Practicando el hábito de quejarse

Por Leo Babauta
28 de Octubre de 2021 11:39 PM Actualizado: 28 de Octubre de 2021 11:39 PM

A menudo podemos detectar a los quejosos, cuando se trata de otras personas claro. Son el tipo de personas que siempre parecen estar quejándose, negativas, atrapadas en el victimismo.

Pero es más difícil verlo cuando somos nosotros los que a menudo nos quejamos. Y de hecho, en mi experiencia, la mayoría de nosotros tenemos la costumbre de quejarnos, ya sea en voz alta o hacia nosotros mismos.

Me incluyo.

He visto a personas que han seguido una “dieta de quejas”, cuando dejan de quejarse durante un mes. Esta es una práctica increíble. Sin embargo, si simplemente tratamos de detener las quejas, perdemos una oportunidad maravillosa para llevar la atención plena al proceso.

Por ejemplo: si nos estamos quejando, ¿cuál es la emoción debajo de la queja? ¿Podríamos practicar esto? ¿Podríamos experimentar el miedo que está en la raíz de la emoción?

Con este tipo de práctica de atención plena, la queja se convierte en una oportunidad para estar con nuestra propia experiencia, con nuestros miedos y emociones, en lugar de simplemente cerrar una parte de nosotros mismos.

Echemos un vistazo.

Por qué nos quejamos

Nos quejamos cuando no nos gusta como son las cosas. Esencialmente es decir: “Las cosas no son como yo las quiero. ¡Quiero las cosas a mi manera!” Así que la queja es una expresión de frustración, irritación o enojo de que no nos estamos saliendo con la nuestra.

¿Qué hay de malo en no salirnos con la nuestra? ¿Tenemos tanto derecho? De hecho, no hay nada de malo en que las cosas no salgan como queremos, pero a menudo existe el temor de que no estaremos bien si las cosas no son como las queremos. Tememos no tener control sobre las cosas.

Así que sentimos este miedo a la falta de control, un miedo a que no estaremos bien si no nos salimos con la nuestra. Entonces sentimos frustración, irritación, ira.

Luego, creamos una narrativa sobre cómo las cosas no deberían ser de esta manera, deberían ser de otra manera.

“No deberían actuar de esa manera, ¿por qué siempre hacen eso?”. “Debería ser mejor, no debería ser así”.

De hecho, esto es lo que está sucediendo cuando tratamos de deshacernos de nuestras quejas: sentimos que hay algo mal con nosotros cuando nos quejamos. Así que tenemos que cambiar, porque no deberíamos ser así.

Deshacerse de la queja es esencialmente una forma de queja.

La oportunidad de practicar

Así que la práctica es simplemente estar con lo que es.

Eso significa que cuando sentimos la necesidad de quejarnos, podemos estar con la sensación de que no nos gustan las cosas como son. Podemos estar con nuestra irritación, frustración, ira. Podemos estar con nuestro miedo debajo de todo eso, el miedo de que no estaremos bien si no tenemos control.

Podemos estar con nuestra narrativa sobre cómo la otra persona debe actuar de manera diferente, o que debemos ser diferentes de lo que somos.

Una vez que hemos hecho todo eso, podemos estar con la persona o la situación, tal como son.

Podemos estar con lo que es. Es tan simple como eso: abrir nuestra conciencia y simplemente descansar en lo que podemos percibir, tal como es, relajándonos con ella. Tal vez incluso encontrar gratitud.

Esta es una práctica hermosa. Una práctica de por vida.

Leo Babauta es autor de seis libros y escritor de Zen Habits, un blog con más de 2 millones de suscriptores. Visite ZenHabits.net

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