¿Snickers con sabor a sangre? Está en la cama con los Juegos Olímpicos de Beijing 2022

Por ANDERS CORR
06 de mayo de 2021 9:06 PM Actualizado: 06 de mayo de 2021 9:06 PM

Comentario

La división de golosinas Snickers del grupo alimentario Mars, es la única empresa estadounidense con un acuerdo de patrocinio directo en Beijing para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Snickers no se alineó con Estados Unidos, junto con los parlamentos del Reino Unido, Canadá y Holanda, después que pidieran el fin del genocidio en China contra los uigures. Aún así, Mars persiste en sus acuerdos con China.

Snickers se enorgullece supuestamente de su política de derechos humanos, lo que hace que las barras de caramelo de la empresa dejen un sabor no solo a sangre, sino también a hipocresía. El director general de Mars, Frank Reid, fue citado por la Exposición Internacional de Importación de China (CIIE) en 2019 diciendo: «Como beneficiario de la profundización de la reforma y la política de apertura de China, Mars continuará apoyando esta visión estratégica y contribuyendo a un mundo mejor que queremos mañana». ¿Un «mundo mejor» dirigido por Beijing? Por favor, Frank.

Al parecer Reid no tiene ningún compromiso con la democracia o los derechos humanos. Solo con la «apertura» para más negocios. ¿Qué habría hecho Reid si Alemania se hubiera «abierto» para vender barritas Snickers durante los Juegos Olímpicos de 1936? ¿Poner una pequeña esvástica en ellas para mejorar las ventas?

China es el segundo mercado de Mars después de Estados Unidos, según Clarence Mak, presidente de Mars Wrigley en China. Esto probablemente explique el trato directo de Snickers con Beijing en los Juegos Olímpicos.

Pero el Sr. Mak debería saber que no es ético hacer negocios con un país que está cometiendo un genocidio. La vieja hoja de parra del «compromiso» empresarial con Beijing para liberalizar su política desapareció y los burócratas de nivel medio no están exentos de consideraciones éticas. Rechacen los trabajos en China por su propio bien. China secuestra personal como palanca para las negociaciones.

Canadá-China

Turnisa Matsedik-Qira, de la Asociación Uigur de Vancouver, se manifiesta en contra del trato de China a los uigures mientras sostiene una foto de los canadienses detenidos, Michael Spavor (iz) y Michael Kovrig, fuera del lugar de comparecencia de la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, ante la Corte Suprema de B.C. en Vancouver el 8 de mayo de 2019. (Jason Redmond/AFP vía Getty Images)

El sitio web de Mars afirma que tiene una «asociación comercial estratégica global» con el grupo chino Alibaba. «Todas las marcas de Mars en China, incluidas seis marcas con un valor de más de mil millones de dólares estadounidenses cada una —Dove®, Snickers®, M&M’s®, Extra®, Pedigree® y Royal Canin®— estarán disponibles en todas las plataformas de Alibaba», según una declaración de la compañía Mars en su sitio web. Mars tiene siete instalaciones de producción e investigación y desarrollo en China, 47 sucursales y 13,000 empleados y contratistas. Mars también vende sus marcas Wrigley Doublemint y TFBoys en China.

¿Huele el dinero?

Otras empresas patrocinan los «juegos», pero a través del Comité Olímpico Internacional (COI) y no directamente con Beijing. Ellas también están esquivando las cuestiones del genocidio y el boicot, o el traslado de los juegos a otra ciudad más razonable, como Vancouver o Tokio. Si hay poco tiempo para trasladar todos los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 a una sola ciudad, ¿por qué no trasladarlos a varias? Cuando se cruza la línea roja del genocidio, no debería haber más negocios como de costumbre. Los Juegos Olímpicos no están exentos. El presidente del COI no está exento. ¿Estás escuchando Thomas Bach?

Las empresas que actualmente patrocinan los Juegos Olímpicos a través del COI y que intentan eludir su responsabilidad, responden en su mayoría con un «sin comentarios» al genocidio. No responden a las cartas de los grupos de derechos humanos, y 11 de las 13 se negaron a responder a una investigación de Financial Times. Entre estas empresas que no responden se encuentran Coca-Cola, Airbnb, Visa, Panasonic, Toyota, Samsung y Alibaba. Incluso una empresa suiza, EF Education, está implicada. Es una de las dos únicas empresas con un acuerdo directo con Beijing sobre los Juegos Olímpicos.

Allianz defendió absurdamente su patrocinio de los juegos, insinuando que China tiene una «visión diferente de los derechos humanos». ¿Cómo puede ser el genocidio una visión diferente de los derechos humanos? Es el polo opuesto.

Omega intenta convencer a sus supuestos clientes discriminatorios con una falsa equivalencia, señalando que patrocinó los juegos de Los Ángeles en 1984 a pesar del boicot de varias naciones. Omega debería disculparse y aclarar públicamente: Los Ángeles en 1984 no fue un genocidio. Por su propio bien, Omega también debería aclarar que la lógica de su equipo de relaciones públicas no se refleja en la lógica de sus cronógrafos.

Al igual que Mars Inc., la mayoría de los ejecutivos de estas empresas se están exprimiendo en su lucha por obtener miles de millones de ingresos futuros en China. Esos ingresos significan bonificaciones para los ejecutivos que podrían justificar otra casa de vacaciones o un nuevo Porsche. Ellos tienen las narices metidas en una hoja de Excel, cuyo resultado final es el beneficio. No les importa nada más cuando están en la oficina. Sus declaraciones públicas o la falta de ellas se hacen mientras intentan conseguir el favor de Beijing. El favor político en una gran dictadura genocida equivale a dinero.

Pero el consumidor consciente no tiene por qué seguir hacia donde van las corporaciones. Las fotos de una reciente prueba de sabor mostraron que una marca genérica de las barritas Mars y Snickers son igual de buenas a menos de una quinta parte del precio. Así que, hasta que Snickers saque la sangre de su chocolate, haga el cambio conmigo. Boicotee a Snickers. Boicotee a Mars y a todas sus filiales. Boicoteen a todos los patrocinadores de los Juegos Olímpicos. Acabemos con la hipocresía.

Por otra parte, los boicots de los consumidores no son suficientes. Estados Unidos y la Unión Europea no solo deben reconocer el genocidio, sino desvincularse de China. Legislar sanciones económicas contra Beijing para que las corporaciones a las que solo les importa el beneficio, tengan que abandonar el mercado chino. A su vez China debe abandonar nuestros mercados. No más negocios como siempre, hasta que el genocidio termine.

Anders Corr es licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Yale (2001) y doctor en gobernación de la Universidad de Harvard (2008). Es el director de Corr Analytics Inc., editora del Journal of Political Risk, y ha llevado a cabo extensas investigaciones en Norteamérica, Europa y Asia. Es el autor de «The Concentration of Power» (Concentración del poder), de próxima aparición en 2021 y «No Trespassing» (Prohibido el paso), y el editor de «Great Powers, Grand Strategies» (Grandes poderes, grandes estrategias).

Siga a Anders en Twitter: @anderscorr


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.