Una niña desahuciada es enviada a casa para morir en paz, pero un milagro sucede cuando ve a ‘Jesús’

Por Louise Bevan- La Gran Época
01 de julio de 2019 9:39 PM Actualizado: 01 de julio de 2019 9:40 PM

Brittany Bakenhaster, una niña de 3 años alegre y positiva, era la imagen de una niña saludable. Le encantaba cantar en la iglesia e incluso conocía las escrituras bíblicas, según su mamá, Jamie. Así que nadie imaginó la aterradora escena a la que se enfrentaría cuando una mañana temprano fue a despertar a su hijita.

La madre oyó un ruido extraño en el dormitorio de Brittany. «Fue un ruido de atragantamiento y casi de asfixia», recordó Jamie, hablando a CBN, «como un gorgoteo». Brittany se esforzaba por respirar y su mamá corrió hacia ella. «De inmediato la levanté y dije: ‘Oh Dios, protégela», dijo Jamie.

Brittany estaba sufriendo una gran crisis convulsiva. La niña fue diagnosticada con una forma muy seria de epilepsia y el corazón de Jamie se desmoronó. Conocía muy bien la enfermedad, ella la padecía desde hacía años.

«Me culpé mucho a mi misma», dijo Jamie, y explicó que se sentía responsable de transmitir la enfermedad a su hija. «[Pero] pensé que sería igual a mí», continuó la madre cariñosa. «Le daríamos medicina y todo estaría bien».

Imagen Ilustrativa. (Crédito: Stephanie Frey/Shutterstock)

Pero no estaba destinado a ser así. Las convulsiones se apoderaron de Brittany y le arrebataron las facultades para tener una interacción significativa. «No se podía sentar», recordó Jamie. «No podía mirarme para enfocar».

Brittany estaba medicada y soportó su difícil condición durante dos largos y dolorosos años. Incluso tuvo que usar un casco para proteger su cabeza durante las intensas convulsiones. La seguridad emocional y financiera de la familia se vio afectada, y la situación de Brittany se agravó aún más.

Jamie y su esposo recurrieron a la Biblia en busca de consuelo. Inspirada, llevó a su hija a un lugar de juegos de la escuela para ver reír, correr y jugar a niños muy saludables. Ahí es donde la mamá exhausta encontró consuelo, con la fe que Dios sanaría a su hija.

Imagen Ilustrativa. (Crédito: Halfpoint/Shutterstock)

La niña pasó casi tres semanas en el hospital mientras los médicos investigaban desconcertados. Las tomografías cerebrales mostraron, para horror de los padres de Brittany, que todo el cerebro de su hija estaba convulsionado. La cirugía era imposible.

Los médicos le dijeron a Jamie y a su esposo que se llevaran a su hija a casa, donde se sentiría «más tranquila, en su propia cama». El corazón de Jamie se rompió. «Sólo sabía que estaba cerca», recordó, «a la muerte».

Imagen Ilustrativa. (Crédito: sfam_photo/Shutterstock)

Jamie no durmió esa noche, sino que se dedicó a rezar por la recuperación de su hija. Y a la mañana siguiente, algo cambió. La niña de 5 años, declarada con una enfermedad terminal, comenzó a hablar. Ella miró a su madre, sostuvo su mirada y describió algo que hizo que el corazón de Jamie se acelerara; ella describió a Jesús.

«Los ojos como el fuego, las luces brillantes y los ángeles. ¿Quién podría decirle eso a una niña de cinco años?», exclamó Jamie.

Los médicos de Brittany se quedaron también sorprendidos por el repentino cambio de la niña. Una enfermera incluso le comentó a Jamie que se trataba de «un poder superior», lo que confirmaba la creencia de Jamie que la extraordinaria recuperación de su hija era, de hecho, obra de la intervención divina.

Pero la historia de la familia no terminaba todavía. Después de un par de meses de que Brittany recuperara su salud, Jamie comenzó a experimentar fuertes dolores de cabeza, que empeoraron cuando tomó su medicamento para la epilepsia. «Mi médico pensó que era solo el estrés que sufrí», dijo Jamie.

Sin embargo, un electroencefalograma confirmó la increíble verdad. La epilepsia de Jamie también desapareció. El médico incluso le preguntó: «¿Quieres dejar de tomar tu medicina?».

Dieciocho años después, tanto la madre como la hija celebraron juntas la vida sin medicamentos y sin convulsiones. Brittany continuó cantando en la iglesia y se matriculó en la universidad para estudiar psicología. Y todavía recuerda su encuentro «sagrado» en la mañana en que su salud dio un nuevo giro.

«Fue maravilloso», recordó Brittany, al conversar con Christian Broadcasting Network. «Me sentí tan tranquila. Todo lo que puedo decir es que no hay nada igual».

Brittany, que antes era una niña enferma y ahora es una mujer joven y saludable, aprovecha al máximo su segunda oportunidad en la vida.

El secreto de la paz mental en medio del caos que nos rodea

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