«Pensé en suicidarme», relata el joven que estuvo 48 días perdido en el mar
Días atrás conocimos la increíble historia del joven indonesio Aldi Novel Adilang que estuvo 48 días a la deriva en alta mar sobre una trampa de madera de pesca.
Ahora el propio Aldo nos cuenta la historia de cómo sobrevivió con sus 19 años de edad a tan gigantesca prueba de vida o muerte, usando su camisa para filtrar el agua de mar y poder beberla, además de cómo, para sobrellevar la angustia, se centró en leer la Biblia y cantar canciones espirituales, todo lo cual lo mantuvo vivo durante 48 días antes de ser rescatado en aguas de Guam.
En un diálogo con Reuters el martes 25 de septiembre desde la casa de su familia en Manado, Adilang relató su terrible experiencia cuando el cabo que sujetaba su trampa de madera para peces se rompió debido a los fuertes vientos, quedando aislado y a la deriva en el mar.
“Durante ese tiempo siempre pensaba en poder reunirme con mis hermanos y mi familia. Pero a veces también aparecían en mi cabeza pensamientos estúpidos, como tratar de suicidarme; pero esos pensamientos desaparecían con la esperanza de que un barco me encontrara. Comencé a leer la Biblia y canté canciones espirituales porque en mi balsa traje una copia de la Biblia conmigo”, dijo Aldi, en una parte de la entrevista.
Aldi trabajaba en una plataforma flotante de madera para capturar peces y entre sus cometidos estaba el mantenimiento de la iluminación dispuesta como cebo para atraer la pesca, una labor solitaria en la que solo se encontraba con otras personas una vez a la semana cuando iban a recoger el pescado y dejar provisiones.
La comida y el combustible para un generador son normalmente reabastecidos semanalmente por sus empleadores, dejándolos en varios juegos repartidos por toda el área de pesca.
Terapung di laut selama 49 hari di atas sebuah rompong, inilah momen saat penyelamatan Aldi yang direkam awak kapal kargo berbendera Panama. pic.twitter.com/PuZT5wcGvm
— DW Indonesia (@dw_indonesia) 26 de septiembre de 2018
La estructura carecía de motor, por lo que se movía a la deriva, pero el joven tenía una radio que alimentaba con energía solar, la que usó para intentar contactar con al menos diez barcos con los que se cruzó. Pero estos no lo vieron y siguieron su camino.
Finalmente fue rescatado por un barco registrado en Panamá el 31 de agosto, y luego fue entregado a las autoridades japonesas el 7 de septiembre.
Según contaron sus rescatistas, Aldi estaba tan débil cuando lo encontraron que no podía levantarse por la “extenuación”.
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