Crece fenómeno de los niños dejados atrás por sus padres que emigran de Venezuela
Millones de personas abandonaron Venezuela en los últimos años ante la terrible crisis que vive el país, pero uno de los grupos más vulnerables en este flujo migratorio es el de los niños que quedan en el país porque sus padres no pueden sacarlos con ellos.
Incapaces de conseguir alimentos en medio del colapso económico, innumerables madres y padres huyen del país en busca de un trabajo en el extranjero, dejando a sus hijos a cargo de familiares o vecinos.
Aquellos que pueden encontrar trabajo, a menudo pueden proveer mejor a sus hijos enviándoles remesas de dinero, lo cual ofrece un leve alivio a la inflación anual de un millón por ciento del país, pero también hay un costo alto por esta separación de las familias.
Yusneiker, 12, y Anthonella, de 8, ahora están al cuidado de su abuela materna, Aura Orozco y, gracias a las remesas, logran alimentarse y escapar a la hiperinflación, reportó Reuters.
Sin embargo, los niños sufren la ausencia de sus padres.
Cuando enferman, desean tener a sus papás a su lado. Las notas de Anthonella bajaron en el colegio. La niña, de cabellos rizados y ojos oscuros, también perdió el habla.
“Incluso todavía hoy se acuesta y le preguntas ‘¿qué te pasa?’ y te dice ‘extraño a mi mamá’”, dijo Orozco, de 48 años, en la sala de su casa en el barrio caraqueño Cota 905.
Según estimaciones del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), actualmente 3 millones de venezolanos han huido de su país.
«En el último año salieron de Venezuela 1,5 millones de personas. Esto no tiene precedentes en cualquier parte del mundo”, advirtió Francisco Quintana de Cejil, de acuerdo con Portafolio.
Son cada vez más los padres que obligados por las necesidades toman la desgarradora decisión de dejar atrás a sus hijos.
Expertos entrevistados por la agencia Reuters afirman que el impacto de la migración en los niños que se quedan atrás es cada vez mayor, con efectos que van desde la disminución del rendimiento escolar hasta la desnutrición de los recién nacidos que dejan atrás las madres lactantes.
La tendencia es otra dificultad más para la juventud venezolana, que ya enfrenta un aumento de la desnutrición, con escuelas decrépitas y escasez de medicinas y vacunas en medio del colapso de una economía que antes era conocida por su abundante riqueza petrolera.
La tendencia al aumento de los niños dejados detrás, había sido revelada en agosto de 2018.
En ese momento fue catalogada por los educadores y activistas como un «problema de salud pública».
Tan solo en la red de colegios de la organización Fe y Alegría, que tiene 170 instituciones educativas repartidas en zonas populares de toda Venezuela, se reportaron 4444 niños y adolescentes que han sido «dejados atrás» por sus padres que los ponen a cargo de abuelas, tíos, hermanos mayores o vecinos, informó EFE.
«Si nosotros con 170 colegios tenemos 4444 casos hasta junio (de 2018), cuántos habrá en los 30.000 planteles públicos, los del Estado», comentó a Efe la coordinadora del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, Luisa Pernalete.
No hay datos oficiales sobre el fenómeno, en parte porque el gobierno del presidente Nicolás Maduro cuestiona la idea de que se trate de un éxodo.
El ministerio de información de Venezuela, que maneja las investigaciones de los medios de comunicación para el gobierno, no respondió a una solicitud de comentarios que le hizo Reuters.
Angymar Jiménez, de 27 años, es una de estas madres que se fue a Ecuador hace 2 años para trabajar como manicura durante varios meses. Pero dos años más tarde, sus dos hijos Andrew de 5 años y Ailin de 10, siguen en Venezuela. (Ver arriba en nuestro video de la agencia Reuters).
La decisión de emigrar se toma a menudo con rapidez, lo que significa que es probable que los padres dejen a sus hijos con parientes sin tiempo suficiente para obtener los documentos legales que les otorgan la custodia, dejando a sus hijos en un limbo legal respecto a la custodia.
El problema tiende a agravarse. Según Datanalisis, en febrero de 2018, el 34,7% de la población admitió haber pensado en irse del país.
«Prácticamente 35 de cada 100 venezolanos han pensado irse», reportó Contrapunto.com
«La situación del país es percibida por un 90% como negativa y los principales problemas son el encarecimiento del costo de vida que no permite el acceso a alimentos y medicinas, seguido por el problema de los alimentos y seguido del problema económico en general; esa es la situación que está viviendo el venezolano», expresó a la prensa desde Caracas el director de la encuestadora Datanálisis, José Gil Yepez, según el medio Panorama.
«Nunca habíamos visto en Venezuela una percepción del 90% negativa, eso desafortunadamente está siendo percibido por todos los estratos socioeconómicos y por todas las categorías de autodefinición política», agregó el analista.
En una encuesta del encuestador Datanalisis que fue comisionada por Cecodap y que se centró en el tema de la migración, se encontró que cerca de la mitad de los hogares encuestados no habían colocado legalmente a los niños bajo el cuidado de un tutor.
Esto, por ejemplo, complica la inscripción de los niños en la escuela, donde la presencia de ambos padres es legalmente obligatoria.
Todo ello influye y presiona aún más a los niños para que crezcan rápido, a veces para consolar a sus propios padres angustiados que están lejos.