Regeneración cerebral: por qué es real y cómo hacerla posible

La recuperación cerebral, que antes se consideraba imposible, ahora es un fenómeno bien estudiado

Por SAYER JI
08 de Diciembre de 2019 7:57 PM Actualizado: 08 de Diciembre de 2019 7:57 PM

¿Alguna vez ha deseado poder regenerar esas células cerebrales que sacrificó en la universidad? ¿Teme que su cerebro que envejece esté en un estado de decadencia perpetua? La ciencia médica está siendo reescrita para demostrar que podemos reparar nuestro cerebro y que es algo que cualquiera puede hacer.

Es un concepto erróneo comúnmente aceptado de que el cerebro es irreparable. Incluso el sistema médico ha afirmado que una vez que matamos las células cerebrales, se van para siempre. El hecho es que el cerebro puede repararse a sí mismo, y como la ciencia está demostrando ahora, hay un beneficio real en las prácticas simples que pueden ayudar a mantener nuestros cerebros fuertes y elásticos a lo largo de nuestra vida.

Reescribiendo la historia de la salud cerebral

El campo de la neurociencia cognitiva es relativamente nuevo —solo tiene unos 100 años—, por lo que no es de extrañar que estemos constantemente llegando a una comprensión más nueva y mejor de cómo los circuitos neuronales del cerebro humano apoyan el funcionamiento general del cerebro.

Durante la mayoría de esos 100 años, se creyó que una vez dañado, el cerebro no podía regenerarse. Las células cerebrales eran finitas, y cualquier pérdida o lesión se sufriría como una deficiencia por el resto de la vida de esa persona. Esto creó una falsa creencia de que el cerebro está esencialmente en un estado perpetuo de decadencia.

Aunque ya en 1960 se presentaron pruebas convincentes de lo contrario, el dogma médico fue (y es) lento de cambiar. No fue hasta la década de 1980 cuando la investigación de Fernando Nottebohm en la Universidad Rockefeller, indicó claramente que la neurogénesis —la producción de nuevas células nerviosas, también conocidas como neuronas— estaba teniendo lugar en el cerebro de vertebrados adultos.

El siguiente gran paso en esta evolución científica llevaría más de 30 años. Sin embargo, el ritmo de nuestra comprensión de cómo está conectado el cerebro estaba a punto de dar un salto cuántico.

Nuestro cerebro elástico

El crecimiento de nuevas neuronas en el cerebro de un adulto mamífero se observó por primera vez en 1992, cuando los científicos aislaron células madre neuronales de ratones en una placa de Petri. Esta regeneración se repitió miles de veces en una variedad de estudios publicados durante los siguientes 25 años.

Ahora se acepta en la comunidad científica médica que el cerebro adulto es capaz de cultivar nuevas neuronas y células gliales, algo que antes no creía el sistema médico. El cerebro se considera ahora resistente y flexible-plástico.

El término neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro para “reconectarse” a través de la práctica de la habilidad deseada. Es la combinación de nuevas células y nuevo aprendizaje lo que crea esta magia. Cuando las células nerviosas frescas se estimulan bien (es decir, se entrenan a través de ejercicios de aprendizaje específicos), establecen nuevas conexiones. En otras palabras, se convierten en células cerebrales sanas que contribuyen al aprendizaje y al desarrollo de nuevas habilidades.

Al igual que los músculos del cuerpo, cuando el cerebro está bien nutrido y estimulado a través del ejercicio adecuado, se cura y crece. Y con el cuidado y la alimentación adecuados, esta asombrosa regeneración cerebral puede ocurrir durante toda la vida.

Para ayudar a que esto sea “sencillo”, GreenMedInfo ha compilado una lista simple de maneras en que usted puede salvaguardar la salud cerebral, estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales e incluso curar el cerebro.

Haga mucho ejercicio físico

Cuando escuchas la frase “entrena tu cerebro”, probablemente no piensas en levantar pesas. Resulta que el ejercicio físico es una de las mejores cosas que usted puede hacer por su cuerpo y su cerebro.

Los beneficios cerebrales del ejercicio tienen dos vertientes. Primero, el cerebro es un consumidor voraz de glucosa y oxígeno, sin capacidad para almacenar el exceso para su uso posterior. Se necesita un suministro continuo de estos nutrientes para mantener un funcionamiento óptimo.

El ejercicio físico aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, suministrando un aumento de oxígeno fresco y glucosa a las células cerebrales hambrientas. Un estudio realizado en 2014 demostró que solo 30 minutos de cardio moderado eran suficientes para mejorar el funcionamiento cognitivo en cerebros adultos de todas las edades.

Pero los beneficios no terminan ahí. Se cree que el ejercicio estimula la neurogénesis del hipocampo: nuevo crecimiento celular en la región del cerebro asociado con la memoria a largo plazo y las emociones. El crecimiento celular saludable en esta región es importante para el cerebro que envejece y se cree que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo asociado con la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

Use técnicas para reducir el estrés

Nuestro mundo moderno funciona con estrés, por lo que la necesidad de relajarse es fácil de entender. Lo que usted podría no saber, es cuán dañina puede ser la inmersión continua en las hormonas de la lucha o la huida del estrés para su cerebro.

El estrés es uno de los factores principales en el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Esto hace que participar en actividades de ocio programadas regularmente no solo sea algo divertido, sino un paso importante para garantizar una salud cerebral óptima.

No es necesario que mire muy lejos para encontrar formas de desestresarse. Deje que sus intereses lo guíen. La clave para escoger pasatiempos saludables para el cerebro es evitar actividades pasivas como ver la televisión y en su lugar elegir pasatiempos estimulantes que involucren al cerebro a través de patrones, rompecabezas y resolución de problemas.

Un estudio de 2011 publicado en el Journal of Neuropsychiatry encontró que actividades como jugar, leer libros y manualidades como bordar y tejer redujeron los índices de deterioro cognitivo hasta en un 50 por ciento.

El compromiso con el arte también ocupa un lugar destacado en la lista de pasatiempos saludables para el cerebro. Los estudios demuestran que, una vez más, no basta con ser un observador pasivo. Para conseguir el impulso cerebral, debemos atacar.

En un estudio alemán publicado en la revista PLOS One, los investigadores estudiaron dos grupos: un grupo que observaba el arte y un grupo que producía arte. El estudio concluyó que en comparación con aquellos que observaron el arte, los productores de arte demostraron una mayor interactividad entre las corticales frontales y parietales del cerebro. Esta mayor conectividad cerebral se traduce en una mayor resistencia psicológica en el grupo de productores de arte. En otras palabras, su capacidad para resistir los efectos negativos del estrés mejoró.

¿Busca una forma más discreta de relajarse? ¿Qué tal si tocamos una música hermosa o si nos sentamos a contemplar en silencio? Se ha demostrado que la meditación reduce la presión arterial, reduce la inflamación e incluso aumenta la resistencia a los sentimientos de ansiedad y depresión. Y aunque escuchar música puede parecer una actividad pasiva, la investigación sugiere que el acto de escuchar patrones musicales facilita la neurogénesis cerebral.

Tanto la meditación como escuchar música afectan la secreción de hormonas clave que mejoran la plasticidad cerebral, cambiando así la forma en que respondemos al estrés. ¡Hablando de buena medicina!

Tome suplementos estratégicos

Cúrcuma

Probablemente conozca al menos a una persona que habla de los beneficios para la salud de la cúrcuma. Esta raíz de color naranja profundo se ha utilizado como panacea para todo, desde aliviar el dolor articular y calmar la inflamación, hasta reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Y nuestra conciencia de los beneficios de esta antigua hierba medicinal continúa creciendo.

La cúrcuma es un ejemplo de un compuesto remielinizante, que denota una sustancia con probados efectos neuroregenerativos.

Los compuestos remineralizantes trabajan para reparar la vaina protectora alrededor del haz nervioso conocido como mielina, un área a menudo dañada en trastornos autoinmunes e inducidos por la vacuna. Las investigaciones demuestran que incluso pequeñas dosis de estas sustancias restauradoras pueden producir una regeneración nerviosa significativa.

El modelo occidental de intervención farmacéutica ha creado una cultura que busca identificar y aislar el “ingrediente activo” de una sustancia orgánica. Lo que esto no tiene en cuenta es que los compuestos orgánicos a menudo funcionan en conjunto: los aislados por sí mismos pueden carecer de la clave crítica que otro elemento vegetal proporciona.

La curcumina es el ingrediente activo aislado de la cúrcuma, sin embargo, nuevas investigaciones muestran que otro elemento que se encuentra en la cúrcuma tiene propiedades mágicas propias.

En un emocionante estudio publicado en la revista Stem Cell Research & Therapy, los investigadores encontraron que un componente poco conocido dentro de la cúrcuma, la ar-turmerona, podría ser “un candidato prometedor para apoyar la regeneración de la enfermedad neurológica”.

El estudio encontró que cuando las células cerebrales fueron expuestas a la ar-turmerona, las células madre neurales aumentaron en número y complejidad, lo que indica que se estaba produciendo un efecto curativo. Este efecto fue replicado en ratas, que cuando se expusieron a la ar-turmerona vieron un aumento en la producción de células madre neurales y la generación de nuevas células cerebrales sanas.

Té verde

Un documento de 2014 que estudia los compuestos activos del té verde (conocidos como catequinas, una clase principal de micronutrientes), determinó que las catequinas del té verde no solo son antioxidantes y neuroprotectoras, sino que en realidad estimulan al cerebro para que produzca más neuronas.

Debido a este efecto terapéutico en regiones dañadas del cerebro, se ha demostrado que el té verde tiene implicaciones emocionantes en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos “incurables” como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de Huntington. Esto llevó a los investigadores a declarar que las catequinas del té verde son “un enfoque complementario muy útil” en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas.

Una investigación adicional del té verde examinó una combinación de arándanos, té verde y carnosina, y la encontró para promover el crecimiento de nuevas neuronas y células madre del cerebro, en un modelo animal de enfermedad neurodegenerativa.

Ginkgo biloba

El Ginkgo biloba es considerado una potencia en la farmacopea de la medicina herbal, y sus implicaciones para la salud cerebral son igualmente potentes. El ginkgo ha demostrado al menos 50 beneficios distintos para la salud, y su valor medicinal está documentado en el tratamiento de más de 100 enfermedades diferentes.

Existen numerosos estudios sobre la capacidad del ginkgo para estimular los niveles de una proteína cerebral crítica llamada BDNF: factor neurotrófico derivado del cerebro. Esta proteína afecta la curación en regiones dañadas del cerebro y es esencial para la regulación, el crecimiento y la supervivencia de las células cerebrales, lo que la hace especialmente importante para la memoria a largo plazo.

El ginkgo es tan efectivo que un artículo publicado en 2006 en el European Journal of Neurology lo encontró tan útil en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer como el medicamento de gran éxito Donepezilo.

Recientemente, un nuevo mecanismo detrás de las propiedades curativas del cerebro del ginkgo biloba salió a la luz con la publicación de un artículo en Cell and Molecular Neurobiology. Los investigadores determinaron que el ginkgo es efectivo, en parte, debido a su capacidad de modular las células madre neurales (NSC) en el tipo de célula que es necesaria para la región específica del cerebro donde las proteínas BDNF son activas.

Las NSC son células multipotentes; tienen la asombrosa capacidad de transformarse en cualquiera de los muchos fenotipos diferentes de células que componen el cerebro. El ginkgo estimula el crecimiento del fenotipo celular correcto para la región afectada del cerebro, dando a nuestro cerebro exactamente lo que necesita, donde lo necesita. ¡Eso sí que es medicina inteligente!

Coma verduras

¿Quiere estimular el crecimiento de las células cerebrales mientras almuerza? Agregue un poco de brócoli recién cocinado al vapor a su plato.

La ciencia ha añadido una sustancia llamada sulforafano, que se encuentra en verduras ricas en azufre como el brócoli, a la creciente lista de sustancias neurógenas que se han documentado para estimular el crecimiento de los nervios en el cerebro.

El estudio, publicado en la revista Genesis, revela que el sulforafano, además de estimular el crecimiento de nuevos nervios, ha demostrado importantes propiedades curativas como agente antioxidante y antiinflamatorio, además de prevenir enfermedades y la muerte de neuronas sanas.

Además de la emoción que rodea a estos hallazgos, los investigadores observaron el efecto beneficioso sobre las células madre neuronales que resulta en su diferenciación a tipos específicos y útiles de neuronas, dando un poderoso apoyo a la hipótesis de que el sulforafano estimula la reparación cerebral.

Las verduras que contienen sulforafano incluyen brócoli, coles de bruselas, repollo, coliflor, rábano picante, col rizada, kale, rábano, nabos, berros y bok choy. Para beneficio terapéutico, trate de consumir por lo menos 3 tazas al día, crudas o cocidas.

Emplear aprendizaje continuo

El envejecimiento se asocia a menudo con el declive cognitivo, tanto en la investigación como en la evidencia anecdótica. Sin embargo, un creciente volumen de investigación demuestra que mantener un cerebro agudo y lúcido significa nunca retirar nuestras habilidades de pensamiento crítico.

La necesidad de desafiar y expandir continuamente nuestro pensamiento fue demostrada en el mencionado estudio de 2011 publicado en el Journal of Neuropsychiatry. En este estudio, las actividades de tiempo libre de un grupo de adultos mayores (de 70 a 89 años de edad) fueron monitoreadas para determinar el efecto sobre el deterioro cognitivo leve (DCL).

El estudio determinó que el nivel de complejidad de la actividad era clave para su efectividad en la prevención del DCL. Trabajar con computadoras, leer libros y actividades asociadas con los patrones y la resolución de problemas contribuyó a una disminución significativa en las probabilidades de desarrollar DCL. Las actividades menos estimulantes no mostraron efectos estadísticos. Esto enfatiza la importancia de sentirse desafiado y estimulado por las actividades que realizamos a medida que envejecemos.

Estos hallazgos fueron reforzados por un estudio realizado en 2014 con cerca de 3.000 voluntarios, que abarcó más de una década. Este estudio examinó el beneficio potencial a largo plazo del entrenamiento cognitivo en adultos mayores. Los resultados mostraron que los participantes demostraron una mayor velocidad de procesamiento cerebral y habilidades de razonamiento hasta 10 años después de que se completó el entrenamiento.

Estos beneficios cerebrales tangibles se extendieron a la vida diaria y se midieron en la capacidad del participante para realizar las tareas diarias normales, como las finanzas personales, la preparación de las comidas y las rutinas de cuidado personal. El estudio reveló que los ambientes estimulantes ayudan a aumentar la complejidad del cerebro.

Para más información sobre las maneras de mantener su cerebro saludable, visite la base de datos de investigación de salud cerebral de GreenMedInfo en línea.

Sayer Ji es el fundador de Greenmedinfo.com, revisor del International Journal of Human Nutrition and Functional Medicine, cofundador y director ejecutivo de Systome Biomed, vicepresidente de la junta directiva de la National Health Federation y miembro del comité directivo de la Global GMO Free Coalition.

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