Administración Biden responde a versiones sobre la creación de pasaportes de vacunas

Por Zachary Stieber
29 de marzo de 2021 4:32 PM Actualizado: 29 de marzo de 2021 5:12 PM

La administración del presidente Joe Biden no está creando pasaportes de vacunas anti-COVID, pero los funcionarios están trabajando con empresas privadas con el fin de establecer pautas para los sistemas, que las personas pueden usar para mostrar pruebas de que han sido vacunadas, dijo el lunes la Casa Blanca.

La administración «brindará orientación» sobre la iniciativa para desarrollar pasaportes de vacunas y sistemas similares, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a la prensa en Washington.

“Actualmente existe un proceso interinstitucional que analiza muchas de las cuestiones relacionadas con la verificación de vacunas, y ese tema afectará a muchas agencias, ya que la verificación es un tema que potencialmente afectará a muchas áreas de la sociedad. Esa es la guía que brindaremos. La determinación o el desarrollo del pasaporte de la vacuna, o como quiera llamarlo, será impulsado por el sector privado. Nosotros nos centraremos más en las pautas que se pueden utilizar como base y hay un par de principios clave con los que estamos trabajando”, agregó.

Los principios clave son que no habrá una base de datos universal centralizada que rastree a quienes se vacunaron contra COVID-19, no habrá un mandato federal que requiera que todos los estadounidenses obtengan un pasaporte de vacuna único, se fomentará un mercado abierto con empresas y organizaciones sin fines de lucro que desarrollen tecnología, y que el gobierno se esforzará por garantizar que todos los pasaportes cumplan normas clave, como la «accesibilidad» y la «asequibilidad», dijo Psaki.

“Esto es algo en lo que estamos trabajando. Queremos brindar claridad al público”, agregó.

Varios reportajes habían indicado, el fin de semana, que la administración estaba liderando la iniciativa para crear pasaportes, estableciendo estándares para los sistemas.

El estado de Nueva York se convirtió, la semana pasada, en el primer estado de la nación en implementar un pasaporte de la vacuna. La tecnología, desarrollada con IBM, se utilizará en las entradas de estadios, arenas y empresas para demostrar que el titular ha recibido una vacuna anti-COVID.

COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, habla durante una sesión informativa, en Washington, el 29 de marzo de 2021. (Jim Watson/AFP a través de Getty Images)

«A medida que más neoyorquinos se vacunan cada día y que las métricas clave de salud pública siguen alcanzando regularmente sus índices más bajos en meses, el primer Excelsior Pass del país adelanta el siguiente paso en nuestra reapertura reflexiva y basada en la ciencia», dijo el gobernador Andrew Cuomo, demócrata, en un comunicado.

Otras empresas y grupos están desarrollando una tecnología similar, con miras a exigir vacunas para volar en aviones, asistir a conciertos y para otros lugares donde se reúnen multitudes de personas.

Algunos han expresado su preocupación por los pasaportes.

«Creo que los pasaportes de vacunación son una solución desproporcionadamente pesada desde el punto de vista tecnológico, y es probable que sean un desperdicio de recursos. Pero más allá de eso, creo que también hay serias preocupaciones éticas. Creo que es un enfoque innecesariamente divisivo. Y creo que va a crear más injusticia y desigualdad en una sociedad que ya es desigual», dijo la doctora Sarah Chan, experta en bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo, en una entrevista reciente a «The Nation Speaks» de NTD.

“Si empezamos a decidir a quién se le permite participar libremente en la sociedad según el estado de vacunación individual, realmente estamos tratando de responsabilizar a las personas de que se vacunen. Y eso, a su vez, supone que el hecho de que una persona se haya vacunado, o no, es una cuestión de elección totalmente libre. Y ese no es el caso. De hecho, la vacunación dependerá de una gran cantidad de otros factores que escapan al control de las personas, como la capacidad de acceder a la vacuna, las condiciones de salud preexistentes, etc.”, agregó después.

Un importante asesor de Biden dijo el lunes que los estadounidenses, así como las personas de otros países, que se vacunen «querrán tener varias alternativas para demostrar que se han vacunado”.

«A diferencia de otras partes del mundo, el gobierno aquí no piensa en crear un pasaporte, ni en tener los datos de los ciudadanos. Lo vemos como algo que hace y hará el sector privado. Lo que es importante para nosotros, y estamos dirigiendo un proceso interinstitucional ahora mismo para revisar estos detalles, es que se cumplan algunos criterios importantes con estas credenciales», como el «acceso equitativo», dijo Andy Slavitt, asesor principal de la Casa Blanca sobre COVID-19, a los periodistas durante una sesión informativa virtual.

“La privacidad de la información, la seguridad y un mercado de soluciones son cosas en las que creemos, como [creemos] que las personas deben tener la capacidad para poder acceder a esto de forma gratuita y en varios idiomas”, agregó.

Presionado sobre por qué el gobierno no desarrollará los pasaportes, Slavitt dijo más tarde que un segmento de la población ya está preocupado por la mano dura del gobierno en algunos aspectos con respecto a las vacunas.

«De hecho, desanimaría a la gente sentir que ese es el papel que estamos desempeñando. Así que pensamos que podemos tener lo mejor de ambos mundos y proponer directrices y orientaciones», dijo.

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