Un tanque lo dejó sin piernas, pero no deja de contarle al mundo la verdad de la masacre de Tiananmen

08 de octubre de 2018 Historias de convicción

Pocos pueden decir que sobrevivieron al ataque de un tanque, pero este hombre se niega a ser silenciado sobre lo que sucedió en la Masacre de la Plaza de Tiananmen.

Fang Zheng tenía piernas hace 29 años. Hoy es un doble amputado y se mueve en una silla de ruedas. Tiene suerte de estar vivo.

El 4 de junio de 1989, alrededor de las 6 de la mañana, Zheng se retiraba de la plaza de Tiananmen en Beijing con sus compañeros de universidad cuando fueron emboscados por tanques del ejército chino. Lanzaron bombas de humo para ocultar su visibilidad.

(Crédito: Getty Images)

«Nos atacaron directamente por la espalda y mataron a muchas personas en la Avenida Chang’an, provocaron una gran tragedia», dijo Zheng de 51 años de edad, a Chris Chappell, presentador del programa «Sin censura», para el 29º aniversario de la masacre.

Ese 4 de junio, Fang vio a una chica desmayarse debido al ataque de humo. Intentó ayudarla, cuando de pronto un tanque apareció rápidamente para aplastar a los dos. Fang empujó a la chica a un lado y la salvó. Sin embargo, no tuvo tiempo de correr.

«Lo último que recuerdo es ver el blanco de mi hueso saliendo de mi pierna», dijo. «Esa fue mi última imagen antes de perder el conocimiento».

Como estudiante de la Universidad Deportiva de Beijing, él y sus compañeros de clase salieron a la Plaza de Tiananmen a pedir la libertad y el fin de la corrupción del régimen chino.

En ese momento el régimen demostró que no está a favor del pueblo.

«Ante la determinación del pueblo, optaron por la represión militar y el derramamiento de sangre».

(Crédito: Getty Images/TOMMY CHENG)

La petición de los estudiantes no solo fue rechazada, sino enterrada por la censura y la propaganda. Aunque la mayoría de la gente de China hoy en día no sabe el alcance del derramamiento de sangre, los informes confirman al menos 10.000 muertes.

«Muchos jóvenes no saben nada de lo que sucedió en ese entonces».

Como atleta, Fang quería participar en competencias deportivas internacionales para discapacitados, pero sus derechos fueron arrebatados por el Partido Comunista, por temor a que su historia saliera a la luz. Incluso se le negó un pasaporte para salir del país.

Para los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008, los periodistas extranjeros estaban deseosos de entrevistarlo. Antes de la llegada de un periodista alemán, desde la Oficina de Seguridad Pública lo llamaron para decirle que sabían de la entrevista, probablemente porque interceptaron su teléfono o el del periodista y le comunicaron que si se negaba a la entrevista y no presentaba a otras víctimas de la masacre, le expedirían un pasaporte.

Fang cumplió y finalmente se le otorgó un pasaporte el 28 de agosto de 2008. Con la ayuda del gobierno de Estados Unidos, él y su familia emigraron a Estados Unidos.

El periodista terminó publicando la noticia cuando regreso a Alemania sobre la situación de Fang y por qué rechazó la entrevista.

Cuando recuerdan la Masacre de la Plaza de Tiananmen la gente piensa en el hombre del tanque, pero para eso representa solo una pequeña parte. La realidad es que la mayoría de los tanques no se detuvierFang on.

«Espero que todos puedan recordar esto», dijo Fang y agregó que conoce a 11 personas que murieron aplastadas y otras que resultaron heridas.

«Para los estudiantes que resultaron heridos como yo, lo primero que querían era silenciarnos. No querían que se lo contáramos a otras personas».

«Presionaron mucho a la joven que rescaté, hasta el punto que tenía miedo de verme y negó el hecho que estuviéramos juntos cuando llegaron los tanques».

Pero sabía que no podía permanecer en silencio sobre este asesinato en masa de ciudadanos, aprobado por el estado. Por decir la verdad, fue arrestado, su casa fue saqueada por la policía, no pudo conseguir trabajo y restringieron su libertad hasta que finalmente obtuvo un pasaporte para huir.

«El gobierno chino tiene todo el poder. Si no los aceptas, te impedirán ir a la universidad, graduarte, no puedes conseguir un trabajo, no tendrás ingresos o pondrán todo tipo de presión sobre los miembros de tu familia».

Una situación similar, pero más preocupante, afecta a los practicantes de Falun Dafa, quienes son sometidos a la sustracción forzada de órganos impulsada por el estado chino.

Falun Dafa también conocido como Falun Gong es una disciplina gratuita de ejercicios y una meditación; sus enseñanzas morales están centradas en la Verdad, la Benevolencia y la Tolerancia. Pero la saludable práctica se hizo tan popular en China que el ex dictador chino Jiang Zemin intentó eliminarla.

(Crédito: La Gran Época | Youzhi ma)

Al igual que el cortafuegos fabricado por Cisco en China, que censura con eficacia toda la verdad sobre la masacre de la Plaza de Tiananman, las palabras clave Falun Gong o Falun Dafa también son altamente censuradas. Los resultados que se obtienen no son más que propaganda calumniosa, fabricada por el departamento de propaganda para confundir aún más al pueblo chino e incitar al odio hacia la inofensiva práctica.

Como ocurrió con Fang, que sufrió las consecuencias por decir la verdad a la gente sobre la Masacre, los practicantes de Falun Dafa también son perseguidos. Además, incluso son encarcelados, torturados y asesinados por hablar con la gente sobre la verdad de la persecución del Partido Comunista.

«El precio por decir la verdad en China es bastante alto, esa es la realidad actual», afirma.

Fang espera que un buen gobierno sustituya al Partido Comunista Chino, pero argumenta que no sucederá hasta que más gente exponga los crímenes contra la humanidad del régimen y eliminen la propaganda, el lavado de cerebro y el control del pensamiento.

Para conocer los hechos más oscuros y menos conocidos de la Masacre de la Plaza de Tiananmen, haz clic aquí.

Mira la entrevista de Zheng abajo:


Dos gemelas meditaban en un parque cuando la policía china las separa de su madre