Doncellas celestiales en el cielo, estudiantes jugando a un juego de beber, el emperador de China que reinó por más tiempo, los rufianes de la Revolución Cultural, el legendario y extraordinario Rey Mono –estos son tan solo unos cuantos personajes a los que Shen Yun Performing Arts da vida en su actual gira mundial.
Representando grandes conceptos como la creación o sentimientos simples y universales como la alegría y la tristeza o incluso la experiencia de ligero fastidio, estos personajes son traídos a la vida con sentimiento. La habilidad de interpretar un rango tan amplio de seres humanos– y no humanos- se debe a la enorme expresividad de las danzas clásicas chinas.
Mientras que las formas de danza de hace miles de años no son conocidas ampliamente en el mundo Occidental, Shen Yun, radicada en Nueva York, es pionera de una suerte de renacimiento. En los 10 años en los que ha estado presente, ha florecido, pasando a tener de una a cuatro compañías de igual tamaño, presentando programas completamente nuevos alrededor del mundo cada año. El programa de este año incluye 11 presentaciones de danzas clásicas chinas, junto con presentaciones de danzas étnicas o folclóricas, solos vocales de bel canto y un solo de erhu.
El público puede ver que la danza clásica china combina saltos, giros, y otras técnicas aéreas con una apacible elegancia, e incluso puede conmoverse hasta las lágrimas por el espectáculo. Pero posiblemente se reitre del teatro preguntándose por las fuentes internas de esta poderosa forma de arte.
En su sitio web, Shen Yun ayuda al público a ir más profundo. Divide la disciplina en tres categorías principales: forma, habilidad técnica y porte.
Chispas de entusiasmo
Probablemente, el aspecto más identificable de estos tres sea la habilidad técnica. Identificamos los recorridos y volteretas de la gimnasia, los brincos voladores y las patadas giratorias de las artes marciales, la absurda flexibilidad de las acrobacias, los giros en espiral, las piruetas laterales y los giros dinámicos del parkour- formas notablemente atléticas que son versiones con aterrizajes bruscos de su predecesor más elegante, la danza clásica china.
De todos modos, estos no se encuentran en otros estilos de danzas. Y este no es el único rasgo de la danza que es único.
Como lo explica Shen Yun, estas técnicas de alta dificultad tienen dos clasificaciones. Primero están las técnicas en las que uno está “girando el cuerpo”, pero no es un verdadero giro. Estos son “movimientos de giro con la cintura como eje y el torso del bailarín levemente inclinado”.
Una de estas técnicas es el “fan-shen”, que literalmente significa voltear el cuerpo. Las piernas del bailarín están rectas, propulsando al bailarín para dar un giro, pero el torso está inclinado de manera que los brazos estén estirados en un plano vertical, girando casi paralelamente con las piernas. Cuando se realiza de manera apropiada, el bailarín parece un ventilador y todo se vuelve borroso, según lo explica Alison Chen en su blog, ex bailarina principal.
Es un movimiento versátil que se puede hacer de forma rápida, lenta, estática o a lo largo del escenario, o incluso sobre una sola pierna. Incluso puedes combinarlo con otros movimientos, escribió, inclusive uno “en el que das giros completos mientras estás en el aire e inclinado”.
La segunda clase son las técnicas de volteretas en el aire: los saltos mortales, saltos en altura y brincos. Como el “si cha”, en el que se realiza una abertura de piernas perfecta en medio del aire; o la caminata que requiere que el bailarín de una patada y se pare de manos, haga una abertura de piernas invertida, y aterrice en una pierna antes de atrapar un pañuelo que lanzó al aire un segundo antes.
Con razón los espectadores sienten que evoca las artes marciales. En una escena de este año, el Rey Mono prueba una variedad de armas que el Rey Dragón pone a su disposición. Sin ningún esfuerzo empuña dos tipos de lanza, un gran sable y un báculo –pero con la gracia y elegancia consistentes con la danza.
De hecho, de acuerdo con Shen Yun, la danza clásica china se desarrolló junto con las artes marciales a lo largo del milenio, se originó en las mismas raíces y se desarrolló a través del tiempo con propósitos muy diferentes. Mientras que en las artes marciales se dicta la funcionalidad, las danzas clásicas chinas son estéticas; un arte escénico utilizado para entretener.
Forma y método
Ahora, la forma es lo que realmente hace a este arte cultural chino. “Su [de la forma] significado literal en realidad es método”, dijo Michelle Ren, la galardonada bailarina y coreógrafa de Shen Yun, en un mini-documental sobre danzas clásicas chinas mientras demostraba la forma de mover su mano de manera simple pero precisa en un sencillo círculo. “Cómo tu mano se mueve hacia arriba, cómo hace el círculo, cómo se mueve hacia abajo; cómo se mueve el cuerpo, la cabeza, las manos y los ojos. Cómo usar la respiración, y eventualmente dónde descansa uno y cómo descansar”. Todo es preciso.
Estos son movimientos y postura específicos de esta forma de danza, y son distintivamente chinos. Por ejemplo, las bailarinas femeninas dan rápidos y pequeños pasos a lo largo del escenario para hacer parecer que flotan. O los bailarines a veces mantienen las manos en la postura de “palma de orquídea” – las manos moldeadas para evocar orquídeas- en algunas de las danzas.
A lo largo de los miles de años de la historia china, cada dinastía tenía sus danzas de corte imperial, y la forma ha sido pasada al público y a las cortes a través de estas danzas, obras y espectáculos.
Así que la danza clásica china se desarrolló en un sistema independiente de danzas, uno de los más abarcadores del mundo junto con el ballet.
La señorita Li Caie, una bailarina de edad avanzada e instructora de danzas que ha sido honrada con el título de tesoro nacional de Taiwán, logró ir a una de las primeras giras mundiales de Shen Yun en el 2009.
El desempeño de “las bailarinas femeninas” fue como una suave brisa soplando en primavera, mientras que la de los hombres demostró su masculinidad. La fuerza y la belleza a las danzas clásicas chinas presentadas por Shen Yun merece ser emulada”, dijo. Se vio motivada a hacer un llamado a la generación de jóvenes bailarines para pulir estas habilidades y emular el éxito de los bailarines de Shen Yun. La productora de Broadway, ganadora del premio Tony, y bailarina entrenado en danzas clásicas, Elan Mcllister, vio una función ese mismo año en Nueva York y estuvo asombrada por lo que llamó una “delicada calidad” en la danza.
“Es simplemente hermoso, es lozano, el movimiento es cautivante. Estoy asombrada por cuán delicado, limpio y puro es. Es algo realmente tan simple y, aún más, hay algo tan profundo y rico en los movimientos”.
“Creo que se puede ver realmente cómo los bailarines sienten cada movimiento que están realizando. Se puede ver cómo viene de un lugar más profundo”, dijo que estos bailarines “están tan conectados con sus movimientos que es como respirar. Se ve tan fluido y orgánico en ellos, se ve como si simplemente fuese una parte de ellos”.
Imbuido de espíritu
Este significado más profundo que siente la Srta. McAllister y tantos otros miembros del público es esencial para la danza, lo más probable es que venga de la última, pero no menos importante, parte vital de la danza clásica china: el porte.
El porte es como el espíritu interno. Shen Yun lo define como consistente de “espíritu interno, respiración, intención, aura personal y expresión emocional profunda”.
Es lo que hace que los movimientos de mano en un sencillo círculo sean diferentes de persona a persona, de manera que cada persona tiene un porte diferente y único. En la danza, estos ya no son movimientos exhaustivos, sino representaciones de carácter.
El mismo movimiento llevado a cabo por la Dama de la Luna, Chang’E, es diferente cuando es reflejado por su marido, el legendario arquero Hou Yi.
Debido a que todas las danzas de Shen Yun cuentan historias, si es que son adaptadas de eventos de hace miles de años, leyendas y mitos, poemas y novelas, o eventos hoy en día, a primera vista parece que la caracterización sería, por supuesto una parte integral de la danza. Pero no siempre fue así.
Hoy en China, bajo el régimen comunista, la danza aún existe en forma, pero no en espíritu. Los bailarines pueden ser perfectamente entrenados en el sentido físico, pero no se les puede enseñar a incorporar el porte, o la filosofía detrás de las artes. Versiones de la danza a menudo incorporan conceptos modernos para alinearse con la ideología comunista, lo que rehúye a la moralidad tradicional.
Varios coreógrafos explicaron en un video, entre otras cosa, cómo llegaron a Shen Yun en Nueva York. Muchos eran bailarines aclamados por la crítica en China y notaron al instante la diferencia crítica en la forma en que Shen Yun toma a la danza clásica china. Esto es que, sin el porte, no es verdaderamente danza clásica china. “En esencia, el espíritu lidera la forma, así que la forma es imbuida de espíritu”, establece el sitio web.
La cultura tradicional china enfatizó principios tales como la reverencia a los cielos, la virtud, que el bien es premiado y el mal castigado. La gente se esforzaba por personificar benevolencia, honor, decoro, sabiduría y sinceridad. Para captar el corazón de su cultura, los artistas encontraron que también necesitaban elevarse a sí mismos.
El consumado bailarín y coreógrafo Yungchia Chen habló sobre su experiencia de cuando se unió a Shen Yun en 2007, sólo un año después de que la compañía fue fundada.
“Ser parte de Shen Yun ha sido un proceso de elevación para mi cuerpo y mi alma. Al tratar de revivir la cultura tradicional, tenemos que acoplarnos a sus valores y formas de pensar. Nuestro ‘regreso a lo tradicional’ no puede ser sólo para mostrar. Los antiguos chinos tenían una gran fe y respeto por lo divino. Como gente moderna, tenemos que cambiar la forma en que pensamos y purificar nuestras mentes parte por parte”, dijo en la entrevista publicada en el sitio web de Shen Yun. Y el público puede sentirlo.
Alice Celine y Robert Walters han tratado de asistir a una función de Shen Yun los últimos tres años. Finalmente, al verla este enero, la Srta. Celine dijo, “Fue absolutamente destacable. Es transformador”.
“Siento que se dirigía al alma de la gente y que se acercaba a lo que consideramos Dios o la bondad, trataba de sacar eso de nosotros y hacerlo ponerse de pie”, dijo.
En 2012, Miss India Internacional, Preity Uupala, vio Shen Yun en Los Ángeles. “Fue tan mágico y colorido. No me había dado cuenta de que China tenía tanta diversidad”, dijo, “Había tantas diferentes regiones con distintos tipos de música y disfraces. Le da al espectador una asombrosa perspectiva sobre China. Mucho más grande que lo que pensamos”.
“Es muy inspirador y muy espiritual. En algunas de las piezas simplemente cerré mis ojos y sentí que era como una meditación. La energía era muy poderosa en la habitación. No es sólo una forma de danza y música, es más que eso. De hecho es muy sanador”, dijo la Srta. Uupala.
“Espero ver este espectáculo muchas veces más”.
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