Opinión: Trump y Sessions utilizan su ‘enemistad’ como un relato de caos para ocultar lo que está realmente sucediendo

Por Brian Cates
28 de agosto de 2018 4:28 PM Actualizado: 28 de agosto de 2018 8:46 PM

Durante las últimas semanas el presidente Donald Trump  estuvo “desafiando” al fiscal general Jeff Sessions en su cuenta de Twitter. Algunos ejemplos recientes:

En su respuesta, difundida a través de su portavoz, Sessions no comunicó nada que no haya estado diciendo desde que se recusó: él va a hacer su trabajo lo mejor que pueda para aprobar la agenda del Presidente y asegurarse de que no haya activismo político dentro de su agencia.

Esto es lo que la gente necesita saber: la enemistad de Trump/Sessions no es real. Estudiar el comienzo de la enemistad lo demuestra.

La historia de portada es que Trump creía plenamente que Sessions iba a seguir a cargo de supervisar y dirigir las investigaciones relacionadas con las elecciones de 2016, a pesar de que Sessions era miembro del equipo de campaña de Trump. Se espera que creamos que Trump no sabía sobre el conflicto de intereses o que planeaba ignorarlo por completo. Además de eso, también se espera que creamos que Jeff Sessions no avisó al Presidente antes de recusarse. Nada en este relato tiene sentido.

Trump suele utilizar una pantalla para ocultar lo que realmente está haciendo. Y la pantalla suele estar armada para dar la impresión de que Trump está siendo un bufón o un macho alfa triple A sin tener la menor idea de lo que está haciendo. Es un acto, diseñado para mantener a sus enemigos fuera de su camino.

Permítanme dar algunos ejemplos breves de la Casa Blanca de Trump, desplegando relatos de caos para ocultar las cosas que se estaban haciendo entre bastidores hasta que el equipo de Trump estuviera listo para revelarlas.

Pequeño hombre cohete: Durante meses Trump tuvo a los medios de comunicación y a gran parte de la clase política histéricos mientras intercambiaba dardos públicos con Kim Jong Un de Corea del Norte. Llamaba a Kim “pequeño hombre cohete gordo” y se jactaba de que “¡mi botón [nuclear] funciona!”.

Mientras Trump y Kim estaban “peleando”, el entonces director de la CIA,Mike Pompeo –que ya funcionaba como secretario de Estado de facto– viajaba en secreto a Corea del Norte para establecer relaciones diplomáticas.

No fue hasta que la administración Trump estuvo lista, que de repente anunció que Pompeo estaba en Corea del Norte. Nada se filtró. Fue una completa y total sorpresa para el mundo entero.

El fiasco de Scaramucci: Trump decidió reemplazar al director de comunicaciones saliente de la Casa Blanca, Sean Spicer, por su viejo amigo, el empresario Anthony Scaramucci, un hombre sociable y extrovertido que nunca vio un micrófono con el que no quisiera hablar largo rato. Scaramucci duró solo una semana y media en el trabajo, provocando tanto revuelo que el Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, levantó las manos con disgusto y renunció.

Desesperado por salvar a la Casa Blanca que caía en un caos total, Trump trajo desesperadamente al General John Kelly del Departamento de Seguridad Nacional para que fuera su nuevo Jefe de Gabinete. Todos en la clase política apuntaron con sus dedos a Trump y se rieron a carcajadas cuando el primer gran movimiento de Kelly fue dar media vuelta y despedir a Scaramucci. Qué circo tan vergonzoso, ¿verdad?

Bueno, la gente necesita retroceder y mirar de nuevo, como hizo Nurit Greenger del Jerusalem Post. Trump y Scaramucci engañaron a todos. Scaramucci era el “verdugo” de Trump, el tipo que fue traído específicamente para sacudir las cosas, despedir gente (¡o hacer que renuncien!) y luego irse, de manera que ninguna consecuencia afectara al jefe que lo trajo. Todo el tiempo el plan de Trump fue reemplazar a Priebus con Kelly.

A Scaramucci le tomó menos de una semana en el trabajo para lograr los objetivos de Trump. La mayoría de la gente de la élite política aún no se dieron cuenta de ello.

Relatos de caos

¿Por qué gastaría Trump tanto tiempo y esfuerzo vendiendo fachadas falsas a sus enemigos?

Tanto George H. W. Bush como su hijo George W. Bush cometieron exactamente el mismo error cuando fueron Presidente: se pondrían en contacto con los demócratas y los medios de comunicación y tratarían de hacer que se sumaran a sus planes y estrategias, y de lograr un acuerdo con ellos. Ambos hombres pasaron todo su mandato como Presidente siendo despiadadamente saboteados por la gente que estaban tratando de convertir en sus aliados.

Trump llegó a la presidencia sin tener demasiadas ilusiones sobre anunciar sus planes reales a sus enemigos. Este presidente entrante y su administración sabían que cualquier información real que los demócratas y los medios de comunicación obtuvieran sobre sus planes, políticas y estrategias sería utilizada para atacar y sabotear todos sus esfuerzos.

Así que al asumir el cargo, lejos de compartir sus planes, objetivos y estrategias reales con la clase política de Washington y los medios de comunicación, Trump comenzó a usar “relatos de caos” para distraer a sus enemigos y frustrar sus intentos de impedirle alcanzar sus objetivos reales.

El período de 10 meses desde febrero hasta octubre de 2017, en el que los medios de comunicación y los demócratas estaban disfrutando de criticar a Trump por su “enemistad” con su propio Fiscal General, ignoraban por completo lo que realmente sucedía en el Departamento de Justicia (DOJ).

No fue sino hasta que el Inspector General del DOJ, Michael E. Horowitz, de repente comenzó a desplegar toda la voluminosa evidencia que había estado recolectando, que la gente se dio cuenta de que se estaba llevando a cabo una investigación sigilosa.

Horowitz entró y desenterró toda la evidencia de la trama de una tormenta de fuego cruzado mientras todos miraban el espectáculo itinerante del presidente Trump y Sessions.

Usted solo conoce los nombres Peter Srzok, Lisa Page, Bruce y Nellie Ohr, Glenn Simpson y Perkins Coie por la evidencia que encontró Horowitz. Usted solo sabe que fue la campaña de Hillary Clinton que financió la creación del expediente Steele y que altos funcionarios del DOJ/FBI blanquearon ese expediente al mentirle a la Corte FISA por Horowitz.

Trump y Sessions todavía mantienen los ojos de la gente firmemente fijos en ellos. Una vez más, sus enemigos están buscando en los lugares equivocados.

El próximo informe de Horowitz, en el que se sumergirá en todas las diabluras relacionadas con el expediente Steele, Fusion GPS y el Tribunal FISA, va a golpear como una bomba nuclear.

Brian Cates es un experto en política y escritor radicado en el sur de Texas y autor de “Nobody Asked For My Opinion… But Here It Is Anyway!” (Nadie me pidió mi opinión… ¡pero aquí está de todos modos!) Puede ser localizado en Twitter en @drawandstrike

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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