Tercer apagón generalizado en Venezuela profundiza la crisis del agua

Por Anastasia Gubin
30 de marzo de 2019 8:24 AM Actualizado: 30 de marzo de 2019 5:51 PM

Pasadas las 19:00 del 29 de marzo un tercer apagón generalizado en Venezuela oscureció sectores entre 15 a 20 estados del país, profundizando el drama que vive la población por la escasez o falta total de agua. Desde el 7 de marzo las fallas se repiten y las autoridades denuncian un sistema eléctrico colapsado sin manutención.

El corte sucede en menos de 24 horas desde que el líder de la dictadura socialista Nicolás Maduro anunciara que comenzaba un plan de racionamiento.

Para algunas regiones la falta de electricidad y por consiguiente de agua, se ha mantenido desde el primer apagón, como por ejemplo Charallave, según el medio El Pitazo, pero en otros sectores desde hace más de un mes.

Un caso más dramático es el Hospital General Luis Gómez López de Barquisimeto, que lleva tres días sin electricidad y sin agua.

https://twitter.com/ElPitazoTV/status/1111880750557773824

“Los pacientes para este régimen (de Nicolás Maduro) no valen nada”, destacó un testimonio, según El Pitazo.

El gobernador de Zulia, Omar Prieto, dijo a la prensa que las instituciones públicas y privadas deberán autogenerar su propia electricidad para ayudar a estabilizar del sistema, en especial los hospitales, añadió otro informe.

Oscar Ronderos, diputado a la Asamblea Nacional y miembro de la Subcomisión de Energía Eléctrica del Capitolio, informó que bajo el régimen socialista desaparecieron cien mil millones de dólares que debieron ser destinados a la manutención de las centrales eléctrica.

Se han dilapidado en los últimos años en manos del Ejecutivo, cien mil millones de dólares que deberían estar invertidos en el sistema eléctrico nacional que está absolutamente colapsado y tiene al país a oscuras”.

Ronderos manifestó que las termoeléctricas no funcionan y las hidroeléctricas se abandonaron.

Con tres apagones de electricidad generalizados, los medios venezolanos reportan que gran parte de la población está viviendo como en la edad media, sin luz, sin agua, escasa movilización, falta de metro, teléfonos y menos aún Internet. Sumado a ello muchas de las empresas quedan sin funcionar, las escuelas se cierran y los hospitales colapsan.

Aunque el agua retorna lentamente en algunos sectores se vuelve a cortar en otros. Sin electricidad no hay posibilidad de bombeo de agua.

Cómo vivir sin agua

Venezolanos transportan agua que tuvieron que obtener de una fuente natural del cerro El Ávila después de que se suspendiera el suministro de agua en Caracas, Venezuela, luego de un apagón nacional ocurrido el 10 de marzo de 2019. (Edilzon Gamez/Getty Images)

En Caracas, por ejemplo para sobrevivir la falta de agua, muchos acuden con baldes, bidones, champú y jabón para lavarse el pelo y la ropa, platos y ollas sucias hacia las faldas de la cadena montañosa El Ávila, que domina la capital. En el camino buscan los pequeños desagües y manantiales.

Llegando a casa deben hervirla o purificarla antes de pensar siquiera en beberla.

Los residentes obtienen agua de una fuente natural del cerro El Ávila después de que se suspendiera el suministro de agua tras el apagón nacional ocurrido el 10 de marzo de 2019 en Caracas, Venezuela. (Foto de Edilzon Gamez/Getty Images)

“Nos han obligado a agarrar agua de estas fuentes que obviamente no son del todo salubres, pero por lo menos para el baño, para lavar los utensilios, lamentablemente esta es la realidad que estamos viviendo”, comentó Manuel Almeida a El Carabobeño.

Otros hacen horas de filas tras las tomas de agua o tuberías rotas para aprovisionarse del vital elemento.

“Nosotros nos acostamos sin bañarnos”, dice al medio venezolano Pedro José, de 30 años, que vive en el oeste de Caracas.

Algunos comerciantes se aprovechan y venden botellas de agua o bolsas de hielo a un precio de 3 y 5 dólares cada una, casi el costo del salario mínimo en Venezuela de 18.000 bolívares o 5,45 dólares, añade el informe.

Además destaca que con más suerte, algunos van a los hoteles, aunque están obligados a movilizarse, ahí cuentan con plantas eléctricas propias y muchas otras comodidades.

Cómo comer

Los alimentos escasean o resultan impagables por la hiperinflación. Conseguirlos antes era un reto y ahora también lo es conservarlos. Sin luz los comercios están cerrados.

Muchos cubren con sal la carne o el pollo para conservarlos y también comparten lo que tienen antes que se estropeen y deban tirarlos.

Caracas durante el corte masivo de electricidad. (Photo by Eva Marie Uzcategui/Getty Images)

Kelvin Donaire dijo a El Carabobeño que se alimenta del pan que lleva de una panadería donde trabaja. Él vive en la barriada de Petare y camina más de una hora para llegar a su trabajo en una panadería en Los Palos Grandes. Es muy afortunado.

“Acá al menos llevo un pan a mi casa; si no trabajo, no llevo nada”, explica a El Carabobeño.

Coral Muñoz, de 61 años, relató que cuenta con dólares para comprar, lo que la beneficia. Ella comparte con amigos y familiares lo que posee. “Hay que tener mucha mente fría para llevar esto, tratar de estar acompañados porque en soledad se hace mucho más difícil”.

Caminar al trabajo

Después de sortear cómo conseguir agua y comida, muchos buscan cómo llegar a sus trabajos.

Jesús Ramírez es un ejemplo afortunado porque cuenta con uno, pero para llegar tiene que viajar cada día 11 kilómetros, y lo hace en patines, informó la agencia Reuters.

«Creo que estamos viviendo con las consecuencias de la falta de cuidado durante muchos meses, muchos años. Lo que estamos viviendo ahora es un colapso total sin plan de emergencia», dijo Ramírez a Reuters.

Otro residente, Raúl Rodríguez, describió a la agencia que la situación la está viviendo «muy mal».

«Primero, la larga caminata que uno tiene que hacer para llegar a donde necesitan llegar y segundo, los electrodomésticos se dañan y la comida se va. Estos apagones son horribles. Quitan la electricidad y luego la cortan. Vuelvo constantemente y los aparatos no pueden aguantar».

Los que no lo logran

Los cortes de agua y luz traen muchas consecuencias que no se revelan de inmediato. Los imprevistos son tantos que algunos no lo logran.

Una anciana de 81 años del Hospital Central de Maracay, el 26 de marzo murió cuando a las 8:30 debía ser trasladada de urgencia en su camilla a un equipo de ventilación. Necesitaba el ascensor y ninguno estaba funcionando por falta de electricidad, dijo a El Pitazo Julio Castro, médico internista y coordinador de la Encuesta Nacional de Hospitales,

Una mujer de 77 años del Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas, tampoco pudo ser ingresada a quirófano de urgencia porque el elevador no estaba operativo y murió en la sala de hospitalización, informó el diputado de la Asamblea Nacional, José Manuel Olivares, en su cuenta en Twitter.

Otros más no lo lograron, entre ellos una pequeña que se incendió con una vela y un paciente tras incendio de planta eléctrica en el Hospital Central de San Cristóbal.

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