Florece el azafrán de Grecia, un ‘oro rojo’ en medio de la crisis económica
El «oro rojo» de Grecia está floreciendo en medio de una economía de prolongada crisis. Se trata de la pequeña flor morada, el crocus, que produce el azafrán, una de las especies más costosas del mundo, y una renovada oportunidad de negocio.
El ingeniero civil de 34 años, Zisis Kyrou, dice que luego que se recibió buscó empelo en Londres, pero las dificultados lo hicieron volver a su tierra natal, donde el conocimiento heredados de sus ancestros le está sirviendo para valerse en la vida. Hoy pasa sus días en el campo al aire libre recogiendo las flores.
«Fue difícil encontrar trabajo en este campo durante la crisis, particularmente en ingeniería civil, porque no había ninguna construcción. Inevitablemente, como nos enseñaron a cultivar el azafrán de nuestros padres y abuelos y sabíamos cómo se desarrollaban los campos. Pensé que el cultivo de azafrán me proporcionaría un buen ingreso».
«Era una opción a mi regreso, que no me arrepiento, y le diría a otros jóvenes que también están luchando por encontrar trabajo, que se involucren en el cultivo de azafrán».
El azafrán griego está siendo producido por unas 20 aldeas de su zona, y se ha hecho un nombre a nivel mundial.
«Estamos muy preocupados por la calidad, porque esa es nuestra arma, es el arma que tenemos para que ningún competidor nos pueda alcanzar. Todos los días que pasan intentamos mejorar algo», dijo a Reuters Nikos Patsiouras, Presidente de Saffron, una cooperativa que cultiva azafrán.
«Su aroma, su sabor, todos son muy fuertes. Si un chef necesita poner cinco hilos de azafrán en una porción, solo pondrá dos de los nuestros”, aseguró Patsiouras.
También su hermana participa con sus hijos en la recolección de flores.
“Yo me siento en casa y le pregunto a mi nuera, ¿cuándo crecerán las flores? ¿Cuando? ¡Vamonos! ¡Así puedo ir a los campos! ¡Quiero irme para poder salir de aquí e ir a recogerlas!», declaró Eleni Karathanas, con entusiasmo por su trabajo.
«Cuando mi segundo hijo tenía un año y medio … lo cubría con una manta y me lo llevaba al campo. Lo acostaba a dormir y mi marido y yo recogíamos flores».