El hombre que presuntamente estrelló un automóvil contra una barrera en el Capitolio de Estados Unidos, el 2 de abril, puede haber estado en medio de una crisis psicológica o bajo el efecto de las drogas, dice su familia.
Noah Green, de 25 años, estaba en medio de una crisis personal la noche antes de que supuestamente llevara a cabo el ataque, dijo su hermano, Brendan Green, al Washington Post.
Brendan Green, dos semanas antes del ataque le había brindado alojamiento a su hermano en su apartamento en Virginia, no obstante, más tarde recibió un mensaje de texto de Noah diciendo: “Lo siento, pero me voy a ir a vivir en las calles»
Noah Green jugó fútbol en la Universidad Christopher Newport, pero comenzó a mostrar signos de inestabilidad mental. En 2019 afirmó que un grupo de compañeros de equipo y de habitación lo habían drogado con Xanax. El exjugador había experimentado alucinaciones, problemas cardíacos y pensamientos suicidas, dijo su hermano. Agregó que esos síntomas podrían haberse presentado por el consumo de drogas o debido a una enfermedad mental
Green publicó en Facebook que seguía a la Nación del Islam y a su líder radical, Louis Farrakhan, según publicaciones archivadas antes de que el gigante de la tecnología eliminara la cuenta. Escribió el mes pasado que había dejado su trabajo debido a «aflicciones» y para buscar «un viaje espiritual» y estaba enfrentando «miedo, hambre, pérdida de riqueza». También afirmó que las agencias gubernamentales lo estaban envenenando y dijo que el gobierno de Estados Unidos era el «enemigo número uno de los negros».
«Lo que se puede ver de la presencia de Greene en las redes sociales sugiere que podría haber estado muy preocupado, pero no se debe descartar el terrorismo (ambos escenarios pueden ser ciertos a la vez)», escribió en Twitter Rita Katz, directora del Grupo de Inteligencia SITE.
Robert Contee, el jefe de policía de Washington, le dijo el viernes a la prensa que el incidente «no parece estar relacionado con el terrorismo, pero obviamente continuaremos investigando para ver si existe algún tipo de nexo en ese sentido».
El sitio web de la Nación del Islam no funcionaba correctamente el lunes, motivo por el cual no se pudo enviar una consulta. Farrakhan tiene un historial de comentarios racistas contra los blancos y los judíos. El grupo no parece haber comentado públicamente sobre el ataque al Capitolio.
En un comunicado al Washington Post, la familia de Green dijo que él «no era un terrorista de ninguna manera», pero que sufría de «depresión y una posible enfermedad mental» cuya causa pudo radicar en los golpes que recibió en la cabeza cuando jugaba fútbol americano.
Si bien las redes sociales de Green fueron eliminadas, aún permanece un perfil en Internet de su época como jugador de fútbol. En él, Green dice que tiene nueve hermanos, que sueña con unas vacaciones en Jamaica y que le hubiera gustado conocer a Malcolm X.
Después de estrellar el vehículo contra una barrera, Green salió del auto con un cuchillo en la mano y comenzó a correr agresivamente hacia un oficial, dijo Pittman. Fue abatido a tiros.
Un oficial murió en el ataque, William “Billy” Evans, un veterano que llevaba 18 años en la Policía del Capitolio de Estados Unidos.
«Por favor, tengan al oficial Evans y a su familia en sus pensamientos y oraciones», dijo la jefe interina de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, en un comunicado.
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