4 hermanos cristianos educados en la selva llevan a Cristo a una tribu «supersticiosa»

La jungla era su patio de recreo, la dura naturaleza salvaje de Indonesia. Los robustos niños de la tribu de los wano eran los hijos de los vecinos de al lado, a los que llamaban, y todo les parecía perfectamente normal.

Suena exótico. Sin embargo, para los hermanos Wild, hijos de misioneros estadounidenses y criados como en el Libro de la Selva, aquello era su hogar. Fueron bendecidos con unos padres que consideraron su misión llevar «la buena noticia» a medio planeta. Ellos, a su vez, experimentaron cosas que pocos estadounidenses conocerán jamás.

Su padre, Mike Wild, estudiante de biología marina, y su madre, Libby, profesora superdotada, se embarcaron a los veinte años y conocieron al pueblo wano, una tribu que vive en las profundidades de la selva de Papúa. Ambos tuvieron que aprender una lengua totalmente nueva, pero en pocos meses ya hablaban wano.

Pasaron los años. De un lado a otro de Estados Unidos y Papúa, pronto nació Morgan, seguido de Hudson y Kian, los tres nacidos en Florida. El bebé, Asher, era el único hermano nacido en Indonesia. Conocerían a sus vecinos: los hombres de la selva y sus hijos, las mujeres y sus hijas, que se convirtieron en sus maestros y sus alumnos; familia y compañeros de aventuras.

Ya mayores, los hermanos han vuelto a Estados Unidos y están rodando películas sobre sus experiencias únicas y sus nuevas aventuras en América. Pero su historia es tan intrigante que tuvimos que preguntarles; hablan de amistades reveladoras, de técnicas de supervivencia, de nuevas perspectivas de la vida y de espíritus malignos de la selva.

Una cálida bienvenida wano a la selva

Eran cristianos evangelistas en una selva de superstición y magia. No había carreteras, ni Internet, ni escuelas, ni hospitales. La única forma de llegar era en helicóptero, pero les recibieron con los brazos abiertos.

¿Cómo era aquello?

Morgan, de 24 años, el hermano mayor: Cuando nos trasladamos a trabajar con los wano, nos dimos cuenta enseguida de que, aunque vivían en una selva virgen, una zona preciosa, su vida era muy dura. Estaban plagados de todo tipo de enfermedades. Además, su visión del mundo era muy oscura y creían que todo lo que les rodeaba en la selva estaba controlado por espíritus malignos. Así que básicamente sus vidas giraban en torno a manipular y apaciguar a los espíritus para que la vida les fuera bien. Es una carga muy difícil de soportar.

Creían que todas las enfermedades estaban causadas por espíritus malignos y que las mujeres tenían el poder de transformarse en brujas por la noche y matar a otros. Así que esta sociedad funcionaba a base de miedo y enseguida vimos que, aunque esta gente vivía en un paraíso selvático, no era el Jardín del Edén. Hay muchas luchas dentro de la sociedad, muchas formas equivocadas de pensar y eso tuvo efectos dañinos en una cultura.

Aunque vivíamos allí grandes aventuras, el mayor reto era vivir entre ellos, aprender su lengua y su cultura para poder comunicar claramente el Evangelio. Y así, la mayor aventura es ver cómo Dios, a través del poder de su Palabra, a través del poder del Evangelio, transforma a este grupo étnico.

Los miembros de la tribu wano escuchaban las «buenas noticias», pero ¿eran receptivos?

¿Cómo se transformaron?

Morgan: Dios fue tan bueno que salvó a muchos. Y muchos de los ojos del pueblo Wano se abrieron a la verdad, y el poder del evangelio ha tenido un impacto extremo, un buen impacto en su cultura y su sociedad. Y vimos muchos cambios positivos y vimos que ya no vivían esclavizados por el miedo a los espíritus malignos, que se trataban unos a otros con respeto y dignidad, que no eran supersticiosos con las dolencias y las enfermedades, sino comprensivos. Todas esas cosas tuvieron un impacto positivo en la cultura.

La enseñanza del Evangelio nunca se les impuso, sino que siempre se les ofreció como un regalo que podían recibir o rechazar. Intentamos dejar una huella muy ligera. Así que nos adentramos en su cultura para ser como niños pequeños, estudiantes de su cultura, sin imponerles nuestras ideologías o creencias occidentales, sino simplemente viviendo entre ellos.

Aventuras y técnicas de supervivencia

Al vivir entre los wano, que tenían unas habilidades de supervivencia impresionantes, los hermanos Wild se pusieron bajo su tutela. Pero primero, tendrían que aprender a hablar wano.

¿Cómo les fue?

Asher, de 18 años, el hermano menor: Pudimos aprender el idioma bastante rápido. En realidad, es cuando eres pequeño; vas por ahí y aprendes palabras de tus amigos. Y de repente, antes de que te des cuenta, empiezas a decir las palabras y todo eso, así que fue genial.

¿Qué técnicas de supervivencia en la selva les transmitieron los wano y qué aventuras vivieron?

Nos hicimos amigos de muchos de ellos. Tuvimos relaciones muy estrechas con mucha gente. Crecimos como ellos en muchos aspectos, usando arcos y flechas, aprendiendo a tender trampas en la selva y a viajar discretamente por ella. Y nos enseñaron mucho sobre sus costumbres. … Muchos otros aspectos culturales se nos pegaron. Fue muy divertido.

Pero a través de todo, realmente pensamos que esta aventura … era solo ver el poder de Dios en acción.

Hudson, de 22 años: Una de las cosas más prácticas fue cómo caminar correctamente por la selva. Todo está cubierto de musgo y rara vez se ve el suelo o la tierra. El bosque de musgo está formado por árboles que se caen, se descomponen y el musgo crece sobre ellos. Y se convierte en esta especie de esqueleto gigante de árboles caídos y musgo. Así que hay muchos agujeros profundos en los que te puedes caer si no sabes caminar correctamente.

También cómo manejar un machete, que es una de sus herramientas más importantes. Y un machete puede ser peligroso. Es fácil, mientras te abres camino por la selva, cortarte accidentalmente el pie o la mano.

Kian, de 21 años: Se pueden vivir muchas aventuras. … Nos encantaba la naturaleza y la creación, descubrir nuevas especies de insectos, cazar animales misteriosos y vivir muchas aventuras con nuestros amigos, los wano.

Las costumbres de los wano

Los wano llevan una vida que solo podemos imaginar, ¿cómo vivían?

Hudson: Los wano son seminómadas, lo que significa que viven en una zona durante unos cuatro o cinco años, mientras la cosecha es buena, y luego, cuando la tierra empieza a perder fertilidad, se trasladan a otro lugar, quizá a un par de kilómetros de distancia, probablemente a poca distancia a pie. Y luego van a hacer una nueva casa y un nuevo jardín y vivir allí durante un par de años y luego seguir adelante. Así que tienen un estilo de vida semi-nómada. Y realmente viven de la tierra.

Son muy buenos en jardinería; despejan grandes extensiones de tierra talando árboles. Y luego segmentan el jardín en diferentes porciones para cada miembro de la familia. Y tienen una gran variedad de cultivos. Sus principales alimentos son las batatas, de las que plantan grandes extensiones.

¿Cazan o son principalmente una sociedad agrícola?

Hudson: Cazan un poco, pero la carne es bastante escasa. Su dieta se basa principalmente en vegetales. Pero las mujeres trabajan duro tejiendo una especie de corteza —hacen hilo con ella— y luego tejen estas grandes bolsas de red. Las bolsas de red son una de sus principales herramientas. Las utilizan para transportar a sus hijos y las cosechas que cultivan.

Y los hombres, una de sus principales herramientas son los arcos y las flechas que utilizan para cazar, pero también como forma de defensa y en tiempos de guerra, esa es su principal arma. Y también crían cerdos domesticados. Y ese tipo de cerdos, y las gallinas, son como su fuente de moneda o dinero. Es lo que utilizan para comerciar.

Educación en casa en la jungla

¿Cómo fue ser educado en casa en la selva?

Asher: Cuando te educan en casa, no tienes necesariamente todas las mismas fechas de vencimiento como una escuela pública tendría, pero realmente te hace auto-disciplinado y quieres hacer el trabajo por ti mismo. Y también es más divertido, más agradable. Así que sí, la educación en casa en la selva fue sin duda una de las principales razones por las que somos capaces de estar allí y hacer todo eso [aventuras].

Kian: Mis padres compraban en Estados Unidos el plan de estudios y lo enviaban a casa. Y luego, por las mañanas… mi padre se iba a trabajar y hacía traducciones y mi madre nos enseñaba matemáticas, ciencias, historia y la Biblia. Y, por lo general, terminábamos los deberes sobre las dos de la tarde y teníamos el resto del día libre para explorar el exterior con nuestros amigos, recoger insectos, ir de excursión y vivir aventuras divertidas. Nos iba muy bien.

Una nueva perspectiva del mundo

Estar inmersos en la cultura wano desde la infancia y vivir con ellos durante 15 años ha influido en su visión del mundo de forma drástica. Los hermanos Wild adquirieron una perspectiva poco común entre los occidentales.

Les ha convertido en agudos «observadores culturales».

Hudson: Si vives en una sola cultura toda tu vida, a menudo das las cosas por sentadas y consideras que tu manera de vivir es la mejor o que tus tradiciones son las mejores. … En todas las culturas hay cosas buenas y bellas. Pero también hay cosas que están mal y son pecaminosas. Así que nos dio una perspectiva más amplia, observando que, incluso cuando volvimos aquí a nuestra cultura de origen porque somos ciudadanos estadounidenses.

Tuvimos que evaluar nuestra propia cultura, y cuáles son las cosas que realmente amamos de Estados Unidos y de la cultura occidental, y cuáles son las cosas que no son buenas, que son pecaminosas o que no apreciamos tanto. Eso nos da una perspectiva más amplia y nos ayuda a ser más conscientes de nuestra cultura.

Los wano están muy centrados en la comunidad y lo hacen todo juntos. Todos juntos van al huerto, cocinan juntos o van de excursión. Así que nos unimos a ellos y nos convertimos en parte de la comunidad.

Morgan: Muchas culturas del sudeste asiático son colectivas o colectivistas. … Aprender a vivir en una cultura, en una sociedad, no como una unidad sino como miembro de un grupo más amplio fue algo muy valioso. Y eso no lo experimentamos mucho como parte de una nación occidental aquí en Estados Unidos.

Todos somos muy individualistas: «Yo soy el centro del universo, la vida gira en torno a mí», y los wano no eran así. Así que fue hermoso crecer en una cultura muy imperfecta, ¿verdad? Llena de pecado, no una cultura perfecta. Pero ver la belleza de una cultura colectivista, cómo nadie era desechado, cómo siempre se cuidaba de todos, cómo se respetaba y honraba a los ancianos, creo que muchos de esos aspectos de vivir en una cultura colectivista se nos pegaron. Y eso ha moldeado nuestra forma de ver a las personas en su conjunto.

Kian: Crecer en dos culturas nos permitió comprender mejor lo que es importante en la vida. Y no es necesariamente tu casa o tu hogar o el lugar donde creciste, porque todas esas cosas son temporales. Nos mudamos tantas veces que nunca llegamos a encariñarnos con un lugar concreto. Pero creo que realmente nos ayudó a todos a entender que somos errantes en esta Tierra y que nuestro objetivo final es estar con Cristo en el Cielo. Y ése es nuestro hogar definitivo.

¿Qué se siente volver a Estados Unidos?

Kian: Siempre hay un choque cultural al volver, porque Indonesia y Estados Unidos son mundos completamente diferentes. Y todo —desde las carreteras y los edificios hasta la visión del mundo y el estilo de vida— es completamente distinto.

Al volver, siempre hay un choque cultural. Y se tarda un poco en volver a la rutina, en empezar a entender la cultura de nuevo, y yo me estoy metiendo en ella.

En la actualidad, los hermanos Wild se han dedicado a rodar películas sobre sus nuevas aventuras en Estados Unidos. Comparten sus hazañas en wildbrothersproductions.com, en su canal de YouTube The Wild Brothers y en Facebook e Instagram.

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