Una investigación relaciona los beneficios en la actividad física con los costos sanitarios

Mantener la actividad durante la edad adulta da sus frutos en los últimos años, según un estudio

Por DIARMUID COUGHLAN
19 de marzo de 2021 5:51 PM Actualizado: 19 de marzo de 2021 5:51 PM

El ejercicio es bueno para la salud a cualquier edad, y se pueden obtener beneficios independientemente de la edad en que se comience. Dicho esto, nuestra última investigación demostró que en Estados Unidos, las personas que eran más activas físicamente en la adolescencia y a lo largo de la vida adulta tenían menores gastos en atención sanitaria.

Para nuestro estudio, nos basamos en los datos del estudio del Instituto Nacional del Cáncer sobre la dieta y la salud, que analizó a más de medio millón de adultos. Como parte de este estudio, en 1996 se preguntó a los adultos de entre 50 y 71 años de edad qué grado de actividad física realizaban durante ese periodo de su vida. También se les pidió que calcularan la cantidad de ejercicio que hacían al final de la adolescencia y al principio y en la mitad de la edad adulta.

Se realizó un seguimiento de los participantes entre 2004 y 2006. Durante este tiempo, algunos dieron su consentimiento para que sus respuestas al estudio se relacionaran con sus datos de Medicare.

Medicare es el principal programa de seguro médico para los adultos estadounidenses de 65 años o más.

Para garantizar la exactitud de los resultados, solo consideramos a los encuestados que tenían 65 años, ya que esta es la edad en la que una persona cumple los requisitos para acceder a Medicare. También obtuvimos información de otras cosas que podrían influir en el resultado, como el origen étnico, la educación, el estado civil y si una persona fumaba. De este modo, podíamos estar bastante seguros que solo observábamos el efecto de la actividad física en los costos de la atención médica.

Basándonos en nuestros datos, las personas se agruparon en grupos según sus hábitos de ejercicio a lo largo de la edad adulta. Identificamos nueve grupos, que se dividen en cuatro categorías principales: los que mantienen la actividad física (el 36% del grupo que mantuvo una actividad de moderada a alta a lo largo de la edad adulta), los que redujeron el ejercicio (el 30.5 % del grupo que era activo al principio de la edad adulta, pero que se volvieron menos activo a medida que envejecían) y los que la aumentaron el ejercicio (el 14.5 % del grupo que no era activo al principio de la edad adulta, pero que se volvieron más activo después). Alrededor del 18.5% del grupo se mantuvo inactivo durante toda su vida.

Toda una vida de actividad

Descubrimos que los adultos que mantuvieron o aumentaron su actividad física desde la adolescencia hasta la edad adulta tuvieron un costo sanitario anual medio menor al de los adultos que permanecieron inactivos de forma constante a lo largo del tiempo: entre 824 y 1874 dólares al año. Esto supone entre un 10% y un 22% menos que los que eran menos activos o inactivos.

Por el contrario, los adultos que fueron activos antes pero menos activos en la mediana edad, no se beneficiaron en los costos sanitarios después de los 65 años, a pesar de haber sido activos antes. De hecho, sus gatos de Medicare fueron similares a los de aquellos que habían sido sistemáticamente inactivos durante toda su vida.


Aunque los encuestados del estudio procedían de distintas partes de Estados Unidos, es difícil decir si estos resultados serían válidos para personas de otras partes del mundo. Como nuestro estudio se basó en información autodeclarada obtenida de una encuesta, no podemos decir si los niveles de actividad causaron menores costos de atención médica. Además, no pudimos controlar todos los factores que podrían haber afectado a los resultados, como por ejemplo si una persona desarrolló una lesión que limitó sus niveles de actividad.

Sin embargo, en otras investigaciones se han observado resultados similares a los nuestros, como en un estudio australiano en el que se descubrió que las mujeres de mediana edad que eran activas durante toda su vida tuvieron un 40% menos de costos sanitarios durante los tres años que duró el estudio.

Debido  a que 1 de cada 4 adultos en todo el mundo no hace suficiente ejercicio, los esfuerzos a gran escala para mejorar la actividad física—especialmente entre los adolescentes y los adultos jóvenes—podrían ayudar a reducir los costos de asistencia en salud y mejorar la salud más adelante. Está demostrado que estrategias como el trabajo individual, en pequeños grupos o a nivel comunitario para cambiar sus niveles de actividad física funcionan.

Diarmuid Coughlan es investigador asociado en economía de la salud en la Universidad de Newcastle (Reino Unido). Este artículo se publicó por primera vez en The Conversation.


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