Nicolás Maduro entrega Venezuela a Rusia intentando retener el poder

16 de enero de 2019 Noticias

Nicolás Maduro, jefe del régimen socialista de Venezuela, ante la presión internacional en su contra cree que Putin es el camino acertado para retener el poder, aunque tenga que entregar los recursos de su país, y de esta manera empobrecer aún más a su pueblo.

El régimen que hundió al país en la mayor crisis política, social, económica e institucional de su historia, como resultado de implementar el llamado socialismo del S XXI, busca escamotear una vez más la libertad del país entregándoselo a su aliado Putin, un país muy lejano, pero no extraño por la cercanía ideológica de ambos gobiernos.

Justo ayer, cuando la Asamblea Nacional de Venezuela, único órgano elegido democráticamente por el pueblo, declaró la usurpación de la presidencia de la República, el régimen de Maduro y Rusia anunciaron un plan para reestructurar la deuda.

«Pagarán de acuerdo a un nuevo calendario», indicó el ministro de Finanzas ruso, Sergei Storchak. Con esta decisión el proceso de salvataje ruso trata de dar los primeros pasos para sostener al régimen.

En 2017, ocurrió lo mismo, por instrucciones de Maduro se suscribió con Storchak, el protocolo para refinanciamiento de la deuda soberana con Rusia. O sea, que el salvataje ideológico de Rusia viene apuntalándose sostenidamente en el tiempo.

En las circunstancias actuales, el régimen socialista en crisis no dejará pasar la oportunidad de conseguir un alivio en sus cuentas por medio de recurrir a su viejo aliado ideológico. El acuerdo es formal.

‏El año 2018 fue clave en este reciente acercamiento de Venezuela a su aliado ruso.

En agosto de ese año, el ministro Simón Zerpa realizó una visita de trabajo a la Federación de Rusia, donde sostuvo una reunión con el Storchak. En ese momento Storchak hizo mucho énfasis en el compromiso de ambos países de elevar la alianza estratégica a un nivel superior.

Durante la última visita de Maduro a Moscú en diciembre de 2018, Maduro anunció la firma de varios contratos con Rusia para la inversión de más de 6.000 millones de dólares en proyectos conjuntos en los sectores petrolero y aurífero.

Refinería de Amuay en Venezuela. Wikipedia, Creative Commons.

En Moscú se firmó un contrato que garantiza «inversiones por más de 5.000 millones de dólares para elevar la producción petrolera con nuestros socios rusos en las empresas mixtas», hasta casi el millón de barriles, dijo Maduro, según Infobae.

Maduro, destacó que en proyectos de desarrollo minero, también se firmaron contratos por el orden de los 1.000 millones de dólares.

“Importantes inversionistas rusos van a viajar a Venezuela para explorar e invertir en el diamante”, acotó, según Vtv.gob.ve

En cuanto a otros minerales estratégicos como el carbón y coltán, por ejemplo, existen conversaciones con la empresa rusa Rosneft para que adquieran coltán venezolano, y aunque en principio es solo un acuerdo comercial de adquisición, es posible que también puedan participar en la producción, dijo a  mundo, sputniknews, Víctor Cano, ministro de minería de Venezuela.

Desde 2006, Venezuela recibió del gobierno ruso y de la petrolera de ese país, Rosneft, préstamos y líneas de crédito por 17 mil millones de dólares.

Hay otra empresa rusa, VostokCoal, que se dedica a la explotación de carbón. Están evaluando la posibilidad de participar en la extracción de carbón en algunas áreas de Venezuela, puede que, en el Zulia, Anzoátegui o en Táchira.

En el plano militar, también cerraron contratos «para la atención, asistencia y reparación del sistema de armas de la república bolivariana de Venezuela».

El ministro de Defensa venezolano, el general Vladimir Padrino López, y su colega ruso Serguéi Shoigú, expresaron el interés de Caracas en modernizar y renovar sus equipos militares.

Ministros de Defensa de Venezuela y Rusia. Foto del Ministerio Popular de la Defensa.

Rusia no dejó pasar la oportunidad de hacer pie con mayor fuerza en América Latina. Quiere que los buques de su Armada y los aviones de su Fuerza Aérea puedan seguir utilizando los puertos y aeropuertos de Venezuela, según Infodefensa.

Durante esa visita, Putin apoyó una supuesta normalización de las relaciones entre Maduro y la oposición, y “condenó cualquier intento de cambiar la situación política en el país latinoamericano por la fuerza, en alusión a la supuesta injerencia de Estados Unidos”, argumento que usa el dictador Maduro para tratar de legitimar su poder.

También durante 2018, a pocas semanas de concluir el año, y el mandato legal de Nicolás Maduro como presidente el 10 de enero de 2019, fecha en la que asumió finalmente con el propósito de perpetuarse sin haber pasado por elecciones limpias, el mandatario tomo otra decisión para esconder la presión internacional en su contra.

Por acuerdo con los rusos llegó a Caracas una escuadrilla de aviones rusos, entre ellos un Tupolev Tu – 160 capaz de llevar armas nucleares, como marco de una participación de maniobras conjuntas con ese país.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, criticó al gobierno ruso por su despliegue de bombarderos en Venezuela.

«El pueblo ruso y venezolano deben ver esto como lo que es: dos gobiernos corruptos malgastando fondos públicos, y aplastando la libertad mientras su pueblo sufre», escribió Pompeo en un tweet el 10 de diciembre.

Maduro aprovechó el interés de Moscú en plantar cara a Estados Unidos en el caribe, punto geográfico estratégico de su antiguo adversario norteamericano.

Las agencias de noticias venezolanas, citando la agencia estatal rusa TASS, informaron que la dictadura socialista ha acordado permitir a Moscú establecer una base militar en la isla de La Orchila, en el Mar Caribe, la primera de este tipo desde el final de la Guerra Fría.

La Orchila está a unos 2172 kilómetros de Cayo Hueso, Florida, y a menos de 1600 kilómetros de la base militar estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, ofreciendo a los militares rusos una proximidad a los Estados Unidos.

El primer convenio de cooperación técnico- militar suscrito entre Rusia y Venezuela se formalizó en mayo de 2001 durante una visita del expresidente Chávez a Moscú.

Afinidad ideológica

El presidente ruso ha dicho que la caída de la URSS fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX, siente añoranza por la exnación comunista. Antes de ser presidente de Rusia, Putin, trabajó como agente del KGB por más de 15 años.

La concepción de Estado para ambos mandatarios se basa en el autoritarismo. En el lejano país euroasiático tampoco se respetan las instituciones, existe violación sistemática de los derechos humanos, y el parlamento y la justicia funcionan al ritmo que les impone Putin desde el Kremlin.

Tras su victoria en las elecciones de marzo de 2018, Putin ocupará la presidencia de Rusia por cuarta vez hasta 2024, sumando 25 años en el poder si se cuentan los casi cinco años en los que fue primer ministro.

Como es característico de los gobiernos de izquierda, tratan de quedarse para siempre en el poder. En Venezuela, Maduro intenta hacer lo mismo, y para ello necesita de su aliado ruso.

Esta entrega de las riquezas del país a cambio del salvataje, ocurre cuando la Asamblea Nacional de Venezuela discutía ayer un acuerdo para solicitar la protección de los activos de la República.

A continuación:

Memorias de un esclavo del comunismo

Una historia de tragedia, fe y resistencia frente al totalitarismo brutal. Memorias de un esclavo del comunismo es el viaje de un hombre que busca revelar lo que cree que lo ha mantenido a él y a su pueblo como rehenes durante demasiado tiempo.