China desafía a Alemania en la industria del coche eléctrico con gran transferencia tecnológica

27 de julio de 2018 Economía

A principios de la década de 2000, China adoptó un modelo de desarrollo basado en la fabricación con bajos salarios dando lugar a la reputación, de que «Made in China» significaba productos de mala calidad. En los últimos años, Beijing ha realizado cambios para reforzar la competitividad de sus empresas nacionales y ponerse al día con el desarrollo de la alta tecnología en Occidente.

En mayo de 2016, el primer ministro chino, Li Keqiang, habló de la necesidad de mejorar el sector manufacturero del país: «China ya es una gran nación manufacturera, pero está lejos de ser una potencia manufacturera. La integración de la industria manufacturera e Internet es un camino inevitable de la industria moderna», según el periódico estatal China Daily.

Una industria clave en la que Beijing se ha centrado es la de los vehículos eléctricos.

Con el fin de convertirse en líder en el mercado mundial de coches eléctricos, la estrategia China es robar tecnología crítica a través de inversiones en empresas extranjeras.

«Las empresas chinas y el gobierno ven la transferencia de tecnología extranjera como una forma importante de acelerar el progreso tecnológico y alcanzar los ambiciosos objetivos políticos», según una evaluación realizada en 2016 por el centro de estudios alemán Mercator Institute of China Studies, del plan económico «Made in China 2025» de Beijing.

Alemania particularmente ha visto el aumento de la inversión china en los últimos años, ya que China puso sus ojos en las innovaciones avanzadas Alemanas en automatización, robótica y automóviles. Y, de hecho, la robótica y los vehículos de nueva energía se incluyeron en la lista de los 10 sectores que China desea desarrollar para 2025.

Ahora, la competencia China parece estar cerca. Un informe publicado el 23 de julio por el banco central alemán Deutsche Bundesbank, predijo que los fabricantes de automóviles eléctricos de Alemania pronto se enfrentarán a un duro desafío de China, según la agencia de noticias alemana Deutsche Presse-Agentur (DPA). El informe también especula que la presión China pronto se materializará, ya que en breve exportará en mayor número sus vehículos eléctricos de producción nacional.

En los medios de comunicación chinos, la industria automotriz china se describe a menudo con la frase «adelantar a alguien cambiando de carril», lo que significa que el país debe tomar un camino expedito si primero quiere alcanzar a otros países y luego superarlos para convertirse en líder.

Según un artículo publicado el 5 de junio en el portal de noticias chino Sohu, el desarrollo de la industria automotriz china comenzó alrededor de 1991. Y después de años de planificación estatal, subsidios gubernamentales y programas de desarrollo, los fabricantes de automóviles de China están listos para fabricar cerca de 900.000 vehículos de nueva energía (NEV) este año, incluyendo automóviles y autobuses propulsados por electricidad, energía solar y etanol. Según datos del Instituto de Investigación de Vehículos y Ensayos de Chongqing, la cifra aumentaría a 6,09 millones en 2020.

China fabricó solo 8.159 vehículos NEV en 2011, según estadísticas de la asociación comercial, Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM).

A finales de 2017, los subsidios gubernamentales a la industria de vehículos NEV ascendían a un total de 50.000 millones de yuanes (unos 7.370 millones de dólares), según Sohu.

Sin embargo, China sigue rezagada en muchas tecnologías clave, como la fabricación de chips semiconductores avanzados que impulsan todo, desde ordenadores personales hasta vehículos eléctricos y misiles balísticos.

La inversión china en Alemania se ha centrado en empresas de automatización y fabricantes de automóviles.

Uno de los casos más conocidos involucra a Li Shufu, presidente de Zhejiang Geely Holding Group, un fabricante de automóviles con sede en la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang, y su inversión de 9000 millones de dólares para adquirir una participación del 10% en el fabricante de Mercedes-Benz Daimler en febrero, según Reuters.

Y desde al menos 2013, China invierte fuertemente en empresas alemanas como KHD Humboldt Wedag, una empresa de ingeniería que suministra piezas de maquinaria. El conglomerado de aviación estatal de China, Aviation Industry Corporation of China, compró una participación del 79 por ciento, según el Instituto Mercator.

En diciembre de 2016, el Grupo chino Midea, un fabricante de electrodomésticos con sede en Beijiao, ciudad en la provincia de Guangdong al sur de China, adquirió Kuda, fabricante alemán de robótica de alta tecnología para la automatización de fábricas, según Reuters.

La ola de gastos ha causado alarma en Alemania. Según Bloomberg, Hans-Gerog Maassen, presidente de la principal agencia de inteligencia nacional de Alemania, expresó recientemente su preocupación por las adquisiciones de tecnología por parte de China, que tienen el potencial de «poner en peligro los intereses económicos y de seguridad de Alemania».

«Ciertamente tenemos que preocuparnos por esto si tenemos la impresión que detrás del comprador potencial hay un estado extranjero con intereses que van mucho más allá de las adquisiciones», dijo Maassen a los periodistas el 24 de julio en Berlín.

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