Si pudiéramos preguntarle a Miguel Ángel sobre las cualidades necesarias para crear una obra maestra del arte, podríamos entender los valores que guiaron su propio arte. Él podría mencionar la «paciencia» porque sus creaciones requerían trabajo duro, precisión y una mano habilidosa. Podría decir «devoción» porque se dedicó de todo corazón a su arte. Podría decir «fe en lo divino» porque estaba convencido de que su misión artística provenía de Dios.
«Muchos creen -y yo creo- que fui designado por Dios para esta obra. A pesar de mi vejez, no quiero renunciar a ella; trabajo por amor a Dios y pongo toda mi esperanza en Él», dijo.
Miguel Ángel fue uno de los artistas más importantes del Renacimiento italiano, período que dio origen a brillantes obras de arte que aún hoy nos inspiran con su belleza, perfección y representación de mundos más allá del nuestro. Vivió durante el tiempo en que la gente descubrió las obras de los antiguos romanos y griegos y comenzó a reevaluar su propia visión de la vida.
La escultura era una forma de arte que los antiguos habían dominado, representando el cuerpo humano con notable precisión y belleza. No solo los ricos del Renacimiento italiano compraban arte griego antiguo, sino que los artistas aspiraban a emularlo. El genio de Miguel Ángel nos dejó con obras exquisitamente realistas. De pie junto a una de sus esculturas, casi podemos sentir respirar a la Virgen en la obra La Piedad o creer que de un momento a otro David se moverá para lanzar la roca hacia Goliat.
Las obras de Miguel Ángel representan escenas bíblicas; las antiguas esculturas griegas y romanas representan el panteón de sus dioses. En ambos casos, los ojos se volvieron hacia lo divino en busca de inspiración y temática. Miguel Ángel dijo: «La verdadera obra de arte no es más que una sombra de la perfección divina». También afirmó que él no era el creador original de sus esculturas. «Vi al ángel en el mármol y esculpí hasta que lo liberé», dijo. Las palabras de Miguel Ángel indican que la obra de arte existía antes de que él la tocara; su tarea era dejarla salir para que la gente la viera.
Aunque no podemos saber con precisión cómo surgió su inspiración artística, hay registros de muchos pintores o escultores de arte religioso a lo largo de la historia que creyeron que las visiones divinas guiaron su trabajo.
Cuevas de Dunhuang
En China está la ciudad oasis de Dunhuang, famosa por las cuevas de Mogao, que alberga una increíble colección de pinturas y estatuas budistas. Las más de 500 cuevas contienen escenas de paraísos celestiales, Budas y deidades. Las cuevas han sido un lugar de peregrinación durante siglos y contienen algunos de los mayores tesoros artísticos del mundo.
La historia cuenta que en el año 366 d.C., un monje budista llamado Le Zun se detuvo en la zona y vio una gloriosa escena celestial: aparecieron ante él miles de brillantes Budas, rodeados de doncellas celestiales que tocaban música divina. Como pintor y escultor avezado, Le Zun entró en una cueva de la montaña y se puso a trabajar para recrear esa visión. Más tarde, más monjes llegaron a esta zona y vieron escenas similares. Entraron en las cuevas de las montañas circundantes y las llenaron de espléndidas imágenes de otros mundos.
Aunque vivieron con más de mil años de diferencia y formaron parte de tradiciones culturales diferentes, Miguel Ángel y Le Zun dejaron para sus contemporáneos y futuras generaciones lo que consideraban un legado de inspiración divina. Estas obras artísticas elevaron a la gente a través de la belleza y la alegría. También inspiraron una apreciación más profunda del rol de lo divino en este mundo.
Shen Yun y lo Divino
Hoy en día, otro grupo de artistas está trabajando para crear exquisitas obras de arte, guiados por la inspiración divina. Desde su creación en 2006, Shen Yun Performing Arts, con sede en Nueva York, se ha dedicado a revivir el mundo perdido de la cultura tradicional china y compartirlo con el mundo.
Visitando más de 150 teatros cada año, Shen Yun presenta danza clásica china, danzas étnicas y folclóricas, y danzas basadas en cuentos, acompañadas por una orquesta. Shen Yun también presenta artistas solistas, tanto cantantes líricos como y músicos instrumentales, y una pantalla de fondo digital que interactúa con los bailarines de manera innovadora.
Cada aspecto del espectáculo de Shen Yun es ejecutado de manera notable. El equipo artístico presta atención no solo a la actuación y a su ejecución técnica, sino también al reino interior de los bailarines. Según el sitio web de la compañía, los bailarines, músicos y todo el equipo buscan la inspiración divina, tal como lo hicieron los grandes artistas del pasado.
«Para ellos, esta conexión espiritual es la motivación para esforzarse por sobresalir, es el corazón detrás de cada movimiento del bailarín y cada nota del músico. Es por eso que el público puede sentir que hay algo diferente en Shen Yun. Su fuente de inspiración, arraigada en la cultura tradicional china, es la disciplina espiritual conocida como Falun Dafa», dice el sitio web. Enfocada en el mejoramiento del carácter, esta práctica basada en la meditación se fundamenta en los principios universales de verdad, benevolencia y tolerancia.
El nombre Shen Yun puede traducirse del chino como «la belleza de los seres divinos danzando», y el nombre cobra vida cuando los artistas, vestidos con atuendos chinos antiguos o adornados como figuras celestiales, danzan con gracia sobre el escenario. Los movimientos de las damas son delicados y suaves con una ejecución técnica precisa. Los hombres encarnan la fuerza y la elegancia construidas sobre una base atlética superior. La sincronización de los bailarines es particularmente asombrosa. Se mueven como uno solo, incluso en coreografías notablemente intrincadas y de rápido movimiento.
A través de la orquesta, que combina las tradiciones orientales y occidentales, podemos escuchar la fuerza de los instrumentos occidentales y el espíritu de los instrumentos chinos. La habilidad de Shen Yun para fusionar las distintas tonalidades de los dos sistemas es tan impecable que parece que las dos tradiciones siempre han estado trabajando juntas. De hecho, se trata de una tarea increíblemente difícil y de una nueva frontera en la música clásica.
Las obras de Shen Yun son composiciones originales que reflejan la historia de China, las tradiciones étnicas y folclóricas y la naturaleza única de la orquesta. Los compositores de Shen Yun utilizan técnicas clásicas de composición, guiados por los principios de bondad e inspiración divina.
Sabemos que muchos compositores occidentales como Bach, Handel y Mozart creían que su música estaba inspirada por Dios. Los antiguos compositores chinos también sostenían que sus obras eran guiadas por el Cielo. Prestaban especial atención a la armonía entre el Cielo, la Tierra y el cuerpo humano. «En el pasado, existía este concepto de música elegante que nutría la virtud», dijo Jing Xian, una de las compositoras, en el vídeo «La música de Shen Yun». Según ella, este es también el objetivo de la música de Shen Yun, y podemos sentirlo a través de sus sonidos pacíficos, alegres y vigorosos.
Shen Yun está a punto de emprender su gira 2020 con un nuevo programa de danza y música. A medida que nos preparamos para el nuevo año que se avecina, solo podemos preguntarnos qué inspiración podremos encontrar en sus actuaciones de este año.
Para más información, visite: ShenYun.com
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