Su ingenio y la oración lo mantienen vivo 48 días en alta mar sobre una trampa de madera de pesca
Un joven indonesio ha sobrevivido 48 días a la deriva en alta mar en una trampa flotante para peces, hasta que lo rescató un barco carguero en aguas de Guam, después de haber flotado más de 2.000 kilómetros de distancia.
El diplomático Fajar Firdaus, del consulado de Indonesia en Osaka (Japón), confirmó a Efe por teléfono que Aldi Novel Adilang, de 19 años, se encuentra en buen estado, junto a su familia en su localidad de origen, Wori, en la provincia de Célebes del Norte.
Aldi trabajaba en una plataforma flotante de madera para capturar peces situada a unos 125 kilómetros de la costa de Célebes del Norte cuando se rompió el cabo que sujetaba la estructura el 14 de julio pasado, y fuertes vientos le empujaron hacia el norte.
El joven vivía en la plataforma y entre sus cometidos estaba el mantenimiento de la iluminación dispuesta como cebo para atraer la pesca, una labor solitaria en la que solo se encontraba con otras personas una vez a la semana cuando iban a recoger el pescado y dejar provisiones.
La estructura carecía de motor, por lo que se movía a la deriva, pero el indonesio tenía una radio que alimentaba con energía solar y con la que intentó contactar con al menos diez barcos con los que se cruzó.
“Cada vez que veía un buque grande, contó, tenía la esperanza de ser rescatado, pero más de 10 barcos pasaron a su lado y ninguno se paró o le vio», explicó Fajar Firdaus a Tribune Minut.
Al final, el carguero MV Arpeggio, con bandera de Panamá, interceptó la señal, dio la vuelta y lo rescató el 31 de agosto en aguas de Guam.
El salvamento no fue fácil porque había una fuerte marejada que impedía al navío acercarse demasiado ante el riesgo de destruir la plataforma de madera, por lo que el náufrago debió agarrarse a un cabo que le lanzaron y saltar al agua.
«El capitán del barco que lo rescató dijo que estaba tan débil cuando lo encontraron que no podía levantarse por la extenuación», dijo el diplomático Fajar.
El buque carguero lo desembarcó en Japón y Aldí regresó a Indonesia el 8 de septiembre.