WASHINGTON- En el 50 Aniversario de la Revolución Cultural de China, el patrocinador local de Shen Yun, la Asociación de Falun Dafa de Washington DC, invitó a dos de los principales bailarines de Shen Yun, Tony Xue y Rocky Liao, y el maestro de ceremonias Leeshai Lemish, para hablar de sus experiencias personales con Shen Yun.
La misión de Shen Yun -revivir y difundir la cultura tradicional china-, fue interiorizada por cada uno de los participantes de una manera única. Sus pensamientos revelaron la guía espiritual que subyace en todo el trabajo que hacen. El título del evento celebrado el 26 de mayo en el Auditorio del Congreso en el Edificio del Capitolio EE.UU. fue «Una dura batalla de revivir la cultura china por una Compañía de Artes de América».
Dong Xiang, director ejecutivo de la Asociación de Falun Dafa de Washington DC, hizo una breve presentación de Shen Yun para preparar el escenario para los comentarios por parte de los artistas.
Xiang dijo que China fue una vez conocida como la «Tierra de la Divinidad». La cultura china fue considerada como el regalo transmitido de la divinidad, es por eso que se le llama la «cultura divina», dijo Xiang, quien a menudo explica a las personas del área acerca de la cultura tradicional china.
Por desgracia, durante los últimos 60 años, el régimen comunista ha estado sistemáticamente destruyendo la cultura tradicional china con una serie de campañas políticas, tales como la Revolución Cultural (1966-1976), y tratando de sustituirla por la cultura del Partido Comunista. «Ha llevado a la cultura tradicional de China al borde de la extinción», agregó.
«En 2006, un grupo de destacados artistas clásicos chinos se reunieron en Nueva York con una misión compartida: revivir los 5000 años divinamente inspirados en la cultura de China y formaron Shen Yun», explicó Xiang.
Sin ánimo de lucro e independiente del régimen chino «Shen Yun goza de libertad artística, para revivir y fundar de nuevo la cultura china tradicional y difundirlo a todo el mundo», añadió.
Xiang dijo: «La fuente de la inspiración, que está profundamente arraigada en la cultura tradicional china, es una disciplina espiritual conocida como Falun Dafa, una práctica de meditación basada en la orientación de la Verdad, la Compasión y la Tolerancia. Era tan popular que en 1999, el dictador comunista lanzó una campaña brutal para erradicar a los practicantes de Dafa. Sin embargo, los practicantes de Falun Dafa han mantenido firme en su fe”.
Shen Yun crece
Leeshai Lemish, un maestro de ceremonias de la compañía, dijo que Shen Yun no es un «espectáculo étnico marginado», sino «una empresa artística de talla mundial» que se presenta anualmente en más de 100 ciudades, llegando a millones de personas.
Lemish dijo que Shen Yun no se trata sólo de entretenimiento, «en realidad se trata de presentar las tradiciones genuinas de 5.000 años de civilización china, que está al borde de la extinción».
Una indicación de que Shen Yun está en el camino correcto es que mientras otras compañías de artes escénicas a menudo se van a la quiebra, Shen Yun está creciendo. Iniciando en 2006 con una sola compañía, hoy creció a cuatro compañías, iguales en tamaño, de 80 artistas cada una.
Lemish dijo que hay dos razones principales para la oposición del Partido Comunista Chino (PCCh): una de las cuales es que los artistas con frecuencia son practicantes de Falun Dafa. La segunda razón es que la persecución a los practicantes de Falun Dafa se representa por Shen Yun en historias en el escenario. Dijo que «se convirtieron en las piezas más populares que presentamos».
“Ellos no se quieren ir”
Este evento permitió conocer la perspectiva de dos de los bailarines principales de Shen Yun, quienes hablaron sobre la forma en que entraron en la industria.
Tony Xue, con alrededor de 23 o 24 años, tuvo que tomar una «decisión difícil» hace diez años, dijo. Aunque nació en Beijing, la mayor parte de su infancia la pasó en Maryland y creció como un occidental.
«Yo estaba realmente desconectado de mi cultura», expresó. Sobre la única conexión que tenía con su herencia china, era que iba a la escuela dominical china durante dos horas, agregó.
Ya en 2006, cuando Shen Yun reclutó bailarines, él pensó: «Esta es mi oportunidad de ser chino de nuevo».
Hoy, no se arrepiente y señala que no sólo consiguió ponerse en contacto con su propio bagaje cultural, si no que «me dio la oportunidad de exponerlo también».
Los entrenamientos requieren un gran compromiso con la excelencia, explicó. «Usted tiene que pasar muchas horas al día entrenando la fuerza y flexibilidad, se presiona uno mismo hasta el límite, todo por sólo esos pocos momentos … en el escenario todos los días cuando se puede dar todo a la audiencia».
Las recompensas son grandes. Cuando realizó una gira en América del Sur, recordó la reacción del público en Argentina, donde Shen Yun realizó cinco funciones.
«Cada función, tuvimos un doble saludo al final. El público no podía dejar de aplaudir”. Xue podía ver las expresiones faciales de las personas que aplaudían con admiración.
«Ellos no se querían ir. Estaban tan emocionados, tan inspirados después de ver nuestro show. Estoy pensando que estas personas probablemente nunca antes se habían encontrado con la cultura china, es por eso que dieron tantos aplausos… me siento tan motivado. Eso realmente le motiva a seguir adelante a pesar de las dificultades que atravesamos», expresó.
La danza corre por las venas
Rocky Liao, a mitad de sus 20 años, también eligió ser bailarín con Shen Yun hace diez años. Nacido en Hong Kong, pasó su infancia en Inglaterra y Maryland. Bailar corría en su sangre. Sus abuelos eran bailarines profesionales por medio siglo, y vivió con ellos durante unos cuantos años. Debieron inculcar en él el espíritu del baile. Dijo que cuando era un bebé, lo llevaban al auditorio de baile.
Liao dijo que se inició en la orquesta de Shen Yun. Pero mientras practicaba, contemplaba por la ventana y anhelaba unirse a los bailarines que hacían sus giros y brincos. Un día, el director de orquesta sugirió que se uniera a ellos. Lo intentó y con éxito hizo la transición.
Liao fue golpeado por el hecho de que la cultura y la historia de China es de 5.000 años y sin cortes. «Cinco mil años es un tiempo muy largo».
La misión de Shen Yun es revivir la cultura tradicional china y difundirlo, dijo. Es «lamentable» que alguien quiera hacerla desaparecer. «No importa cuántas miles de horas de ensayo tenemos que hacer, realmente creo que vale la pena».
La interferencia de la China comunista
«El gobierno chino debería de estar feliz que estamos promoviendo la cultura china frente a los no chinos de todo el mundo, pero este no es el caso», dijo Lemish.
Mencionó las numerosas formas en que China y embajadas de este país en todo el mundo interfieren con las actuaciones, incluyendo presionar a los teatros para cancelar actuaciones, ataques cibernéticos, y la manipulación de los vehículos de Shen Yun, incluyendo reducción de los neumáticos.
Recientemente, la actuación programada en Seúl, Corea del Sur fue cancelada dos días antes de la actuación, a pesar de tener un contrato firmado. Una carta de la Embajada de China se hizo pública y reveló las amenazas de que si el teatro llevaba a cabo el espectáculo, iba a ser en detrimento de las relaciones de China y Corea del Sur.
Muchas personas de China continental habían comprado entradas y reservado pasajes a Corea especialmente para ver Shen Yun, que no tiene permitido presentarse en China. Ellos sufrieron gran decepción y la pérdida financiera del viaje y otros gastos, dijo Lemish. Si bien esto no es una pérdida financiera directa para la empresa, Lemish hizo hincapié en que siempre que estos contratos eran rotos, hay una «gran pérdida financiera» de Shen Yun en términos de venta de entradas, viajes y alojamiento para un grupo tan grande de artistas.
Lemish dijo que los países de Europa del Este y Corea del Sur demostraron ser más susceptibles a la presión. En Occidente, los teatros y los funcionarios del gobierno encontraron estos intentos por parte de las embajadas de China «ofensivos o incluso risibles».
Sin embargo, le gustaría que el gobierno de Estados Unidos sea menos pasivo frente a estos ataques por parte del Partido Comunista Chino e incluso que se adelantara a ellos. Después de todo, Shen Yun Performing Arts es una empresa de EE.UU., y «representa la libertad y la diversidad que hace que nuestro país sea tan maravilloso».
Lemish dijo que en estos casos de no cumplir el contrato en Seúl y Europa del Este, la Embajada de EE.UU., dijo que lo estaban viendo, pero no iban a involucrarse. Sin embargo, agregó, todo lo que se necesitaba hacer era que los representantes de Estados Unidos levantaran el teléfono y dijeran: «Esta es una empresa de nuestro país y hay que respetar el contrato de llevarlo a cabo aquí».
«Si no queremos que el Partido Comunista Chino dicte, no sólo en China, sino en todo el mundo, lo que la gente puede y no puede ver», dijo, «realmente necesitamos que EE.UU. defienda y apoye a Shen Yun», afirmó.
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