a esa persona. Sin embargo, no existen pruebas sólidas y esto parece poco probable, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los casos de PLM son niños.

Los escépticos suelen descartar las marcas o defectos de nacimiento como indicadores de vidas pasadas por mera coincidencia.

¿Cuántas coincidencias tienen que producirse para corroborar un único caso de PLM cuando los hechos documentados coinciden con los recuerdos expresados? Cuanto más detalladas y verificables sean las conexiones, más difícil será descartar tales afirmaciones como una coincidencia.

El Dr. Eben Alexander es un prestigioso neurocirujano que durante décadas ha estudiado el cerebro y tuvo una experiencia cercana a la muerte. En una entrevista anterior, declaró a The Epoch Times: «Yo diría que nuestra conciencia humana puede ser bastante limitada debido a nuestros prejuicios y suposiciones cuando creemos que entendemos las cosas, pero no estamos prestando atención a todas las pruebas».

Regresión a vidas pasadas

Cuando las personas tienen un recuerdo traumático en una etapa anterior de su vida actual, puede tener implicaciones en su salud física o mental, contribuyendo a menudo al síndrome de estrés postraumático («PTSD», por sus siglas en inglés). Los psicólogos pueden utilizar la terapia conversacional para ayudar a los pacientes a liberar la lesión traumática en sus cuerpos para sanar mental y físicamente. Estos enfoques psicoterapéuticos complementan el tratamiento farmacológico prescrito por un psiquiatra.

Del mismo modo, algunos profesionales de la salud se plantean la terapia de regresión a vidas pasadas, un tipo de hipnoterapia, para tratar enfermedades. Al igual que el tratamiento del PTSD, la terapia de regresión a vidas pasadas se basa en el diálogo guiado bajo hipnosis, en el que el terapeuta ayuda al paciente a explorar lo que cree que son recuerdos de vidas pasadas.

Aunque se sigue debatiendo la solidez de la eficacia de la terapia de regresión a vidas pasadas, hay pacientes documentados que se beneficiaron de este tratamiento.

El Dr. Jason Liu, médico holístico de California con un doctorado en neurociencia, declaró a The Epoch Times que fue testigo de cómo una paciente con fibromialgia volvió a su vida normal tras la terapia de regresión a vidas pasadas.

Marilyn, una mujer de 46 años, sufría desde hacía años un dolor crónico constante y debilitante que la llevó a intentar suicidarse. Además de la enfermedad fibromiálgica, sufría otras afecciones coexistentes, como el síndrome de fatiga crónica, ansiedad, depresión e insomnio.

Aunque su marido era médico, el tratamiento convencional no la ayudaba. Liu decidió probar la terapia de regresión a vidas pasadas.

Bajo hipnosis con ondas cerebrales theta, Marilyn entró en un apacible estado de trance. En el estado hipnótico, accedió a un fragmento de memoria en el que era soldado en una guerra y estaba siendo atacada. A través de una serie de conversaciones con Liu, llegó a comprender que los intensos temores que había experimentado en su vida pasada estaban relacionados con el dolor físico que padecía en su vida presente.

Con la amable guía de Liu, Marilyn pudo separar el trauma emocional de su vida pasada de su realidad actual. Desde entonces, se siente mucho más tranquila y llena de esperanza. Sus síntomas físicos y mentales mejoraron drásticamente y se recuperó por completo.

El hijo de Bowman también tenía recuerdos de vidas pasadas. Desarrolló un eczema crónico y fobia a los ruidos fuertes cuando tenía cinco años.

«Cuando le preguntamos de qué se trataba, procedió a contarnos, en primera persona, que había sido soldado y que lo habían matado en un campo de batalla detrás de un cañón», dijo Bowman.

Después que su hijo hablara de su recuerdo de vidas pasadas, desapareció su eczema crónico y su fobia a los ruidos fuertes.

«Hay algún [tipo de] memoria corporal, somática, relacionada con estos recuerdos», dijo Bowman, sugiriendo que la vida pasada puede estar almacenada en nuestra conciencia y nuestro cuerpo.

Río que fluye

Un río transporta arena, nutrientes y vida acuática mientras fluye grácilmente desde las cumbres de la montaña hasta su destino. Del mismo modo, los estudios relacionados con los recuerdos de vidas pasadas sugieren que nuestra conciencia es como un río que fluye, transportando recuerdos, experiencias y la esencia de nuestras almas de una vida a la siguiente, conectándonos con el tapiz de la existencia.

«Creo que es fascinante porque, como también dijo Ian Stevenson, nuestras situaciones y personalidades actuales pueden tener su origen en experiencias de vidas pasadas», declaró Bowman a The Epoch Times.

«La conciencia sobrevive a la muerte, al igual que los rasgos de personalidad, los sentimientos y los rasgos físicos. Esto se transfiere a otro cuerpo, a otra vida, a circunstancias diferentes, pero todo está conectado. Hay una continuidad de una vida a otra».

Tras el fallecimiento de Stevenson, su sucesor, el Dr. Jim Tucker, catedrático Bonner-Lowry de psiquiatría y ciencias neuroconductuales y director de la División de Estudios Perceptivos de la Universidad de Virginia, continuó su misión de estudiar la PLM.

El Dr. Brian L. Weiss y el Dr. Bruce Greyson también trabajan en la investigación de la memoria de vidas pasadas. Weiss es un psiquiatra de renombre, licenciado por la Universidad de Columbia y la Facultad de Medicina de Yale y presidente emérito de psiquiatría del Centro Médico Mount Sinai de Miami. Greyson es profesor emérito de psiquiatría y ciencias neuroconductuales en la Universidad de Virginia.

La acumulación de pruebas en los tres primeros artículos de esta serie alude a la posibilidad de que la conciencia se extienda más allá de nuestra realidad física.

Todo el mundo termina muriendo. Sin embargo, si nuestra conciencia es eterna y persisten los recuerdos de nuestras experiencias vitales pasadas, podría tener un importante significado para nuestro bienestar en esta vida y en el futuro.

Si los recuerdos pueden atravesar vidas, surge la pregunta: ¿Dónde reside nuestra conciencia en medio de las distintas vidas? ¿Cuál es el origen inicial o el último hogar de nuestra conciencia?


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