Luego de hacer una pausa de los escenarios por casi dos años, la compañía neoyorquina Shen Yun Performing Arts fue uno de los primeros espectáculos en resurgir tras la pandemia global con una gira por el mundo. Para satisfacer el anhelo y la demanda del público expectante, la temporada de gira que normalmente dura medio año, se amplió de julio de 2021 a julio de 2022–casi un año completo de espectáculos.
Miles de personas de todo el mundo acudieron a los teatros, calificando al evento como un muy necesario regreso a la normalidad, y una celebración de la humanidad.
Los cuatro espectáculos en el Opera House del Kennedy Center de Washington D.C. del 15 al 17 de julio de 2022 serán los últimos de esta temporada.
Cuando la pandemia de la COVID-19 se extendió por todo el mundo, no solo provocó pérdidas a innumerables personas de incontables maneras, sino que sorprendió al mundo al exponerse la inhumanidad del Partido Comunista Chino (PCCh) que había permitido que se produjera la pandemia. Pero mientras la gente veía al régimen del PCCh como el causante de tal dolor, en Shen Yun encontraron el antídoto.
«Me alegro de haber vivido en una época en la que pude ver las producciones [del director artístico de Shen Yun] en lugar de leerlas en un libro de historia, porque algún día estarán en los libros de historia», dijo el arqueólogo y autor de best-sellers Dr. David West Reynolds, luego de ver el espectáculo el 9 de octubre en el Whitney Hall del Kentucky Center for the Performing Arts. «La civilización china es tan poderosa, y ver que mucho de esto se ha perdido, pero que mucho de esto se ha salvado—Shen Yun ha salvado mucho de esto antes que fuese demasiado tarde».
«Nos transmitieron mensajes poderosos de lo que significa ser humano y cuál es nuestro potencial, y eso es exactamente lo que he visto esta noche».
China antes del comunismo
En 2006, artistas de todo el mundo, muchos de los cuales habían huido de China en busca de libertad religiosa, crearon una compañía de artes escénicas en Nueva York. Una compañía en la que pudieran crear un arte que no glorificara al PCCh, sino que representara la belleza y la bondad puras.
Durante 5000 años, la civilización china tuvo una inspiración divina. Llamada en su día «Imperio Celestial» y «Tierra de lo Divino», el pueblo de esta antigua civilización era profundamente espiritual, y la sociedad se centraba en la idea de la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad.
Esta es la creencia que el PCCh trató de desarraigar a través de la violencia y la propaganda, y esta es la cultura que los artistas que crearon Shen Yun trataron de recuperar. A través de la música y la danza, Shen Yun pretende mostrar 5000 años de civilización de inspiración divina. El eslogan de este año–»China antes del comunismo»–expresa esta misión en términos sencillos.
«Estoy conmovida por la belleza, la alegría, el trabajo que hay detrás, y por la creatividad», dijo Iris Galey, una escritora neozelandesa de best-sellers, luego de ver Shen Yun el 20 de mayo en Basilea, Suiza.
Un legislador canadiense sintió que Shen Yun era un hermoso recordatorio de que «necesitamos la espiritualidad en nuestras vidas».
“Las libertades civiles–no importa en qué momento de tu civilización–son fundamentales. Este recital de hoy trata de las libertades civiles, de tener derechos, y de defender lo que uno cree”.
A pesar de la interferencia del PCCh, por medio de llamadas políticas a los teatros e incluso pinchando las ruedas de los vehículos de Shen Yun, la compañía ha prevalecido. En seis años, la emergente compañía de música y danza se ha hecho mundialmente conocida. Su escenografía incluye una tecnología patentada que crea telones de fondo animados por los que tanto pregunta el público. Shen Yun ha llegado a establecer el estándar de la forma de arte de la danza clásica china. Ha pasado de tener una a siete compañías itinerantes de igual tamaño, cada una de ellas con su propia orquesta, y cada una de las cuales representa cerca de 100 espectáculos en ciudades de todo el mundo cada temporada.
Reviviendo la esperanza
El Dr. Reynolds ha dedicado su carrera a estudiar las civilizaciones y ha llegado a la conclusión de que sin fe no se puede entender toda la experiencia humana.
«Lo que más agradezco de este espectáculo es que me hace creer que las antiguas tradiciones, los antiguos valores, son los que nos harán superar todo esto que es tan desgarrador en el mundo moderno», dijo.
“El arte poderoso está dispuesto a asumir temas poderosos. Shen Yun lo hace, nos muestra toda la gama de lo que somos, pero también nos muestra lo que podemos ser y esa es la esperanza”.
Joel y Lina Carlsen asistieron a un espectáculo en Illinois a inicios de este año y quedaron impresionados por el arte y los temas de verdad, benevolencia, y tolerancia.
«Me hizo llorar», dijo la Sra. Carlsen, quien creció en Lituania bajo el régimen soviético y conocía el sufrimiento que el comunismo puede causar a la gente. Para la pareja, Shen Yun fue un recordatorio de la belleza de la humanidad que puede surgir en ausencia de ese mal.
«Realmente me abrió los ojos a la belleza del mundo y al impacto de un régimen comunista que puede suprimir y quitar o esconder la belleza», dijo el Sr. Carlsen. «Los objetivos y la misión [de Shen Yun] van más allá de un simple espectáculo. Es realmente sacar a la luz la alegría divina de los seres que todos somos. ¡Así que lo disfruté, lo disfruté de verdad!».
«Lo que vi fue simplemente arte puro… fue puramente asombroso. Quiero volver a casa y ser mejor persona», añadió la Sra. Carlsen.
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