Un sheriff del condado de Butler (Ohio) anunció el 26 de mayo que su oficina puso fin a su relación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para evitar que el gobierno de Biden libere a inmigrantes ilegales en la comunidad.
La oficina del sheriff Richard K. Jones dijo que notificó a la agencia que ya no aceptará detenidos en la cárcel del condado de Butler, con efecto inmediato. Jones también está terminando un contrato con el ICE que desde 2003 le permitió albergar a los inmigrantes ilegales mientras ellos esperaban las audiencias de inmigración, según un comunicado de prensa posteado en Twitter el 26 de mayo.
«¡Apoyo al centro penitenciario y a mi personal!» dijo Jones en Twitter.
Según el Sheriff, el personal de la cárcel del condado de Butler opera una «instalación correccional eficiente» pero los funcionarios federales «siguen añadiendo mandatos irrazonables y de coste prohibitivo para retener a estos inmigrantes ilegales».
«Con la crisis en la frontera empeorando, me preocupa que los federales envíen a los detenidos a mi instalación, y luego los liberen a las calles de mi comunidad bajo algún tecnicismo. Es mejor poner fin a este acuerdo ahora, que dejar que eso ocurra», dijo Jones.
«A diferencia de esta administración actual, sigo siendo un firme creyente de que nuestro gobierno debe hacer cumplir estrictamente las leyes de inmigración y seguiré promoviendo esa postura en cada oportunidad», añadió.
Actualmente hay unos 50 detenidos del ICE en la cárcel del condado, y la agencia tiene 60 días para sacarlos, indicó el sheriff de acuerdo a FOX 19.
«Ellos tienen que alojarlos en algún lugar, pero no lo van a hacer aquí. No voy a beber el Kool-Aid», dijo el Sheriff Jones.
El ICE no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Los arrestos y detenciones de inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos aumentaron el mes pasado un tres por ciento con respecto a marzo, hasta alcanzar los 178,622, el total más alto de un mes en 20 años, según los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Las cifras del mes pasado, sin embargo, marcaron el primer mes desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en el que la CBP no registró un alza importante mensual en el número de arrestos y detenciones en la frontera, a pesar de alcanzar niveles récord.
Aunque el gobierno de Biden ha calificado el aumento sin precedentes de las cifras como un «desafío», ni el presidente ni la vicepresidenta han visitado la frontera.
El 25 de abril, cuando un periodista le preguntó a la vicepresidenta Harris por qué no había visitado la frontera sur, respondió: «No voy a hacer juegos políticos».
«Después de llegar al cargo, nuestra administración se puso inmediatamente en acción para hacer frente a la afluencia de migrantes en la frontera, algo que comenzó y que se exacerbó durante la administración Trump», dijo el 4 de mayo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
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