Un pueblo de burros: ciudad fantasmal del Lejano Oeste ahora es pura ternura para los turistas

Por The Epoch Times
23 de marzo de 2019 12:24 PM Actualizado: 23 de marzo de 2019 12:24 PM

Si estás conduciendo a través de Arizona, una de las mejores paradas debe ser el pueblo fantasma de Oatman en la histórica Ruta 66. No solo te da la sensación de estar en el Salvaje Oeste, sino que también te sorprenderá ser recibido por burros.

El pueblo fue nombrado en honor a Olive Oatman, una joven que fue secuestrada por una tribu indígena y luego rescatada. Oatman, fue una vez un pueblo alegre durante la fiebre del oro, pero cuando las minas se secaron el pueblo fue abandonado.

El pueblo también es famoso por sus burros que se pasean por las calles.

Estos burros salvajes, son la descendencia de los burros que fueron transportados allí a finales del siglo XIX. Los mineros los utilizaban para transportar cargas y suministros esenciales en aquellos días. Cuando los mineros ya no los necesitaron, los soltaron.

Hoy en día, Oatman es el hogar de un poco más de cien personas y de estos burros, según Back Road Ramblers. Con un puñado de tiendas de recuerdos y restaurantes, el pueblo sobrevive gracias a los ingresos de los turistas.

Construido en 1902, el Hotel Oatman es probablemente el monumento más famoso de este pueblo. Los actores de Hollywood Clark Gable y Carol Lombard pasaron su luna de miel en el hotel en 1939. La suite de luna de miel en el hotel de dos pisos sigue siendo una de las favoritas de los turistas.

Sin embargo, el principal atractivo de este pueblo sigue siendo, sin lugar a dudas, los burros salvajes. Mantenidos y protegidos por el Departamento del Interior de Estados Unidos, vagan libremente por el pueblo en busca de comida.

Están más que contentos de saludar a los turistas y esperar que cada persona allí los alimente. La mayoría de las tiendas allí tienen comida disponible para los burros y las familias con niños están seguras de tener un tiempo para alimentar a estas lindas criaturas.

Los burros grises, son amigables y mansos, aunque hay señales que advierten a los viajeros que no los acosen ni traten de viajar en ellos. Ponen la cabeza en las ventanas de los coches e incluso entran en las tiendas mientras intentan conseguir lo que están buscando.

Y será mejor que tengas cuidado si llevas comida encima, a los burros mayores no les importará perseguirte hasta el final. Después del atardecer, cuando los viajeros comienzan a salir y las tiendas comienzan a cerrar, los burros también suben las colinas.

A la mañana siguiente, regresan al pueblo mientras siguen con su rutina habitual. Ya sea que los ames o no, simplemente no puedes ignorar sus caras lindas cuando tu auto se detiene.

La vista de un burro rodeado de conos sería probablemente una de las cosas más extrañas de encontrar. Los visitantes a menudo se sienten desconcertados por esta vista, pero los lugareños que conocen bien la vida de estos burros a menudo tienen que dar algunas explicaciones.

New Digg’ns, una tienda en Oatman, compartió una de esas historias de un lindo burro llamado Opal en su página de Facebook.

Ellos escribieron: «Nada como ‘Opal’, tan lindo y tomando una siesta en la Ruta 66 en Oatman, AZ. Sí, esto pasó de verdad».

Y, así de fácil, estos burros se han convertido en el centro de atracción de este pueblo.

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