Williams Pintos, acusado de asesinar a la niña uruguaya de 12 años, Brissa González, a finales de noviembre de 2017, se suicidó hoy en su celda de una cárcel de Montevideo, donde permanecía en prisión preventiva a la espera de su juicio oral, informó la prensa local.
El fiscal del caso, Juan Gómez, aseguró a Efe que fue notificado del suceso y que se desplazará hasta la cárcel de Santiago Vázquez, a las afueras de Montevideo, para ponerse al tanto de la situación.
Pintos, un conductor de taxi de 35 años, confesó el pasado 26 de enero ser el homicida de Brissa González, una niña de 12 años cuyo cuerpo apareció sin vida en noviembre de 2017, con signos de abuso sexual.
En enero, Pintos aseguró en una audiencia judicial: «Yo la maté, merezco la pena de muerte, soy un animal».
Gómez había pedido 30 años de penitenciaria y otros 15 de extensión de seguridad para Pintos, que aguardaba en prisión preventiva su condena definitiva, que se iba a dar en un juicio previsto entre abril y mayo.
La niña, que vivía en un barrio de Montevideo, había partido rumbo a clases el lunes 20 de noviembre cuando en el camino se encontró con el homicida, a quien había conocido a través de una red social y que la subió a su vehículo particular.
Según determinaron los estudios forenses, Brissa fue abusada sexualmente antes de morir, mientras que un análisis de ADN confirmó que un pelo hallado en el baúl del auto del presunto homicida era el de la menor.
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