Un camionero de Delaware descrito por funcionarios federales como coautor del plan para secuestrar a la gobernadora de Michigan fue sentenciado a más de 19 años de prisión el miércoles, un día después de que un cómplice recibió 16 años tras las rejas.
Los fiscales habían pedido cadena perpetua para Barry Croft Jr., de 47 años, quien fue el cuarto y último acusado federal en conocer su destino. El juez Robert J. Jonker lo describió como «el tipo de la idea» detrás de la trama y lo llamó «un comunicador muy convincente» para las personas que estaban abiertas a sus puntos de vista.
Tanto Croft como Adam Fox, quien fue sentenciado el martes, fueron condenados en agosto por cargos de conspiración en Grand Rapids. Croft también fue declarado culpable de poseer un explosivo no registrado.
Fueron acusados de tramar un complot sorprendente para secuestrar a la gobernadora Gretchen Whitmer en su casa de vacaciones, dijeron las autoridades a mediados de octubre de 2020. Los conspiradores presuntamente estaban enojados por las políticas de cierre de Whitmer durante la pandemia de COVID-19.
Whitmer nunca estuvo en peligro físico, mientras que los abogados de otros acusados han argumentado que los agentes del FBI y los informantes estaban secretamente integrados en el grupo. Dos hombres acusados fueron absueltos y otros dos casos fueron a juicio nulo.
“Básicamente se estaba situando a sí mismo como un profeta… hay personas que creen en este tipo de retórica, y él la usó”, dijo el fiscal federal adjunto Nils Kessler al juez, el miércoles.
El abogado de Croft, Joshua Blanchard, dijo en una declaración judicial que en realidad no tenía autoridad sobre los demás y que a menudo los frustraba porque «no paraba de hablar”. «Sencillamente, en la medida en que el jurado determinó que era un participante, como necesariamente hicieron, lo fue en menor grado que los demás», insistió Blanchard.
Los fiscales alegaron en el juicio de agosto que tanto Fox como Croft querían provocar el caos nacional al secuestrar a la demócrata Whitmer antes de las elecciones generales de 2020. Los abogados defensores dijeron que los dos eran «muy habladores» y que fueron atrapados por informantes y agentes federales.
Los fiscales federales dijeron que una pieza clave de evidencia fue cuando Croft, Fox y otros viajaron a ver la casa de vacaciones de Whitmer en el norte de Michigan, con agentes encubiertos e informantes dentro del grupo.
En un momento dado, Croft dijo a sus aliados: «A mí tampoco me gusta ver cómo matan a nadie. Pero no se hace una tortilla sin romper algunos huevos, saben a lo que me refiero», según The Associated Press.
A principios de este mes, Whitmer publicó un video de su declaración de impacto en el que afirmaba que los acusados «apoyaron una conspiración violenta y proporcionaron apoyo material al terrorismo» y también «eligieron acciones que son antitéticas a lo que hace que nuestra nación sea fuerte y segura».
Controversias
Al menos uno de los informantes del FBI en la conspiración para secuestrar a Whitmer violó la ley federal al vender un arma a un delincuente convicto, testificó un agente del FBI el 12 de agosto. Steve Robeson, uno de los informantes que también es delincuente, compró un arma, dijo el agente Christopher Long. La ley federal prohíbe que los delincuentes convictos compren o posean armas.
Long dijo que Robeson compró una pistola Taurus de 9 mm a otra informante del FBI, Jenny Plunk.
Anteriormente, Michael Hills, abogado del acusado Brandon Caserta, argumentó a principios de 2021 que un agente de campo del FBI habría dicho a un informante que mintiera y borrara los mensajes de texto. Hills, mientras estaba en la corte, proporcionó imágenes que pretendían mostrar a la agente del FBI Impola Henrik diciéndole al acusado que se «asegurara de borrarlos», posiblemente refiriéndose a mensajes de texto sobre el complot.
“Estos mensajes de texto indican que el FBI estaba presionando a su agente pagado para que reclutara personas activamente en un acto manifiesto en apoyo de una conspiración”, escribió Hills en una presentación el año pasado.
En respuesta, los fiscales federales escribieron que los acusados en la trama no estaban atrapados y dijeron que el FBI no estaba involucrado en el fomento del plan para secuestrar a Whitmer. Kessler, el ayudante del fiscal federal, escribió que los «acusados estaban predispuestos a unirse a las conspiraciones de secuestro y explosivos» y no necesitaban la ayuda del FBI.
Con información de The Associated Press.
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