Este fin de semana han tenido lugar las tres únicas representaciones de la Compañía de Artes Escénicas Shen Yun Performing Arts en Barcelona.
Shen Yun, máximo referente de la danza clásica china, regresó al Gran Teatre del Liceu con un espectáculo totalmente renovado, deleitando a su público.
A la excelencia de la danza, se unió la magnífica interpretación de la orquesta y la plasticidad de unas imágenes bellísimas que nos transportaron a otros tiempos, a otros lugares.
La alegría y la inocencia de las jóvenes mujeres de una aldea Yi; las aventuras del Rey Mono en su Viaje al Oeste; las travesuras de un monje con poderes sobrenaturales; o el dramatismo de la persecución a la que son sometidas desde hace décadas las creencias tradicionales en China, son algunas de las historias que se representaron este año en dos horas de actuación.
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En las danzas, los hombres se mostraron fuertes, poderosos; las mujeres refinadas y divinas. El público resaltó la facilidad con que ejecutaban las figuras aéreas y la sincronización perfecta de todo el grupo. Con las danzas étnicas y folclóricas, el Gran Teatre del Liceu se llenó de vida, y hasta de las ondas que dejaba el eco de los tambores tibetanos.
Entre el público, la actriz Anita del Rey destacó a preguntas de La Gran Época la excelente técnica de los bailarines:
“Como conozco la técnica de muchos pasos, me ha sorprendido el grado de precisión y perfección de la ejecución, y lo coordinadísimos que están”.
Para Jessica Alabart, estilista y maquilladora, lo más importante está en el trasfondo del espectáculo:
“Es una forma muy artística de transmitir valores. Es un poco la conexión espiritual, cómo vivimos el día a día pero en una forma más espiritual”.
La modelo Mónica Gómez Mármol, después del espectáculo, también manifestó sus impresiones:
“Me ha parecido una gran obra, tiene muchísimo color… He visto una perfección que muy pocas veces se ve, la verdad. Me ha sorprendido. Además cuenta historias y eso es lo bonito. Me ha parecido una obra fantástica”.
Jaime Ozores, descubridor de talentos, resaltaba lo innovador del espectáculo:
“La puesta en escena es diferente a todo lo de Europa. Me ha gustado. Sobre todo el juego de la pantalla, los colores, las gasas, las faldas, me ha impactado mucho el colorido.
No conocía tanto de la cultura China, por eso he venido. Me ha fascinado”.
En la antigua tradición china, la música se toma como una vía para elevar el espíritu. Escuchar una sencilla melodía puede ayudarnos a pacificar nuestro interior, conteniendo los excesos y haciendo aflorar nobles sentimientos.
La orquesta de Shen Yun aúna instrumentos occidentales con antiguos instrumentos chinos. A destacar la magnífica interpretación de la solista del erhu, un violín de dos cuerdas capaz de transmitir las emociones más sutiles del hombre, plasmar los distintos estados del alma, y en una nota final casi imperceptible rescatar un sentimiento que creíamos olvidado.
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