El Reino Unido ha comenzado a retirar de Kiev a parte del personal de su embajada y a sus dependientes en medio de las crecientes tensiones en la frontera entre Rusia y Ucrania.
La Oficina de Asuntos Exteriores y de Desarrollo de la Commonwealth (FCDO) confirmó la medida el lunes. También desaconsejó todos los viajes a tres regiones fronterizas en disputa y todos los viajes, salvo los esenciales, al resto de Ucrania.
La medida se produce después de que el viceprimer ministro Dominic Raab dijera que “existe un riesgo muy importante” de que se produzca una invasión rusa a Ucrania.
El Departamento de Estado de EE.UU. también ordenó a los familiares de los empleados del gobierno de EE.UU. en su embajada en Kiev que abandonen la capital ucraniana y autorizó la salida voluntaria de los funcionarios públicos no esenciales el domingo por la noche.
El FCDO dijo que la retirada responde a la «creciente amenaza de Rusia».
“La Embajada Británica permanece abierta y continuará realizando un trabajo esencial”, dice la última actualización de consejos de viaje.
Rusia ha acumulado decenas de miles de tropas en su frontera con Ucrania. El FCDO dijo que el “patrón de acumulaciones militares rusas cerca de la frontera este de Ucrania y en la Crimea anexada a Rusia” comenzó a fines de marzo de 2021, y existe “incertidumbre continua sobre las intenciones rusas”.
El FCDO desaconsejó todos los viajes a Donetsk Oblast y Luhansk Oblast en la frontera este de Ucrania y de la Crimea anexada a Rusia. También desaconsejó los viajes no esenciales al resto de Ucrania, donde la situación ahora es «generalmente tranquila», en caso de una escalada de eventos que se produzca rápidamente.
A aquellos que necesitan viajar se les dice que estén revisando sus planes de salida y que supervisen la situación con regularidad.
“La acción militar renovada en cualquier lugar de Ucrania reduciría en gran medida la capacidad de la embajada británica en Kiev para brindar apoyo consular”, advirtió la FCDO.
El Parlamento ruso tiene previsto votar una propuesta de los miembros del partido comunista ruso en la que se pide al Kremlin que reconozca la independencia de las disputadas regiones de Donetsk y Luhansk.
Si el Kremlin, que ha sido cauteloso con la propuesta, la respalda, se podría producir una escalada en las tensiones regionales, pero Rusia enfrentaría sanciones económicas punitivas.
El legislador de Rusia Unida, Alexander Borodai, que se autoproclamó «primer ministro» de Donetsk durante el punto álgido del conflicto en 2014, expresó su apoyo a la propuesta. Dijo a Reuters que «una guerra se convertirá en una necesidad directa» si se aprueba la propuesta.
Melanie Sun contribuyó a este artículo.
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