El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva el 18 de enero que prohíbe a los funcionarios de carrera —y no a los nombrados por el presidente— autorizar y tener la última palabra sobre nuevas regulaciones federales.
“El presidente elige a los jefes de las agencias federales que ejercen la autoridad ejecutiva e implementan su agenda regulatoria. El pueblo estadounidense, al elegir al presidente, tiene por lo tanto un papel en la elección de los individuos que lo gobiernan”, dice la orden del presidente.
“Sin embargo, algunos organismos han optado por desdibujar estas líneas de responsabilidad democrática al permitir que los funcionarios de carrera autoricen, aprueben y tengan la última palabra sobre los reglamentos. Esta práctica transfiere el poder de establecer normas que rigen la vida cotidiana de los estadounidenses a partir del presidente, actuando a través de sus subordinados ejecutivos, a funcionarios aislados de la responsabilidad que conllevan las elecciones nacionales. Esta práctica socava el poder del pueblo estadounidense para elegir a quienes los gobiernan, y he dictado varias medidas para ponerle fin”.
La orden estipula que las nuevas normas de los organismos federales deben ser iniciadas y firmadas por los altos cargos designados, que tendrán la exclusiva discreción de aprobar el programa de regulación del organismo.
El presidente emitió la orden dos días antes de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden.
Los jefes de las agencias pueden solicitar que se les exima de la orden ejecutiva en caso de que el cumplimiento de la misma impida mantener la seguridad pública. Las notificaciones de exención deben ser publicadas en el Registro Federal, según lo dispuesto en la orden.
La orden prohíbe a las agencias delegar la autoridad para la elaboración de normas a cualquier persona que no sea nombrada por el presidente. La orden exige a los jefes de los organismos que determinen si las delegaciones actuales y las normas de los organismos están en consonancia con el nuevo mandato.
La orden exige a los jefes de los organismos que examinen las normas promulgadas en los últimos 12 años para determinar si han sido emitidas por una persona nombrada por un alto cargo. Los jefes de agencia tienen que entregar los resultados del informe al presidente en 90 días.
La orden apunta a las regulaciones creadas y aprobadas por burócratas no elegidos, funcionarios a los que Trump ha criticado durante mucho tiempo por tener demasiado poder. La naturaleza retroactiva de la orden cubre normas que abarcan los ocho años completos de la administración del presidente Barack Obama. Más allá de un informe al presidente, la orden no especifica un remedio para las normativas que han sido promulgadas por funcionarios de carrera en lugar de por nombramientos de alto nivel.
Trump ha emitido una serie de órdenes ejecutivas en los últimos días de su primer mandato. El lunes, firmó órdenes destinadas a proteger a los estadounidenses de la sobrecriminalización basada en las violaciones de las normas federales y a defender a la nación de la amenaza a la seguridad nacional que representan los drones fabricados en China.
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