Adolescente pierde todos los dedos de su mano derecha, pero nada le impide ser la mejor de su clase

Por The Epoch Times
06 de septiembre de 2017 12:11 PM Actualizado: 09 de agosto de 2019 7:18 PM

El viaje de recuperación de Yvonne Tan Li Xuan, cuya mano derecha quedó atrapada en una juguera en 2013, fue increíble. New Paper cubrió su ejemplar historia de resiliencia y determinación para compartir con el mundo cómo a pesar de este terrible accidente, la joven obtuvo la mejor puntuación en los exámenes nacionales para pasar al secundario.

Perder los dedos de su mano derecha, para esta estudiante significó aprender a hacer todo con su mano izquierda.

Yvonne solo tenía 14 años cuando su mano derecha quedó atrapada en el exprimidor de caña, mientras intentaba sacar un pedazo de caña de azúcar que se había atascado. Ella estaba ayudando a su padre en el puesto de bebidas en Toa Payoh, en Singapur.

En el accidente perdió los dedos índice y medio, pero lograron hacer un trasplante con uno de los dedos de sus pies para salvar el dedo pulgar que estaba parcialmente cortado. La exitosa operación le devolvió la habilidad de sostener cosas con su mano derecha.

Sin embargo, todavía tenía que aprender a escribir y sostener las cosas con la mano izquierda y tardó un tiempo antes de que Yvonne, miembro de la Brigada de las Chicas, pudiera finalmente levantar los brazos a 90 grados. Eso no le impidió regresar a la escuela dos meses después del accidente.

Trabajo duro y práctica

Aprender a escribir le llevó más de un mes. «El proceso resultó no ser tan malo. Es solo que las palabras están torcidas y desordenadas», explica. «Todo es difícil la primera vez. Se necesita tiempo para acostumbrarse. Solo hay que practicar».

Yvonne cuenta que se volvió más lenta para completar su trabajo. «Realmente no soporto el trabajo desordenado. Entonces, si mis palabras parecen torcidas, las reescribiré», explicó.

Teniendo en cuenta por todo lo que ha pasado Yvonne, se le dio un 25% adicional a la duración de cada escrito para completar sus exámenes.

Y, a pesar de todos los obstáculos que tuvo que afrontar, logró alcanzar el nivel académico que buscaba.

Yvonne contó a New Paper, que su mente vuelve al accidente de vez en cuando, “es la naturaleza humana, todavía estoy bastante afectada”, dijo. Y tanto, hasta el punto que no ha regresado al puesto de bebidas de su padre desde el accidente.

Sin embargo, detrás de esta joven hay un corazón de acero. Incluso cuando lucha con sus propios problemas, muestra una fuerte resolución, “No dejo que mis padres sepan cuando me siento mal porque no quiero molestarlos”.

Como cualquier otra adolescente, lucha con inseguridades y preocupaciones. “Cuando estoy sola por la noche, tiendo a pensar mucho, como concentrarme en lo que no puedo hacer por mis lesiones en la mano”, dice “soy muy consciente de cómo la gente me mira (debido a las heridas)”, agrega.

Usa una manga color piel en su brazo izquierdo para cubrir la cicatriz que le dejó una operación de injerto de piel y otra en su mano derecha ocultando las partes donde faltan sus dedos. Y cuando se le preguntó si le importaba la cicatriz, simplemente dijo: «No creo que tenga otra opción».

Transitando la recuperación con el apoyo de la comunidad

Yvonne está agradecida con su familia, amigos y maestros por ser atentos y solidarios, pues cuando fue hospitalizada, recibió una lluvia de buenos deseos y grullas de origami, una forma de rezar por la buena salud.

Según la leyenda japonesa, las grullas de origami conceden buena suerte y recuperación de las lesiones.

origami
(Asundermeier/Pixavay)

El tiempo pasado en el hospital le permitió acercarse a sus hermanos mayores. Su hermana, de 18 años, que acababa de terminar los niveles más altos del secundario y su hermano de 19 que estaba esperando el alistamiento al ejército, hablaron con ella en el hospital, ayudando a mantener alto el ánimo de su hermana.

«Creo que empezamos a hablar mucho más. No había mucho que hacer en el hospital aparte de hablar», dijo Yvonne riendo.

Su maestra, la Sra. Suvenna Tan, comentó que la resiliencia de Yvonne es increíble. Su preocupación inicial fue la de no saber si Yvonne sería capaz de salir adelante, siendo que la «imagen» es muy importante a su edad.

Sin embargo, cuenta que sorprendió a todos verla tan decidida «nos sorprendió a todos porque estaba muy decidida. Seguía diciéndonos que no la ayudáramos porque quería intentarlo sola».

«A partir de ahí, nada puede detenerla. La resiliencia es un rasgo de carácter que realmente hace que la gente avance y creo que Yvonne tiene mucho de eso», agrega.

El padre de Yvonne, el Sr. Tan Guan An, la ve como su bebé, sin importar cuánto haya madurado afirmando en mandarín “siempre será una niña en mis ojos. Así es como los padres ven a sus hijos”. Los padres de Yvonne nunca la presionaron cuando se trataba de estudios.

El Sr. Tan agregó que está muy feliz y orgulloso de su hija por tener buenos resultados académicos y se siente consolado al ver que Yvonne es capaz de enfrentar las dificultades.

Yvonne ciertamente enseña sólidas lecciones sobre determinación, fuerza y valor a todos los jóvenes.

Esta joven inspiradora tiene estas palabras de sabiduría para nosotros: “Todo es difícil la primera vez. Se necesita tiempo para acostumbrarse a ello. Solo tienes que practicar”.

Es maravilloso encontrar personas que te ayudan porque así lo dicta su corazón y su conciencia

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