NUEVA YORK – La música comunica lo que las palabras no pueden, sobrepasando el lenguaje y hablando directamente al corazón, la mente y el alma.
Cuando el cantante y compositor Tomaczek Bednarek vio nuevamente a Shen Yun Performing Arts en el Lincoln Center el 10 de enero, estaba profundamente en sintonía con la música y con cómo elevaba todas las historias y emociones del espectáculo.
“Lo que estuvo magnífico, una vez más, fue la música; la brillantez del espectáculo fue absolutamente impresionante”, dijo Bednarek.
También tuvo elogios para distintos aspectos del show: el estado atlético y el talento artístico de los bailarines, los 5000 años de cultura que recobraron vida y las narrativas hábilmente elaboradas. Además se vio atraído por los detalles del arte dentro del arte, como en una danza que contaba una historia sobre un cuadro y un poema, y cómo contaba una historia de amor a través de las distintas etapas de la vida.
También se sintió conmovido por la espiritualidad de la cultura, que impregnó todo el espectáculo a través de la danza, el vestuario, las historias y, en realidad, la cultura en sí misma, la cual es considerada de inspiración divina.
Sin embargo la música fue lo que realzó al resto de la actuación.
“Es absolutamente poderoso, porque se puede ver la magnificencia de todo esto resonando poderosamente en los artistas”, dijo sobre los temas del espectáculo. “Y naciendo de eso, la emoción de la música, elevándolos aún más alto”.
También dijo que la eficacia de la música –la orquesta en vivo interpretando composiciones originales para una orquesta occidental, combinadas con instrumentos chinos– es lo que convierte a Shen Yun en algo que necesita ser visto una y otra vez.
“La música es algo muy especial, ¿sabes? Es poderosa. La música tiene una manera de emprender el viaje de la vida y de producir una maravilla que uno quiere experimentar una y otra vez”, agregó.
“La bondad y la gracia que se ve en una producción como esta es algo muy especial para el corazón y el espíritu”, dijo. “Es algo que quieres sentir de nuevo”.
En Shen Yun uno encuentra algo especial, y cualquiera que haya sentido eso en un espectáculo sin duda querrá volver a sentirlo, explicó.
“Quieren volver y volver a disfrutar y revitalizarse y renovar el vigor y la brillantez de sus corazones. Eso es algo muy, muy importante”, dijo.
Reconoció que es una lástima el hecho de que Shen Yun, con sede en Nueva York, no pueda actuar en China, donde el Partido Comunista Chino ha estado librando una guerra contra la cultura tradicional durante décadas, pero más que todo eso, Shen Yun es una celebración.
“Lo que es magnífico es saber que todo este grupo ha venido aquí, resonando en China, celebrando a China, pero han venido a los Estados Unidos de América. Han venido al mundo occidental a celebrar algo tan poderoso y a dar voz a algo que quizás no puedan hacer en su propio país”, dijo.
Y desde el comienzo de Shen Yun en 2006, la compañía ha crecido hasta convertirse en seis compañías de igual tamaño que realizan giras simultáneas por todo el mundo. Este año llegará a más de 130 ciudades de todos los continentes. Bednarek dijo que la hermosa resonancia era motivo de celebración.
Quiso decirle a Shen Yun: “Todos ustedes pueden compartir esto, y conmoverán vidas por toda América, el mundo occidental, maravillosamente”.
“La gente necesita ver esto una y otra vez, y eso es muy poderoso”, dijo.
Con reportajes de NTD Television y Catherine Yang.
La Gran Época considera a Shen Yun Performing Arts como el evento cultural más significativo de nuestros tiempos y ha cubierto las reacciones del público desde el nacimiento de la compañía en 2006.
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