El Departamento de Justicia acusó a dos presuntos terroristas del ISIS por su presunta participación en el secuestro y asesinato de cuatro periodistas y trabajadores humanitarios estadounidenses, entre otros, en Siria.
Alexanda Amon Kotey, de 36 años, y El Shafee Elsheikh, de 32, fueron puestos bajo custodia del FBI por cargos relacionados con su presunta participación en el esquema de toma de rehenes y se espera que comparezcan ante un tribunal federal en Alexandria, Virginia, el miércoles, según anunció el departamento.
Kotey y Elsheikh son dos de los cuatro hombres a los que los rehenes se referían a menudo como «Los Beatles» por sus acentos ingleses. Otros miembros del grupo incluyen a Mohamed Emwaz que fue asesinado en un ataque aéreo militar estadounidense en noviembre de 2015 en Siria y un cuarto ciudadano británico, que actualmente está encarcelado en Turquía.
Kotey y Elsheik fueron capturados por las fuerzas kurdas sirias en 2018 y posteriormente fueron transferidos bajo la custodia del ejército de EE.UU.
Los hombres están acusados de estar involucrados en los secuestros y la violencia física y psicológica contra los rehenes estadounidenses: el periodista James Wright Foley, la trabajadora de ayuda humanitaria Kayla Jean Mueller, el periodista Steven Joel Sotloff y el trabajador de ayuda humanitaria Peter Edward Kassig, así como contra nacionales de otros países, entre ellos Reino Unido, Japón, Nueva Zelanda y otros países europeos.
«Para el pueblo estadounidense, el anuncio de hoy es un recordatorio de la amenaza que seguimos enfrentando por parte de los terroristas islámicos radicales», dijo el asistente del fiscal general John C. Demers de la División de Seguridad Nacional durante una conferencia de prensa el miércoles. «Estos terroristas desprecian las libertades y el modo de vida que apreciamos como estadounidenses y están empeñados en imponer sus ideologías en un mundo que sigue rechazándolas».
Según la acusación, entre 2012 y 2015, Kotey y Elsheikh también están acusados de facilitar la demanda de un rescate monetario y otras condiciones para la liberación de los rehenes y de operar una sofisticada y coordinada operación mediática diseñada para promover sus objetivos terroristas.
Durante su captura, los rehenes fueron sometidos a actos de tortura prolongados y brutales, como presenciar por la fuerza asesinatos, simulacros de ejecuciones, descargas eléctricas en el cuerpo, colocación de gafas de seguridad y asfixiantes, ahogamiento, palizas, denegación de acceso al baño, privación de alimentos y sujeción física con esposas o cadenas de sujeción, según la acusación.
«Estos cargos son el producto de muchos años de duro trabajo en busca de justicia para nuestros ciudadanos asesinados por ISIS. Aunque no podemos traerlos de vuelta, podemos y buscaremos justicia para ellos, sus familias y para todos los estadounidenses», dijo el fiscal general William P. Barr en una declaración.
«Nuestro mensaje a otros terroristas alrededor del mundo es este: si dañan a los estadounidenses, se enfrentarán a las armas estadounidenses en el campo de batalla o a la ley estadounidense en nuestros tribunales. De cualquier manera, serán perseguidos hasta los confines de la tierra hasta que se haga justicia», añadió.
Esto viene después de que Barr asegurara al gobierno británico que Estados Unidos no aplicaría la pena de muerte a Kotey y Elsheik a cambio de pruebas que pudieran ayudar en el procesamiento de los dos hombres.
Un fallo de un tribunal británico (pdf) a principios de este año bloqueó efectivamente al gobierno del Reino Unido para que no compartiera información con las autoridades estadounidenses, diciendo que las pruebas no debían entregarse sin las debidas garantías sobre la pena de muerte.
Kotey y Elsheik están acusados de conspiración en la toma de rehenes con resultado en muerte; cuatro cargos de toma de rehenes con resultado en muerte; conspiración para asesinar a ciudadanos estadounidenses fuera de Estados Unidos; conspiración para proporcionar apoyo material a terroristas —toma de rehenes y asesinato— con resultado en muerte; y conspiración para proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera designada con resultado en muerte.
Si son declarados culpables, los hombres se enfrentan a una pena máxima de cadena perpetua.
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