Winnie Pooh sufre censura del régimen chino por memes que marcan su parecido con Xi Jiping
La nueva adaptación cinematográfica de Disney sobre Winnie the Pooh, ‘Cristopher Robin’, acaba de ser censurada en China.
El diario The Guardian mencionó que el personaje de Winnie the Pooh llegó a convertirse en una forma alegre en que la gente de China se mofa del líder chino Xi Jinping.
Este podría ser uno de los motivos por los cuales el Hollywood Reporter sostuvo que la nueva adaptación cinematográfica de Disney sobre Winnie the Pooh fue censurada.
Las comparaciones comenzaron cuando el Xi visitó Estados Unidos en 2013. En ese momento fue compartida una foto de él junto al presidente Obama caminando juntos, y luego aparecieron memes comparando a los dos líderes con Winnie the Pooh y su conocido amigo Tigger.
para los que piensan que China está progresando: Disney no va a poder estrenar su nueva película Christopher Robin en China porque la han censurado, porque no les gusta que digan que Xi Jiping se parece a Winnie The Pooh pic.twitter.com/4JoMNkbO2v
— Federico Leon y Leon (@fleonyleon) 3 de agosto de 2018
Desde entonces las imágenes del cariñoso y dulce osito de Disney pasaron a ser un símbolo de quienes aspiran a la democracia en China, y por ello se convirtió en uno de los objetivos centrales de los censores chinos.
“Las imágenes del personaje de Winnie the Pooh …, se han convertido en un símbolo de la resistencia de los que se oponen el Partido Comunista en el poder”, menciona en uno de sus párrafos el Hollywood Reporter.
El régimen chino es conocido por sus operaciones permanentes de censura sobre los temas y noticias que no le convienen. Es un sistema que con el tiempo van perfeccionando, por ejemplo, en mayo los medios de comunicación estatales chinos anunciaron con entusiasmo la formación de una “federación de Internet”.
Con apariencia de ONG la federación pasó a ser dirigida por Ren Xianliang, exdirector adjunto de la agencia de censura en Internet del régimen, la Administración del Ciberespacio, y se va a encargar de instrumentar a favor del Partido a cuáles sitios pueden acceder los ciudadanos en Internet.
Jack Ma de Alibaba -que abiertamente apoya las políticas del régimen chino- y Pony Ma de Tencent -la empresa matriz de WeChat, una plataforma de redes sociales conocida por cumplir con las políticas de censura y monitoreo de Internet del régimen- son los vicepresidentes de la federación.
Los disidentes chinos y otros que expresaron opiniones críticas al régimen chino fueron castigados en el pasado, cuando se desviaron del “camino político correcto”.
Aunque WeChat es una de las plataformas de medios sociales más populares de China, con 494,3 millones de usuarios individuales dentro de sus fronteras, para algunos, sin embargo, su uso puede considerarse un delito.
Seis practicantes de Falun Gong, una disciplina de meditación espiritual que es severamente perseguida por el régimen chino, fueron arrestados y detenidos recientemente por publicar mensajes en WeChat sobre la continua represión del régimen contra esta práctica.
WeChat trabaja en estrecha colaboración con las autoridades chinas para ayudar a censurar contenidos que el régimen desaprueba. La información sobre Falun Gong, también conocida como Falun Dafa, está fuertemente censurada en China. La práctica espiritual, basada en las enseñanzas morales budistas y taoístas, fue prohibida en 1999.
En el último Índice Mundial de Libertad de Prensa 2018, Reporteros sin Fronteras evaluó la libertad periodística de 180 países, y China ocupa el puesto 176, con solo Siria, Turkmenistán, Eritrea y Corea del Norte en peor posición.
Según el índice, los medios de comunicación estatales y privados de China están ahora bajo el control estricto del Partido Comunista Chino (PCCh). Los periodistas extranjeros que intentan hacer reportajes en China se encuentran cada vez con más dificultades debido a la censura y represión del régimen.
“China es la mayor cárcel del mundo para periodistas’, concluyeron.
Para muchos Winnie the Pooh es un tierno personaje del mundo de Disney que desde hace décadas supo conquistar el corazón de los más chicos. Pero en la China actual, el infantil personaje no es bienvenido para el régimen que parece tenerle miedo.