Soldado que salvó a un hombre agonizando en la 2a Guerra Mundial se reúne con él 4 décadas después

Por SWNS
19 de noviembre de 2021 2:01 PM Actualizado: 19 de noviembre de 2021 2:01 PM

Un soldado británico que salvó a un hombre que estaba agonizando después de que le volaron la pierna en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial se reunió con él cuatro décadas después cuando se encontró con su esposa en el supermercado local. Con motivo del 13º aniversario de la muerte del soldado, su familia compartió la increíble historia del especial reencuentro.

Richard Battherham había sido desplegado a Senio, Italia, cuando se cruzó con James Hyatt, que entonces tenía 18 años y estaba herido. El joven era el último miembro sobreviviente de su pelotón de Fusileros Reales después de un bombardeo, que dejó al soldado adolescente con una de sus piernas voladas.

Richard Battherham durante la Segunda Guerra Mundial. (SWNS)

«Fue el día de San Esteban de 1944 cuando papá escuchó los gritos de un joven. Otros le dijeron que si intentaba buscar al soldado, pondría su propia vida en peligro, pero papá dijo que no podía dejarlo», recuerda la hija de Richard, Valarie Tyler, de 71 años. «Bajó a la orilla del río y encontró al soldado herido. Papá dijo que una de sus piernas estaba casi colgando».

Al ver su situación, Richard, que entonces tenía 20 años, le brindó primeros auxilios a James y luego lo llevó en hombros hasta el campamento base.

«Cuando llegó a la base, el soldado le preguntó el nombre a papá antes de desmayarse», contó Valarie.

Aunque Richard dejó a James en buenas manos, la familia recuerda que siempre se preguntó si el soldado que rescató en Senio había sobrevivido.

Richard Battherham durante la Segunda Guerra Mundial. (SWNS)
Richard Battherham y su esposa, Kathy, el día de su boda en 1948. (SWNS)

Y entonces, 42 años después, ocurrió un «milagro».

«Mis padres vivían cerca de Wimbledon Common y les encantaba pasear», relató Valarie. «Solían bajar la larga colina hasta Southfields, donde tenían su frutería favorita».

La esposa de Richard, Kathy, hablaba mucho con Rose, la señora encargada de la frutería. Mientras la pareja visitaba el local un día, Rose mencionó que iba a ir de vacaciones a Italia con su esposo, que quería regresar allí después que una bomba le voló la pierna durante la guerra. El lugar que iban a visitar era el mismo en el que Richard había rescatado al soldado.

Cuando Rose mencionó el nombre de su esposo, Richard le explicó lo que había hecho en la guerra y le preguntó si podía enviarle un anillo a su esposo.

«Papá tomó el número de Rose y llamó por teléfono esa noche», dijo Valarie.

Después de la llamada, la pareja se reunió en una cafetería de la zona y descubrieron que vivían a una milla de distancia al suroeste de Londres.

«Cuando se encontraron, se dieron cuenta que era el mismo lugar. Al parecer, James dijo que todos los días había pensado en papá y se preguntaba si alguna vez tendría la oportunidad de darle las gracias», recordó Valarie.

Ambos se la llevaron muy bien y mantuvieron el contacto con frecuentes llamadas telefónicas y visitas en cafeterías, alternando entre sus ciudades natales de Wimbledon y Southfields, en Inglaterra.

Rose siempre le atribuyó a Richard el mérito de que la pareja hubiera tenido seis hijos y muchos nietos.

Posteriormente, Richard fue el invitado de honor en el 50º aniversario de boda de Rose y James, en 1991, y lo reconoció como la única razón por la que pudieron celebrarlo.

(Izq. -der.) Kathy Battherham, Rose Hyatt, James Hyatt y Richard Battherham en el 50º aniversario de boda de Rose y James. (SWNS)

«Jim hizo un discurso diciendo que si no fuera por papá, ninguno de ellos estaría aquí», dijo Valarie. «Esta fue probablemente la única vez que vi llorar a mi padre».

Al poco tiempo, James falleció.

«Fue una extraña coincidencia, pero fue maravilloso ver cómo pudieron responder a sus preguntas sobre el otro», dijo Valarie.

La nieta de Richard, Sarah Watt, de 38 años, coincide con el sentimiento de Valarie.

Richard Battherham y su esposa, Kathy. (SWNS)

«Estoy muy orgullosa de él. Pero lo más curioso es que él era increíblemente humilde», dijo Sarah. «Yo le decía que era un héroe, pero él solo decía que hizo lo que debía hacer».

Richard falleció el 14 de noviembre de 2008, a los 84 años, después de combatir un cáncer de intestino. Su esposa, Kathy, vivió hasta enero de 2019. Le sobreviven tres hijos, Valarie, de 71 años, Susan, de 64, y Tony, junto a sus cinco nietos y cuatro bisnietos.

Con información del personal de Epoch Times.


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