Una carta abierta de protesta publicada con motivo de la visita de Xi Jinping a España

Por Fenghua Zhao
25 de noviembre de 2018 11:30 PM Actualizado: 25 de noviembre de 2018 11:30 PM

Con motivo de la visita de Xi Jinping a España, una practicante china de Falun Dafa que vive en Barcelona reveló su reciente carta a Su Majestad la Reina, doña Letizia Ortiz,  y al presidente español Pedro Sánchez. Ella contó su experiencia personal y pidió ayuda para detener la persecución del Partido Comunista Chino a Falun Dafa, práctica espiritual también conocida como Falun Gong.

Soy una practicante china de Falun Dafa. Vine a España en mayo de 2006 y he vivido en Barcelona durante 12 años.

Hoy me tomo la libertad de escribirle. Además de agradecer al gobierno español por brindarme protección internacional por motivos de persecución religiosa, me gustaría pedirle que preste atención al hostigamiento y a las amenazas del Comité Político y Legal de China que mi familia en China y yo misma en España estamos enfrentando.

Por favor ayude a detener la persecución a Falun Dafa que el Patido Comunista Chino (PCCh) extendió a España. Permítame citar un pasaje de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, publicada en París el 10 de diciembre de 1948 para comenzar mi exposición.

Al comienzo del preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se lee:

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias.

Sin embargo en los últimos 19 años el régimen comunista chino ha privado a los practicantes de Falun Gong del derecho a la libertad de creencia y libertad de expresión y ha forzado a los practicantes de Falun Gong a abandonar su fe por medios violentos como la tortura y el lavado de cerebro, causando un conculcación sistemática de los derechos humanos. Lo que he experimentado recientemente muestra que el PCCh está expandiendo su persecución a aquellos que se ponen en pie para exponerla, incluidos los chinos que viven en el extranjero en países democráticos.

El 24 de septiembre de este año los chinos celebraron el “Festival de la Luna”, una reunión familiar en China. Yo no pude reunirme con mi familia en ese día. De hecho en los últimos 12 años, no he visto a ningún miembro de mi familia debido a la continua persecución del PCCh a Falun Dafa.

Justamente ese día, cuando estaba hablando por teléfono con mi hermana que vive en Dalian, China, me enteré de que el Comité Político y Jurídico chino envió algunas personas a casa de mi hermana en abril y a mediados de septiembre de este año, para preguntar sobre mi situación en España y presionar para que yo deje de participar en las actividades de Falun Dafa en España.

Evidentemente el PCCh está extendiendo su persecución contra Falun Dafa más allá de China. El hostigamiento del Comité Político y Legal del Partido Comunista Chino a la familia de mi hermana es una amenaza para mi libertad de creencia y libertad de expresión en España.

En los últimos 5000 años de historia, antes de que el PCCh controlara China, China siempre había sido un país que valoraba las creencias espirituales. El budismo, el taoísmo y el confucianismo se habían difundido ampliamente en China. Sin embargo, desde octubre de 1949, la cultura tradicional china ha sido erosionada por el ateísmo marxista que el PCCh ha promovido e impuesto como pensamiento único.

Después de su establecimiento, el PCCh lanzó una serie de campañas para transformar el pensamiento en China, utilizando el ateísmo marxista para controlar al pueblo a fin de mantener su dictadura.

Aunque también fui adoctrinada en el ateísmo en la escuela, mi corazón aún conservaba el deseo de buscar creencias espirituales. El 25 de enero de 1999 fue el día más afortunado de mi vida, porque desde ese día me convertí en practicante de Falun Gong.

Falun Dafa, también conocida como Falun Gong, es una vía de cultivación ancestral que pertenece a la Escuela Buda. Se traspasaba de maestro a discípulo como muchas prácticas de la Escuela Buda y fue dada al público en China en mayo de 1992 por el Maestro Li Hongzhi.

Falun Dafa enseña a los practicantes a promover la moralidad de acuerdo con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Al mismo tiempo, fortalece el cuerpo a través de cinco series de ejercicios relajantes. En 1999, en solo siete años atrajo a casi 100 millones de practicantes en China. Sin embargo, su rápida difusión provocó los temores y la envidia del expresidente del PCCh, Jiang Zemin.

Falun Dafa presta atención a la virtud y los comportamientos éticos que es justamente la esencia de la cultura tradicional china, un tabú para el régimen comunista chino.

El 20 de julio de 1999, el régimen comunista chino privó ilegalmente a los practicantes del derecho a la libertad de creencia y lanzó una persecución contra ellos. Después de escuchar esta noticia, el 22 de julio, fui a Beijing a presentar una petición para pedir a las autoridades chinas que dejaran de perseguir a Falun Dafa. De camino a Beijing, en el aeropuerto de Dalian fui interceptada por la policía y detenida ilegalmente en el Centro de Detención de Dalian.

En el centro de detención la policía quería que firmara un documento para abandonar la práctica a cambio de la libertad. Me negué y seguí detenida, entonces me esclavizaron a trabajos forzados y me obligaron a ver la falsa propaganda del PCCh contra Falun Gong todos los días.

Diecinueve días después de ser detenida ilegalmente, la policía llamó a mis padres y a mi exesposo para que me convencieran de que firmara la carta renunciando a mi fe. Mi padre lloraba, mi madre hizo el ademán de arrodillarse para pedirme que firmara, pero yo la frené. Les dije que se fueran a casa y que confiaran, que yo sabía cómo proceder. No firmé. La fe es sagrada y no puede ser tratada con engaños.

Una compañera de Falun Gong que estaba encerrada en el mismo lugar firmó la carta de renuncia y ya estaba lista para irse a casa. Sin embargo, la policía le dijo que no era suficiente con la firma, que era necesario difamar a Falun Gong en la televisión a cambio de la libertad. Ella se negó y como consecuencia siguió bajo custodia.

Los practicantes de Falun Gong eran constantemente detenidos, y el centro de reclusión estaba abarrotado. Después de 34 días, fui liberada. Desde entonces vigilaron todos mis movimientos.

Aunque la era de Internet ha acelerado la difusión de la información, debido al bloqueo de Internet por parte del PCCh para los chinos viviendo en la China continental, transmitir información veraz no solo es difícil sino también peligroso.

El 23 de febrero de 2003, cuando estaba almorzando en un restaurante con dos amigos también practicantes, las autoridades chinas me secuestraron por segunda vez. Una semana antes, uno de mis compañeros de secundaria envió un correo electrónico a la página web de Falun Dafa, Minghui.ca, para alertar que el PCCh estaba buscando información sobre los practicantes entre los vecinos, a cambio de 1000 yuanes por cada practicante. Su correo fue interceptado por la policía, y posteriormente fue secuestrado por el grupo de la «oficina 610» de la policía paramilitar china, la Gestapo china creada exclusivamente para perseguir a Falun Dafa. Estuvo encarcelado durante cuatro años.

Después de mi segundo secuestro, emprendí una huelga de hambre para protestar por la persecución y exigí ser puesta en libertad. La “alimentación forzada” es una brutal tortura para castigar a quienes hacen huelgas de hambre. Varios hombres me presionaron con sus manos contra la cama de la enfermería del centro de detención y mediante una sonda nasogástrica me iban metiendo comida. Después me encerraron en una habitación de confinamiento y me encadenaron por las muñecas y los tobillos, las cadenas, unidas entre sí, eran tan cortas que no me permitían levantarme ni tumbarme completamente. Mi cabello estaba pegado a mi cara por la sangre y el vómito.

Dos días después dejé la huelga de hambre, no solo por el dolor que mi cuerpo sufría, lo más horrible fue que durante esos dos días, en medio de la noche, se escuchaba cómo una gran puerta de hierro se abría y cerraba. Sin dormir, y aterrorizada por la incertidumbre, no pude más. Después de dejar la huelga de hambre me enviaron de vuelta a la celda. Las compañeras me dijeron que estaban muy preocupadas por mí y pensaron que nunca volverían a verme. (Poco antes, una practicante de Falun Gong murió por las torturas de la alimentación forzada).

Tras 4 meses de detención ilegal, la debilidad muscular me impedía moverme. La policía me sacó del oscuro centro de detención en una camilla. Una camioneta me envió a un hospital para realizar un examen físico de rutina antes de enviarme a un campo de trabajo. De camino al hospital, en la camioneta, la policía me entregó un documento y me pidió que lo firmara, diciendo que me habían condenado a tres años de reeducación por medio de los trabajos forzados. Cogieron mi débil mano y firmaron mi nombre. No volví a ver ese documento, no hubo sentencia ni procedimientos legales. Les pregunté a mis familiares después de salir de la cárcel, nadie vió nunca ese documento.

En el campo de trabajo de Dalian estaban preocupados por mi condición física y temiendo que yo muriera allí pronto se negaron a aceptarme y fui liberada. Después de regresar a casa continué practicando Falun Gong y realmente experimenté un milagro. Medio año después, mi cuerpo agotado ya se había básicamente recuperado.

La persecución del PCCh contra mí también estaba vinculada a mi familia. Antes de que me secuestraran ilegalmente por segunda vez, un día, en abril de 2002 la policía llamó a la puerta de mi casa por la noche. No les abrí porque acababan de secuestrar a una persona muy cercana a mí, también practicante. Para escapar de la persecución dejé mi
casa durante casi un año y me escondí en distintos sitios hasta que fui secuestrada por segunda vez en febrero de 2003.

Durante ese tiempo, la policía fue a casa de mis padres preguntando por mi paradero, lo que incrementó la preocupación de mi familia notablemente. Ese mismo año fallecieron mis padres.

La persecución me separó de mi familia, y mi esposo se divorció de mí en 2010. Mi segunda hermana falleció en junio de 2011. Yo ya estaba en la lista negra del PCCh y no pude regresar a China para estar a su lado.

En mayo de 2006, vine a España en un viaje de negocios. Dos meses después, en julio de 2006, la policía del PCCh fue nuevamente a mi casa en China para intentar secuestrarme. Afortunadamente, yo ya estaba en España donde solicité asilo y protección internacional.

Antes del Festival de la Luna de este año (2018) los empleados enviados por el Comité Político y Legal del PCCh dijeron a mi hermana mayor que querían “transformar mi pensamiento” para que dejara la práctica y evitar que participe en las actividades de Falun Dafa.

Aquí me gustaría mencionar los nombres de dos compañeras de Falun Dafa perseguidas hasta la muerte por la violenta “transformación” del PCCh:

Zeng Xianmei, una practicante de Falun Dafa que conocí cuando fui detenida por primera vez en el Centro de Detención de Dalian. En la mañana del 9 de agosto de 2001, Zeng Xianmei fue capturada por la policía del PCCh cuando estaba haciendo tareas domésticas en la casa de su hija. La policía la interrogó, y evitó que su familia pudiera verla hasta que falleció. Zeng Xianmei murió en la tarde del 14 de agosto de 2001, a la edad de 63 años. Su cuerpo estaba cubierto de cicatrices.

Antes de que el PCCh persiguiera a Falun Gong, Ding Zhenfang abrió una librería en Dalian para vender libros de Falun Gong. Ding Zhenfang fue detenida ilegalmente por el Partido Comunista Chino muchas veces debido a su persistencia en la práctica. Fue perseguida hasta su muerte en la prisión provincial de mujeres de Liaoning el 1 de agosto de 2011 a los 61 años de edad.

La persecución del PCCh a Falun Gong aún continúa y los practicantes continúan recluidos en las cárceles del PCCh. Son sometidos a malos tratos y esclavitud porque insisten en sus propias creencias y se ven obligados a separarse de su familia. Hoy en día, el PCCh incluso está exportando su malvada persecución y extendiéndola a aquellos que se atreven a levantarse y exponer la verdad.

Falun Gong me dió paz interior

Cuando enfrenté varias dificultades, incluso cuando mi vida estuvo amenazada, me sentí optimista. El domingo pasado, un día lluvioso en Barcelona, me sucedió una historia que me permitió experimentar una vez más el poder de la paz producido por la fe.

Fui al parque de la Ciudadella para hacer la práctica. En los últimos 12 años, he pasado casi todas las mañanas de los domingos en este parque. Mis compañeros y yo vamos allí para experimentar la paz y la belleza que trajo Falun Gong. Cuando llegué al parque, de repente empezó a llover mucho. Algunos de mis compañeros se fueron. Otros nos quedamos. Aunque el cielo estaba muy oscuro en ese momento, entre las nubes oscuras pude ver que un rayo de sol brillaba sobre la tierra. Nos refugiamos bajo un gran árbol y leímos el libro de Falun Dafa, “Zhuan Falun” durante un rato. Sabíamos que la lluvia pasaría pronto, y podríamos volver a la práctica
como siempre. La lluvia se ha fue haciendo cada vez más ligera. Después de unos veinte minutos, el Sol volvió a brillar y las nubes oscuras desaparecieron. Terminamos los cinco ejercicios
bajo el cálido Sol del otoño, incluyendo la meditación.

Creo que esta experiencia fue una revelación para mí. Aunque a veces hay nubes, viento y lluvia, en ese momento, entre nosotros y el sol, sólo hay una capa de nubes oscuras. No podemos parar lo que debemos hacer debido a una nube oscura. No podemos dejar nuestra responsabilidad en manos de la sociedad por las interferencias.

Mi paz interior vino de mi fe. Creo que el Sol todavía brilla sobre nuestras cabezas cuando está oscuro, sólo estamos separados por una nube. La creencia recta es el poder que puede penetrar las nubes oscuras, puede ayudarnos a
creer en la luz antes de que se dispersen las nubes, para que podamos defender la justicia y luchar por avanzar con una actitud pacífica. Está en mi entendimiento que todo esfuerzo reducirá el mal y extenderá la justicia.

Su atención ayudará a España a liberarse de las amenazas y erosiones del mal y hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

La creencia recta trae paz, por favor ayude a detener la persecución.

Gracias por su paciencia y por escuchar mi corazón.

Saludos a usted y a su familia.

Fenghua Zhao

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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