CANBERRA- Sentada en un café de la capital de Australia, Rebecca Jiang luce como cualquier otra joven que disfruta de un almuerzo un domingo. Uno no se imaginaría que ha viajado por todo el mundo mostrando su dominio de las diversas formas de la danza clásica china, y que es una bailarina consagrada de Shen Yun Performing Arts.
Rebecca, cuyos padres son originarios de China, pasó la mayor parte de sus años de formación en Canberra, la capital de Australia, reconocida como el lugar de encuentro para la gente del país y por su animada escena universitaria. Fue en este ambiente vibrante que Rebecca encontró su pasión por la danza clásica china. Aunque su viaje comenzó con el entrenamiento en gimnasia artística a la edad de ocho años, no fue hasta que vio por primera vez a Shen Yun, cuando era una adolescente, que Rebecca encontró su lugar.
«Cuando vi por primera vez Shen Yun, todo lo que quería hacer era aprender a ser tan grácil y hermosa como las bailarinas en el escenario», dijo.
La misión de Shen Yun Performing Arts es revivir 5000 años de rica cultura china. Mediante la representación de historias a través del canto y la danza, la compañía busca conectar al público con una cultura tradicional que ha sido suprimida bajo seis décadas de dominio comunista en China. Establecida en Nueva York en 2006, Shen Yun ahora tiene varias compañías que viajan por el mundo, cada una con un conjunto completo de bailarines, orquesta, cantantes y músicos.
Este es el 11º año de Rebecca en Shen Yun. Ha actuado en más de 1200 funciones, incluyendo en lugares de primer nivel como el Lincoln Center de la ciudad de Nueva York y el Kennedy Center de Washington D.C. Con su ritmo de vida, Rebecca dice que apenas se ha dado cuenta de cómo han pasado los años ahora que está viviendo su sueño.
«Todo sucedió tan rápido. Nunca he tenido tiempo de dar un paso atrás y considerarlo todo», dijo.
Los años han visto a Rebecca realizar muchas hazañas. Ahora ha refinado el arte de la danza clásica china, ha viajado por cuatro continentes en múltiples ocasiones y ha sido la primera bailarina en varias danzas de Shen Yun.
Estos logros fueron alcanzados mediante trabajo duro y el estudio diligente de las artes. Esto no ha sido fácil para Rebecca, que confiesa no haber sido una niña con mucha iniciativa.
«Antes de bailar, era perezosa y nunca me esforzaba mucho por nada», cuenta Rebecca. «Pero la danza me ha enseñado a trabajar más duro y a ser más independiente».
«Bailar no es una habilidad que mejore sin el esfuerzo. Si no practicas, tu cuerpo no será muy ágil, así que tuve que repetir muchas veces mis movimientos y técnicas para perfeccionarlos».
Si se observan algunos de los saltos, giros o volteretas acrobáticas que Rebecca hace en el escenario, sin duda se comprenderá la necesidad de la práctica constante.
Aun con su arduo trabajo y amplia experiencia, Rebecca cree que no basta con conocer solo la técnica, sino que también hay que entender el significado más profundo de lo que se intenta representar.
«En nuestra actuación de los Tazones Mongoles yo era la primera bailarina. Tenía un movimiento en el que vertía té con leche en un tazón justo antes de mi última pose. De hecho, ello significaba que estaba sirviéndole té con leche a nuestros invitados (el público), lo cual es reflejo de la hospitalidad mongola».
«Antes de saber eso, lo único en lo que me enfocaba era en que el té con leche no se derramara por todas partes», dijo.
Rebecca ahora está acostumbrada a protagonizar danzas y ser el punto focal de la mirada del público. Pero ella dice que ser primera bailarina es mucho más que simplemente hacer los movimientos correctos.
«Cuando eres una primera bailarina tiendes a estar al frente y en el centro, así que todas las demás siguen tus pasos. Entonces es importante cómo completo mis movimientos y el tiempo de mis movimientos de danza, porque estoy dirigiendo a las otras», dijo.
Liderar sobre el escenario es una cosa, pero Rebecca también tiene un papel importante entre bastidores. Como bailarina experimentada, su guía y experiencia han ayudado a desarrollar el talento que proviene de la Academia de Artes Fei Tian, la fuente de entrenamiento de Shen Yun Performing Arts.
Habiendo comenzado en Fei Tian de pequeña, Rebecca espera poder retribuir el favor de los muchos mentores que tuvo a lo largo de una década.
«Cuando ingresé a Shen Yun era una de las más jóvenes y tenía muchas hermanas mayores que me cuidaban», cuenta Rebecca.
«Pero con el paso de los años, muchos más jóvenes se unieron. Pasé de ser cuidada, a ser responsable y cuidar de los demás».
«Ahora paso mucho tiempo ayudando a los compañeros más jóvenes y menos experimentados, en términos de danza y también en la vida diaria».
Su rol de líder será más valioso hacia fines de año, cuando la compañía comience su gira anual 2019 con un programa completamente nuevo. Habiendo viajado a más de 25 países, Rebecca no es ajena a este proceso.
Aunque ha disfrutado de cada uno de los países que ha visitado con Shen Yun, Rebecca comenta que Japón fue el que más le gustó.
«A diferencia de China continental, Japón conserva gran parte de su cultura e historia. También se nota en la gente, que es humilde y cortés», dijo.
Esto indudablemente la toca en lo profundo, ya que ella misma está en una misión por revivir su propia cultura por medio de la danza.
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