El presidente Joe Biden advirtió el martes a los líderes mundiales de los profundos peligros derivados del desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
Biden pronunció un discurso de apertura el 24 de septiembre ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en el que afirmó que los gobiernos tienen «la responsabilidad de preparar a nuestros ciudadanos para el futuro».
«En mi opinión, en los próximos dos a diez años veremos más cambios tecnológicos que en los últimos 50 años», afirmó Biden.
«La inteligencia artificial va a cambiar nuestras formas de vida, de trabajo y de guerra», añadió.
La advertencia de Biden llega en un momento de gran tensión internacional, con guerras en Europa del Este y Medio Oriente y la amenaza de estallar en el Indo-Pacífico.
Advirtió del uso de la IA para crear «severos riesgos, desde deepfakes a desinformación, pasando por nuevos patógenos o armas biológica».
Es más, países autoritarios como China, Irán, Corea del Norte y Rusia han intentado aprovechar la IA para aumentar sus esfuerzos por desestabilizar a Estados Unidos y sus aliados en el ámbito cibernético.
Los hackers chinos, por ejemplo, han utilizado la IA para hacerse pasar por votantes estadounidenses y organizar redes de cuentas de redes sociales semiautomatizadas con el fin de amplificar la desinformación aparentemente dirigida a aumentar la desconfianza y la enemistad entre los estadounidenses.
La injerencia extranjera maligna en las elecciones es solo uno de los peligros de la IA.
Los ejércitos de todo el mundo también están desplegando esta tecnología a una escala nunca vista. Tanto China como Estados Unidos están tratando de desplegar la IA, la automatización y la robótica en sus ejércitos.
Los altos mandos militares estadounidenses prevén un ejército predominantemente robótico en la próxima década. China, por su parte, ha empezado a desplegar buques totalmente automatizados y sin tripulación, incluidos algunos con capacidad para lanzar drones.
Estados Unidos se ha esforzado por desarrollar un marco político sólido que rija el desarrollo de la IA, y algunos legisladores han expresado su consternación por el hecho de que las audiencias y sesiones informativas de alto nivel no se hayan traducido en beneficios tangibles en el ámbito legislativo.
A nivel nacional, existe la creencia generalizada de que la IA también destruirá los empleos de oficinista sa una escala nunca vista.
El año pasado, Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, afirmó ante el Congreso que la IA probablemente desestabilizaría la sociedad y acabaría por destruir muchos de los puestos de trabajo que existen en la actualidad.
El senador Marco Rubio (R-Fla.) también dijo entonces, citando informes de seguridad clasificados, que la pérdida masiva de empleos administrativos probablemente desencadenaría una mayor desestabilización y malestar social.
Aun así, Biden dijo que las amenazas que plantea ahora la IA son probablemente solo «la punta del iceberg» de lo que está por venir, pero que «nada es seguro».
Para prepararse para las perturbaciones masivas en las sociedades y economías de todo el mundo, dijo, las naciones deben actuar «para garantizar la seguridad y fiabilidad de la IA» y «garantizar que la IA apoya, en lugar de socavar, los principios fundamentales de que la vida humana tiene valor y todos los seres humanos merecen dignidad».
«A medida que la IA se hace más poderosa, debe responder mejor a nuestras necesidades y valores colectivos», dijo Biden.
«Debemos asegurarnos de que las asombrosas capacidades de la IA se utilizarán para elevar y empoderar a la gente común, no para dar a los dictadores grilletes más poderosos sobre el espíritu humano».
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