Querida June: cómo tratar con un esposo pasivo-agresivo

Por JUNE KELLUM
09 de marzo de 2021 10:20 AM Actualizado: 09 de marzo de 2021 10:20 AM

Querida June:

Necesito su ayuda sobre cómo sentir amor por mi esposo pasivo-agresivo. Con frecuencia me crítica, me dice [cosas] negativas y se queja de que no se lo valora. Luego niega que esté haciendo esas cosas.

Cuando pongo un nuevo arbusto o flores en nuestro jardín, riega la hierba de alrededor, pero evita regar la planta que acabo de poner. Esto me parece una locura y hace que quiera dejar el matrimonio y dejar de desperdiciar mi vida con alguien así.

¿Pueden aconsejarme?

Kim, Alabama

Querida Kim:

Esto suena frustrante y desafiante, y efectivamente algo tiene que cambiar. Pero no pierda la esperanza todavía, ya que este tipo de dinámica puede transformarse.

Como mujer, probablemente tiene mucho más poder del que cree para lograr esta transformación. La amabilidad, la gentileza y el respeto por su marido serán la clave.

Hace poco escuché una historia real, de un país con normas morales diferentes, en la que un esposo había llevado a su amante a casa para que viviera con su esposa y sus cuatro hijos. La mujer, por supuesto, se sintió muy perturbada por ello y pidió consejo a alguien de confianza.

Le dijeron que se vistiera un poco mejor y que fuera amable y respetuosa tanto con el marido como con la amante (sé que a muchos les parece un consejo descabellado). Pero esta mujer siguió el consejo y, finalmente, tanto el esposo como la amante se dieron cuenta que estaban equivocados. Este último puso fin a su relación y la amante se mudó voluntariamente.

Cuento esta historia no para sugerir que alguien apruebe la infidelidad, que puede ser una razón para terminar un matrimonio, sino porque muestra el magnífico poder de la amabilidad y el respeto.

Así que, si su marido le dice que no se siente valorado, éste sería un muy buen punto de partida. Parece que puede ser muy difícil para usted sentir aprecio por él, en este momento, debido a su comportamiento, pero debe haber algo que apreciar. Si no hay nada que pueda encontrar en este momento, tal vez puedas recordar qué fue lo primero que le atrajo de él. ¿Qué cualidades apreció entonces? ¿Siguen siendo evidentes de alguna manera?

La guía matrimonial «Fascinating Womanhood» de Helen Andelin dice que, si una esposa no aprecia a su marido, esto puede hacer que sea difícil vivir con un hombre:

«Supongamos que un hombre es tan odioso que sus propios hijos huyen de él. Se mete en discusiones, discrepa habitualmente con usted y le hace la vida difícil de otras maneras. Es casi como si se estuviera vengando por alguna misteriosa razón que no entiende. Observe más allá de lo superficial. Puede ser un hombre de gran nivel que no ha sido valorado en su justa medida. Esto puede enfurecerle. Él se aprecia a sí mismo, pero ¿por qué los demás no pueden hacerlo? Cuando un hombre de categoría, con una buena imagen de sí mismo, no es apreciado plenamente por su mujer, puede resultar difícil vivir con él».

Creo que a la mayoría de las mujeres nunca nos enseñaron a apreciar, respetar y admirar adecuadamente a los hombres de nuestras vidas. Parece que el péndulo de la cultura ha oscilado hacia un lugar donde se espera que los hombres nos aprecien, respeten y admiren, o de lo contrario no son vistos como buenos esposos, pero ya no existe tal norma para las mujeres. De hecho, algunas no ven mal criticar a sus esposos de forma continua, incluso abiertamente delante de los niños y en público. Esto es muy perjudicial para los hombres y para la relación.

Así que puede que esté hiriendo a su esposo sin saberlo, y aunque está claro que no se está comunicando de forma muy caballerosa o directa, yo dejaría esto de lado y reflexionaría sobre si algo de lo que está usted haciendo está sacando este lado de él. Le recomiendo que lea «Fascinating Womanhood» (Femineidad apasionante) para obtener más información, ya que incluye una lista reveladora de las muchas formas en que las mujeres saboteamos nuestras relaciones con los hombres.

Además, puede ser útil reflexionar sobre sus respectivas vidas familiares, porque es probable que los patrones negativos que observó de sus padres o en los de él se reproduzcan entre ustedes. A veces, incluso patrones destructivos nos parecen naturales, si hemos crecido con ellos, y puede que ni siquiera nos demos cuenta que estamos perjudicando a otra persona. Esta podría ser la razón por la que él niega que le este haciendo daño: puede que realmente no sea capaz de verlo como un problema, si así es como lo educaron.

Conozca sus fortalezas y deje que el yin equilibre el yang

En el pensamiento chino tradicional, el yin y el yang se consideraban fuerzas opuestas pero complementarias, ambas necesarias para la armonía. El yin se asociaba con la feminidad y las cualidades del yang con la masculinidad. Esto ofrece un esquema útil para entender que los hombres y las mujeres tienen diferentes fortalezas y capacidades. Cuando las comprendemos y las valoramos, encontramos la armonía.

Por ejemplo, un aspecto de los hombres al que se presta muy poca atención es que, aunque pueden ser menos buenos en la comprensión o comunicación de sus sentimientos—menos «alfabetizados emocionalmente», por utilizar un término moderno—esto también significa que sus emociones interfieren menos en otros aspectos.

Ellos pueden ser más capaces de mantener la cabeza fría y tomar decisiones acertadas y rápidas en situaciones de tensión, y juzgar situaciones complejas con lógica y precisión.

Si tiene una empresa, es normal que contrate a alguien con buenas habilidades interpersonales para que se encargue del servicio al cliente, mientras que contratará a alguien con buenos conocimientos técnicos para que construya la tecnología que necesita. Dar a estas personas funciones inversas sería muy costoso y podría incluso arruinar la empresa. Las investigaciones han demostrado que a los hombres y a los niños les atrae trabajar con cosas, mientras que las mujeres y las niñas prefieren a las personas. Así que en el matrimonio también es importante reconocer nuestros puntos fuertes y débiles y cómo su pareja cubre algunas de nuestras deficiencias.

El don femenino de la inteligencia emocional, incluye una gran empatía, comprensión y paciencia—cualidades que nos permiten cuidar bien de los niños pequeños y de los demás— deben ser valoradas. Pero también hay que elogiar los logros y el trabajo duro de un hombre, porque está sacrificando mucho sus logros para mantener a su familia; además, hay una correlación entre los logros y ciertas virtudes.

Aunque el matrimonio se ha enmarcado en algunos círculos como un tipo de esclavitud para las mujeres, desde otra perspectiva, es realmente notable que la mayoría de los hombres a lo largo de la historia lo hayan buscado teniendo en cuenta el gran sacrificio que requiere. Especialmente antes de que las mujeres trabajaran, los hombres eran responsables de cuidar a sus esposas durante toda su vida. Muchos hombres otorgaron su sangre, sudor y lágrimas, y han trabajado como esclavos, para mantener a su familia. Para mí, esto no es poca cosa y es un testimonio de la importancia que los hombres le dan a las mujeres.

Hay un proverbio bíblico que dice que sería mejor que un hombre viviera en un desierto que con una esposa que fuera criticona, regañona, contenciosa o irritable. Todo esto quiere decir que corresponde a las mujeres marcar el tono en una relación. En la práctica, esto significa que necesitamos mucha paciencia, la capacidad de leer entre líneas y la voluntad de tratar de entender lo que él está comunicando. Lo hacemos de forma natural con los niños porque tenemos claro que no van a ser capaces de expresarnos verbalmente sus necesidades emocionales y físicas, pero debido a los cambios culturales, hemos dejado de hacerlo con los hombres de nuestra vida.

Admiración y amor

«Fascinating Womanhood» también hace hincapié en la importancia de que las esposas muestren admiración (que es un poco diferente del aprecio) por sus esposos porque los hombres necesitan admiración de la misma manera que las mujeres necesitan amor.

«En lo más profundo de su corazón, todo hombre anhela que se admire su hombría: sus habilidades masculinas, sus capacidades, sus logros, sus ideas, sus sueños y su cuerpo varonil. Tiene hambre de ello como de pan. Al igual que usted necesita amor, él necesita admiración. De hecho, el centro de la felicidad de una mujer en el matrimonio es ser amada, pero el centro de la felicidad de un hombre es ser admirado», dice el libro.

«Aunque la admiración es muy importante para un hombre, no es algo que pueda conseguir por sí mismo. Se la tienen que dar quienes lo respetan y lo quieren. Le gusta recibirla de cualquier fuente, pero especialmente de la mujer que ama. La mujer que puede pasar por encima de sus debilidades humanas y descubrir cosas que admirar de verdad, cosas que los demás no notan ni aprecian de sus esposos, es una mujer que hay que atesorar. Es una mujer así la que se gana su más profundo y tierno afecto. Al mismo tiempo que ella le da admiración, él le devuelve el amor».

Así que quizás la próxima vez que su marido riegue el césped, pero no las plantas, dele las gracias por ocuparse de esta tarea; o dígale lo bonito que está el jardín bajo su cuidado y lo mucho que aprecia su atención en el hogar. Luego, mientras usted riega la planta, imagine que está vertiendo amor en (usted) y en su corazón herido para que pueda sanar.

En cuanto a si hay que dejar el matrimonio, la razón habitual en el pasado era la infidelidad repetida y sin arrepentimiento o la negativa del hombre a mantener a su familia a pesar de poder hacerlo. Sin embargo, hay muchas zonas grises y, especialmente si hay niños de por medio, hay que tener en cuenta sus necesidades y puede que lo mejor sea la separación física mientras se solucionan los problemas.

Espero que usted se haya casado con un hombre de gran calibre, que tal vez nunca haya tenido el beneficio de recibir verdadera amabilidad o aprecio por sus logros.

Todos tenemos una o dos personas cercanas con las que, aunque las queramos mucho, tenemos relaciones difíciles de manejar y, sin embargo, ello nos enseña a ser mejores de lo que somos actualmente.

Atentamente,

June

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June Kellum está casada, es madre de dos hijos y lleva mucho tiempo como periodista de The Epoch Times, cubriendo temas de familia, relaciones y salud.


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