Stop Instituto Confucio de España pide su cierre en universidades y escuelas públicas

13 de julio de 2018 Historias de convicción

La plataforma Stop Instituto Confucio de España sostiene que los Institutos y Aulas Confucio, instalados en prestigiosas universidades y escuelas de Occidente, y dirigidos por una exmiembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) en Beijing, son “un riesgo para la autonomía universitaria y la libertad académica” y “un arma de propaganda”. Además advierte que permite la libre entrada de agentes chinos, lo que el FBI alertó el 13 de febrero como una amenaza.

No son un Instituto Goethe, Cervantes o Británico, ya que las escuelas están peligrosamente incluidas como parte de los programas de estudios públicos, siendo un programa dell Ministerio Educación chino, es decir, del PCCh».

En España operan 8 Institutos y 11 Aulas Confucio controlados directamente por el Partido Comunista Chino, dice Stop Instituto Confucio. Además, una reducida comisión del Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo, autorizó el 9 de marzo a abrir un Aula en su Casa de las Lenguas. La plataforma destaca que consultó la opinión de algunos de los miembros restantes del Consejo sobre las controversias de esta apertura, y varios se manifestaron contrarios.

Ajena a las preocupaciones de la sociedad, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía anima a los padres para que inscriban a sus niños en estas escuelas, afirmando que son “para la integración del chino como lengua extranjera, así como de su arte y su cultura, en el sistema educativo de titularidad pública”.

Según la plataforma, de esta manera el PCCh tiene «control de parte del currículo oficial español en 23 colegios e institutos públicos de la Junta de Andalucía», por lo que está apelando a que los Institutos Confucio tengan su propia sede independiente, «sin ninguna vinculación contractual con instituciones españolas, ya que son agentes de un gobierno extranjero y su sitio debería estar fuera de las universidades y colegios».

Así mismo, advierte que el director del FBI, Christopher Wray, le dijo a la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense en febrero de este año, que han estado investigando los Instituto Confucio: «Es simplemente unas de las muchas herramientas de las que se aprovechan».

El 13 de febrero Wray confirmó las sospechas denunciadas por el senador estadounidense Marco Rubio de que los Instituto Confucio son «cómplices de los esfuerzos para influir encubiertamente en la opinión pública y enseñar verdades a medias diseñadas para presentar la historia china, el gobierno o la política oficial de la manera más favorable».

De hecho el exmiembro del Buró Político del Comité Central del PCCh, Li Changchun, reconoció en un discurso en su país que los Institutos Confucio “son una parte importante del panorama de propaganda en el extranjero de China”, y tal como se expone en varios informes y en el Parlamento Australiano, los encargados de las directrices de los Institutos en distintos países del mundo son jefes de propaganda del PCCh.

Influencia del PCCh

Stop Instituto Confucio cita que el 15 de junio de 2017, en una de las conferencias ofrecidas por el Instituto Confucio en Barcelona titulada «Historia y presente del Tíbet», el orador Hao Shiyuan, miembro del Partido Comunista Chino, fue acusado públicamente de faltar a la verdad sobre los actos de inmolación en Tíbet.

Dos testigos declararon: “Incluso han dicho que el Dalai Lama es quien incita a que la gente se inmole ahí, y que hay un libro en que Dalai Lama lo dice. Entonces hemos pedido que nos dé el nombre del libro y todavía estamos esperando la respuesta. En fin, es manipulación pura de China”, según el vídeo publicado por la Fundación Casa del Tíbet.

Stop Instituto Confucio informó que accedió a un libro de chino avanzado que ofrecen los profesores chinos para sus alumnos en España, donde se incorpora una canción de la era maoísta que hace apología de Mao y textos que hablan de Deng Xiaoping como «una gran figura».

“Deng fue responsable de la masacre de Tiananmen en 1989 y el régimen de Mao asesinó a unas 80 millones de personas», señaló la plataforma.

También destaca que la interferencia de China está documentada en numerosos análisis. El estudio que la Asociación Nacional de Académicos de EE. UU. (NASrealizó en 2017 concluyó: “Recomendamos que todas las universidades cierren sus Institutos Confucio”,  al exponer numerosos incidentes del PCCh.

Paralelamente, el programa y sistema educativo chino también fueron penalizados en otro documento del Departamento de Estado de EE. UU., que dice que el PCCh obligó (en 2017 y años anteriores) a los profesores, abogados y jueces, a una autocensura y discriminación operada bajo el control directo del régimen, además de persistir en la negación o destrucción de sus propias culturas étnicas. Advirtió que las leyes que China muestra al exterior no se cumplen, y Beijing niega oficialmente reconocer hechos documentados.

Previamente, la Asociación Canadiense de Maestros Universitarios (CAUT) y la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAUP) también pidieron a las universidades poner fin a los vínculos con el programa Confucio después de sus propios análisis.

«Tal interferencia es una violación fundamental de la libertad académica», expresó James Turk, director de CAUT, en un comunicado. Es inaceptable que una entidad extranjera “tenga voz en varios asuntos académicos como currículum, textos y temas de discusión en clase».

“Permitir que terceros controlen los asuntos académicos es inconsistente con los principios de la libertad académica, el gobierno compartido y la autonomía institucional de los institutos y universidades”, agregó la AAUP.

El caso de McMaster

La discriminación e intromisión del PCCh fue uno de los motivos por el cual la Universidad de McMaster, de Canadá, cerró su Instituto Confucio en 2013. Una de sus profesoras provenientes de China, Sonia Zhao, pidió asilo en Canadá en 2011, mostrando el contrato que le obligaron a firmar antes de volar a Canadá, donde había una cláusula que le impedía ser practicante de Falun Dafa, una disciplina espiritual de la Escuela Buda basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, la cual tiene seguidores en todas partes del mundo.

Crédito: Sonia Zhao (La Gran Época)

Andrea Farquhar, de Relaciones Públicas de McMaster, le dijo a NTD en 2013 que la Universidad había planteado preocupaciones sobre las prácticas de contratación del Instituto Confucio chino «durante un tiempo considerable antes de que se presentara el caso de derechos humanos» de Sonia Zhao.

Zhao relató que después de ofrecerse como maestra a Hanban, con un título especializado de chino para hablantes de otras lenguas, al ver las condiciones escondió secretamente su creencia espiritual de Falun Dafa para evitar ser arrestada. Su madre ya había estado en prisión dos veces por no renunciar a su creencia. Dijo que Hanban le advirtió que enfrentaría un castigo si no cumplía el acuerdo.

«Simplemente no puedes ser tú mismo. Así es como me sentí durante todo un año”.

«Desde que dejé el Instituto Confucio, por primera vez, me siento libre por dentro», dijo a La Gran Época en 2011.

Control por contrato

Los contratos entre las universidades occidentales y Hanban/Instituto Confucio de China son variados y a veces incluyen la firma adjunta de otras instituciones o contratos paralelos con Universidades chinas, tal como se observa en las copias conseguidas por La Gran Época.

El control del PCCh está estipulado en todos los documentos. Un vínculo con la Universidad de León dice: “Las actividades del Instituto deben desarrollarse de acuerdo a los Estatutos […] sin infringir las leyes de China y España”, y todo lo que se imparte “debe someterse a la evaluación por parte de la Oficina Central [dirigida por el PCCh]”.  De esta manera, la lengua china será proveída por el programa oficial del régimen chino.

Otro documento dice que el instituto, además de “acreditar profesores”, deberá «efectuar otras actividades autorizadas o encargadas por la Oficina Central” (no especificadas).

La Universidad española asumió cualquier demanda de terceros al Instituto Confucio, y el texto dice que libera de toda responsabilidad a Hanban.  Además la Universidad de León «deberá proveer personal administrativo necesario para el Instituto y asumir los gastos correspondientes”.

El Instituto Elcano analizó los cierres de los Institutos Confucio y dijo que la realidad de China impide que se desarrollen. En su documento reflexiona que, dado que China es el “país con el mayor número de periodistas encarcelados en el mundo, cabe, por ello, preguntarse si será posible impulsar una economía cultural y creativa pujante [con los Institutos Confucio] en un contexto tan restrictivo con la libertad de expresión, o si China será capaz de encontrar su propio camino en esa contradicción”.

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Entrevista a Goran Lindblad sobre los Institutos Confucio: