Una señal política tras la purga de 400 legisladores regionales en China

27 de septiembre de 2016 11:43 PM Actualizado: 29 de septiembre de 2016 9:22 AM

Hu Shuli, la mujer que fundó el grupo financiero y el medio de comunicación para negocios Caixin con sede en Beijing, publicó recientemente un artículo de fondo en el que llamó a la «construcción de una nueva relación entre las empresas y el Estado».

El artículo del 18 de septiembre, el cual se produce menos de una semana después de que las autoridades chinas centrales despidieran a más de 400 legisladores nacionales y provinciales en la provincia de Liaoning, nordeste de China, es un indicio matizado de una figura mediática con lazos indirectos a la actual dirección del partido comunista sobre la cual la nueva política está dirigida.

«La creación de un hábitat óptimo para los empresarios requiere algo más que simplemente una política favorable. Es necesario que haya una ecología … consistente», escribió Hu. «En particular, esto significa avanzar en las reformas al sistema de gobierno y acelerar la construcción de la democracia y el estado de derecho».

Caixin, fundada en 2010, no es un portavoz estatal, pero se considera que esta muy alineada con Wang Qishan, jefe de la poderosa agencia de disciplina interna del Partido y uno de los siete miembros del Comité Permanente del Politburó que de hecho gobierna a China.

Wang ha pasado los últimos años como la mano derecha del líder Xi Jinping, liderando la Comisión Central de Control Disciplinario para investigar y sancionar a miles de funcionarios por corrupción. A lo largo de la campaña, con regularidad Caixin ha sido utilizada como un conducto para dar a conocer las detenciones e investigaciones que la organización de Wang ha orquestado, junto con la vasta riqueza mal habida que han encontrado y que han acumulado los que han sido investigados.

Según el columnista político Li Tianxiao de New Tang Dynasty Television con sede en Nueva York, las conexiones de Hu Shuli (y Caixin) con Wang significan que el artículo del 18 de septiembre se podría leer como una señal política, tanto para el público en general como para los rivales políticos de Xi, especialmente a la luz de la purga legislativa.

Hu Shuli, directora de Caixin, en Beijing el 25 de octubre de 2011. Hu es una ex asociada de Wang Qishan, y las ediciones de Caixin han publicado informes de investigación sobre Guo Wengui. (Foto por ChinaFotoPress / Getty Images)
Hu Shuli, directora de Caixin, en Beijing el 25 de octubre de 2011. Hu es una ex asociada de Wang Qishan, y las ediciones de Caixin han publicado informes de investigación sobre Guo Wengui. (Foto por ChinaFotoPress / Getty Images)

El 13 de septiembre, 45 representantes de la provincia de Liaoning, delegados que integraban el Congreso Nacional del Pueblo, el cual funcionaba como un parlamento que aprobaba sin cuestionar nada, fueron retirados por obtener sus posiciones a través del soborno y otros medios ilegales. Otros cientos de delegados al congreso provincial de Liaoning también fueron removidos o renunciaron por razones similares.

«El caso de compra de votos en Liaoning ha sacudido a todo el país,» declara el artículo de Hu Shuli, antes de hablar sobre temas como «lecciones aprendidas», así como el relativo pobre estado económico y «la malsana ecología política» de toda la región china del noreste, donde Liaoning se encuentra.

También señala que Zhang Dejiang, quien preside el Comité Permanente de la NPC y es también como Xi y Wang, miembro del Comité Permanente del Politburó, llamo a este caso «el primer fraude electoral en el ámbito provincial o superior desde el establecimiento de la Nueva china «.

«Nueva China» es un término comúnmente utilizado en la propaganda comunista para referirse a la República Popular de China.

Wang Qishan, quien dirige la campaña contra la corrupción del régimen chino, en Beijing el 5 de marzo de 2014. (Feng Li / Getty Images)
Wang Qishan, quien dirige la campaña contra la corrupción del régimen chino, en Beijing el 5 de marzo de 2014. (Feng Li / Getty Images)

De acuerdo con Li Tianxiao, las destituciones en Liaoning y el artículo de Caixin probablemente apunten a tener el efecto de «restringir a Zhang Dejiang», antes de la 6ª Asamblea Plenaria del 18º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino. Esta es la última sesión plenaria antes del 19º Congreso del Partido  previsto para el próximo año, y es cuando se darán a conocer las asignaciones para puestos vacantes del régimen.

Li dijo que el control del NPC por Zhang Dejiang, un rival de Xi, representa un obstáculo para el líder chino para que pueda conseguir su lista deseada en la 6º sesión plenaria.

Zhang está vinculado con la facción no oficial de los líderes del Partido asociados con Jiang Zemin, el ex jefe comunista cuya influencia se extendió por alrededor de unos diez años después de haber dejado su puesto en la década del 2000. Muchos de los funcionarios destituidos en la lucha contra la corrupción de Xi y Wang han sido aliados de Jiang.

«El liderazgo de Xi está tratando de frenar a Zhang Dejiang», dijo Li Tianxiao.

El artículo de Caixin también dio una mordaz e indirecta acusación a los funcionarios caídos que ocuparon posiciones en Liaoning, un puñado de los cuales pertenecía a niveles más altos patrocinados por Jiang.

«Liaoning está dotado de una reserva de recursos naturales que rara vez se ven en el mundo, y mucho menos en China», escribió Hu considerando la difícil situación económica de la región.

«¿Pero por qué la economía de Liaoning se deslizó a este estado? En pocas palabras, la raíz de la enfermedad se encuentra en los restantes mecanismos organizativos de una economía planificada obsoleta y osificada».

Con el inicio de las reformas de mercado, las empresas industriales y de prospección estatales entraron en recesión y fueron, sin mucho éxito, rescatadas por subsidios masivos de las autoridades centrales en la década del 2000.

Sin embargo, la era de Jiang fue una definida por el crecimiento de la corrupción, ya que había expansión económica y el líder del Partido invitaba a las élites de éste para que entraran en los negocios además de darles protección a cambio de su lealtad política. Si esa época está realmente llegando a su fin, Hu puede tener motivos para estar optimista.

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