ATLANTA–Tracy Beaton, dueña de una academia de música, esperó nueve años para ver Shen Yun Performing Arts. El 11 de enero por la noche, tuvo finalmente la oportunidad y disfrutó del espectáculo de la compañía en el Atlanta Symphony Hall junto a su marido Bradford, analista informático sénior, y su hija Sarah.
“Fue precioso. Impresionante. Me encantó el sentimiento espiritual que había detrás y la profesionalidad. Me siento feliz y animada por haber estado aquí”, dijo la Sra. Beaton.
“Me hizo apreciar mi libertad y [pensar en] lo lejos que llegaría para proteger mis creencias. Ellos son seres divinos que se expresan a través de una forma de arte absolutamente impresionante. Me gusta más que el ballet francés, y me encanta el ballet”.
Shen Yun Performing Arts, la compañía de danza clásica china y música más importante del mundo, fue fundada en 2006 por un grupo de destacados artistas chinos que habían huido de la persecución por parte del partido comunista.
Tras la toma del poder comunista en China en 1949, la cultura tradicional china atravesó un periodo de destrucción. Desde la creación de Shen Yun, los artistas neoyorquinos se han propuesto revivir los 5000 años de cultura china inspirada en lo divino.
Durante años, Beaton se negó a ver Shen Yun porque pensaba que la compañía estaba afiliada al régimen comunista chino. Sin embargo, tras escuchar en un programa de entrevistas los problemas y el acoso que los artistas de Shen Yun habían sufrido a manos del Partido Comunista Chino, cambió de opinión.
“Fue muy conmovedor. El arte, la profesionalidad y el colorido fueron sorprendentemente agradables”, comentó el Sr. Beaton. “Es increíble imaginar que Shen Yun tenga ocho compañías tan grandes [de gira] por todo el mundo”.
Le conmovió especialmente el acto de danza de Shen Yun que representaba la persecución del Partido Comunista Chino contra Falun Gong, una práctica de meditación que proviene de la larga tradición china de prácticas de cultivación espiritual.
“Lloré. Los tres [principios] de verdad, benevolencia y tolerancia–porque todo tiene que empezar con la verdad. Si te sales de la verdad, te metes en problemas”, dijo. “Las historias tenían muchos imperativos morales”.
Aunque Shen Yun es muy apreciada en todo el mundo por su interés en recuperar la cultura tradicional y denunciar los problemas de derechos humanos en la China de hoy, el régimen gobernante le prohíbe actuar en China.
La Sra. Beaton, por su parte, dijo que estaba demasiado atónita para llorar.
“Fue como una bofetada en la cara que la gente pueda ser tan cruel con otras personas solo porque creen en algo, aunque sean inofensivas”, dijo, conmovida por el mensaje espiritual de los artistas.
“Me dejó boquiabierta. Fue tan expresivo [al decirte que] está bien ser quien eres, creer en lo que quieres creer y levantarte contra la tiranía. Fue muy inspirador”.
También le sorprendió la modestia de las bailarinas de Shen Yun.
“El cuerpo humano seguía representado–estaba cubierto, y era limpio y bello. Me encantó el atletismo”, dijo.
“Son buenas personas. Me encantó el espíritu del espectáculo y [el hecho] de que recogen sus tradiciones y sus creencias y las comparten con nosotros”.
Con reportajes de Frank Xie, Frank Liang y Jennifer Tseng.
The Epoch Times considera a Shen Yun Performing Arts como el evento cultural más importante de nuestro tiempo y ha cubierto los comentarios del público desde la creación de la compañía en 2006.
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