«Fue muy, muy lindo, muy agradable a los ojos, agradable al alma y muy profesional. Realmente aprecié el espectáculo».
«Esta danza clásica china se remonta a miles de años. Quedé impresionada cuando me enteré. Lo disfrutamos mucho».
«Todo lo que hicieron con su lenguaje corporal fue muy impresionante. Las expresiones faciales y todo lo demás son hermosas. Fue realmente muy conmovedor».
«Realmente puedes sentir lo que estaban bailando, lo que estaban transmitiendo, todos los sentimientos y por lo que estaban pasando—el dolor, la angustia, la felicidad, el gozo. Estuvieron grandiosos en poner eso en su danza».
«El mensaje es que tenemos un Creador. Yo creo en Dios. El mensaje de Dios nunca cambia. Es el mismo que al principio, pero el mundo cambia todo el tiempo. Deberíamos aferrarnos a lo que Dios tenía planeado originalmente que fuéramos—ser buenos y amarnos. Ahora hay mucho mal, mucho mal en el mundo, así que debemos regresar y buscar nuestras raíces».
«Hay un mensaje, hay una revelación, y fue muy lindo ver eso».
«El espectáculo es muy intenso, muy profundo. Tiene un significado, y está hecho con excelencia. Todo lo que hacemos por Dios tiene que ser hecho con excelencia—con amor, con respeto y con gozo. Yo vi todo eso en los bailarines».
«Sentí mucho amor. Nosotros creemos que Dios es amor. Hubo mucho amor entre los bailarines».
— Julia Carpena Mannucci, maestra de ballet clásico, directora de la Academia de Ballet JCS
Centro Adrienne Arsht para las Artes Escénicas, Miami, Estados Unidos
Compañía de Norteamérica de Shen Yun
31 de marzo de 2018
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