Casi le hacen eutanasia a este perro pero en el último segundo movió la cola y se salvó
Existe una playa en Puerto Rico llamada playa Lucía, que alguna vez fue un lugar favorito de los bañistas, pero que ya no lo es. Ahora adquirió el apodo de playa de perro muerto (Dead Dog Beach), ya que se convirtió en un lugar donde los animales no deseados o enfermos (especialmente los perros) son abandonados, lo cual es triste pero es cierto, y donde a menudo se pueden ver manadas de perros deambulando por allí.
Un grupo local de bienestar animal, conocido como la organización Sato, y que tiene como misión rescatar perros abandonados y maltratados, hasta la fecha rescataron a más de 3000 cachorros no deseados, lo cual es una hazaña increíble. Muchos son trasladados por vía aérea a Estados Unidos para ser adoptados en buenos hogares.
Uno de los cachorros salvado en 2013 era un Weimaraner de 12 semanas de edad llamado Murray, que, junto con 3 de sus hermanos, fueron abandonados. Los 4 perros fueron enviados a Estados Unidos, donde todos comenzaron a presentar síntomas de moquillo, que es una enfermedad altamente contagiosa que afecta al sistema nervioso del animal. Aunque esta enfermedad puede ser prevenida con la vacunación, es casi seguro que estos cachorros callejeros no habían sido vacunados.
Lamentablemente, uno de ellos murió, y Murray estaba en tan mal estado que el veterinario tomó la decisión de practicarle la eutanasia; fue “lo más amable” que se podía, dijeron.
La veterinario «lo sostenía en la camilla y lo acariciaba, y sentía un chasquido en la mandíbula, que es uno de los signos del moquillo», dijo Christina Beckles, fundadora y presidente del proyecto Sato, a The Dodo. «No existe tratamiento en este momento. Un perro puede empezar a tener convulsiones, y a sufrir daño cerebral».
Mientras Murray estaba sentado en el banco esperando a que la veterinaria lo pusiera a dormir, esta cambió de idea cuando vio que el perro «movió la cola…, y ya no pudo hacerlo», dijo Beckles.
El instinto de la veterinaria resultó ser un salvavidas, ya que la salud de Murray mejoró drásticamente con el posterior tratamiento.
Todavía sufre de convulsiones leves, y sus rasgos faciales quedaron distorsionados debido a los efectos de la enfermedad, lo que le dio un aspecto muy inusual. Varios de sus dientes se pudrieron y tuvieron que extraérselos. También, como resultado, su lengua se le sale por un costado de la boca, convirtiéndose en un cachorro pintoresco pero de apariencia muy tierna.
Mackenzie Gallant y su familia, que ya tenían otros perros rescatados, adoptaron a Murray en noviembre de 2013, y para Navidad estaba con ellos de manera definitiva.
«Originalmente, su cara era bastante simétrica, y ahora… está un poco torcida», dijo Gallant, quien se enamoró de él.
«Ahora su cráneo está bastante chato respecto a su cabeza», le dijo a TheDodo.
Cuando Gallant tuvo que dejar la casa para asistir a la universidad en 2016, lo dejó atrás, pero ya ambos habían formado un estrecho vínculo, y Gallant a menudo usa la aplicación FaceTimes para mantenerse en contacto con el can.
«Fue difícil dejar a todos mis animales…, pero Murray es especial», dijo.
«Incluso, cuando estoy en la escuela, él todavía se mete en mi cuarto, todavía tiene una almohada y una manta», dijo Gallant. «Y se sabe las palabras. Si dices: «Murray, es hora de ir a la cama», él irá corriendo a meterse en mi habitación».
«Es mi perro favorito», agregó Gallant. «Lo amo».
Gallant tiene muchas oportunidades para jugar con Murray en su tiempo libre de la universidad, y además con una familia tan grande y feliz para cuidar de él cuando ella no está cerca: Murray seguramente continuará trayendo alegría a la familia.
Para que disfrutes del encanto de Murray, mira este adorable video: