El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que estaría dispuesto a llegar a un acuerdo de alto el fuego con Rusia siempre que las partes no ocupadas de su nación recibieran protección de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En una entrevista concedida el 29 de noviembre a Sky News, el asediado dirigente declaró que un acuerdo de este tipo permitiría a Kiev buscar diplomáticamente con Rusia la devolución de sus tierras ocupadas.
«Si queremos detener la fase ardiente de la guerra, necesitamos tener bajo el paraguas de la OTAN el territorio de Ucrania que tenemos bajo nuestro control», dijo Zelenski.
«Tenemos que hacerlo rápido. Entonces, luego, sobre el territorio [ocupado] de Ucrania, Ucrania puede recuperarlos de forma diplomática».
Es la primera vez que Zelenskyy se muestra abierto a un acuerdo de alto el fuego en el que Ucrania no controle todo su territorio.
En las últimas semanas, se han producido varios cambios clave en el campo de batalla, entre ellos el lanzamiento de un misil experimental ruso y la pérdida de más territorio para las fuerzas rusas en Kursk, ocupada por Ucrania.
El presidente Joe Biden autorizó a Ucrania el uso limitado de algunas minas antipersona. También se informó que se les autorizó utilizar misiles balísticos tácticos suministrados por Estados Unidos contra objetivos militares al interior del territorio ruso, pero tales medidas parecen haber tenido poco efecto en el campo de batalla hasta el momento.
A pesar de estos avances, es poco probable que la sugerencia de Zelenski sea aceptada ni por Moscú ni por la OTAN.
Ucrania lleva intentando ingresar en la OTAN desde 1997. El presidente ruso Vladimir Putin afirmó que el ingreso de Ucrania supondría un riesgo inaceptable para la seguridad de Rusia y exigió que Kiev se comprometiera a no ingresar nunca en la alianza como condición para poner fin a la guerra.
Incluso si Putin se mostrara dispuesto a suavizar esa postura, habría otros obstáculos para Ucrania.
El primero es que la admisión en la alianza requiere el consentimiento unánime de todos los miembros. Sería una tarea difícil, dado que algunos miembros de la OTAN, como Hungría y Turquía, se han mostrado reacios a aceptar la candidatura de Ucrania, dadas las preocupaciones de Rusia.
El segundo obstáculo es que actualmente no está claro si Ucrania cumple las normas de transparencia y las medidas anticorrupción que se esperan de los miembros de la OTAN.
Al igual que la mayoría de las naciones postsoviéticas, Ucrania ha sufrido históricamente altos niveles de corrupción. Aunque esta situación ha mejorado en la última década, es poco probable que el país pueda demostrar su capacidad para contribuir a la Política de Integridad de la Construcción de la OTAN de 2016. Esta política tiene como objetivo garantizar la transparencia de las instituciones de defensa y la rendición de cuentas a las formas democráticas de gobierno.
Por último, no está claro si la OTAN aceptaría a Ucrania en el redil mientras Kiev reivindique los territorios ocupados por Rusia, ya que esto podría poner a la alianza en un mayor riesgo de verse arrastrada a una guerra a través de sus obligaciones de defensa mutua.
Los comentarios de Zelesnki se producen después de que el presidente electo Donald Trump nombrara al general retirado Keith Kellogg enviado especial para Ucrania y Rusia.
Kellogg esbozó previamente un plan para poner fin a la guerra que buscaría congelar las líneas del frente e impulsar una negociación entre Kiev y Moscú.
Zelenski declaró que esperaba trabajar con Trump directamente para poner fin a los combates.
«Quiero trabajar con él [Trump] directamente porque hay diferentes voces de personas a su alrededor. Y por eso necesitamos no [permitir] que nadie a su alrededor destruya nuestra comunicación», dijo el presidente ucraniano.
«Quiero compartir con él ideas y quiero escucharle».
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