El presidente Joe Biden dijo el martes que Estados Unidos impondrá sanciones «mucho más allá» de las que impuso Estados Unidos en 2014 tras la anexión de la península de Crimea.
«Este es el comienzo de una invasión rusa a Ucrania», dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca, lo que indica un cambio en la postura de su administración. «Continuaremos aumentando las sanciones si Rusia intensifica», agregó.
Las élites rusas y sus familiares también se enfrentarán pronto a sanciones, dijo Biden, y agregó que «Rusia pagará un precio aún más alto» si Moscú decide avanzar hacia Ucrania. También serán sancionados dos bancos rusos y la deuda soberana rusa, dijo.
Además en su discurso, Biden dijo que enviaría más tropas estadounidenses a los estados bálticos como medida «puramente defensiva» para reforzar las defensas de la OTAN en la zona.
Un día antes, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó el ingreso de tropas en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, tras un largo discurso en el que reconoció la independencia de ambas regiones. Las potencias occidentales condenaron la medida y comenzaron a imponer sanciones a determinadas personas rusas, mientras que Alemania anunció que detendría los planes para seguir adelante con el gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania.
En el país, Biden se enfrenta a presiones bipartidistas para tomar medidas más amplias contra Rusia luego de la decisión de Putin. Sin embargo, una encuesta reciente mostró que la mayoría de los estadounidenses cree que enviar tropas a Ucrania es una «mala idea», y una escasa minoría considera que es una buena idea.
Los 27 países de la Unión Europea acordaron por unanimidad una lista inicial de sanciones dirigidas a las autoridades rusas, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, y el jefe de asuntos exteriores de la UE, Josep Borrell, afirmó que el paquete «perjudicará mucho a Rusia».
El mismo martes, Borrell afirmó que las tropas rusas ya ingresaron a la región de Donbás, que comprende Donetsk y Lugansk, que están bajo el control de grupos prorrusos desde 2014.
Y el martes, el Parlamento ruso aprobó un plan respaldado por Putin para utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras de Rusia, mientras que Putin dijo además que Rusia confirmó que reconocería las fronteras expandidas de Lugansk y Donetsk.
«Reconocimos los estados», dijo el líder ruso. «Eso significa que reconocimos todos sus documentos fundamentales, incluida la constitución, donde está escrito que sus [fronteras] son los territorios en la época en que las dos regiones formaban parte de Ucrania».
Mientras tanto, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, el martes por la mañana volvió a restar importancia a la perspectiva de una invasión rusa y proclamó: «No habrá guerra».
«No habrá una guerra total contra Ucrania, y no habrá una amplia escalada por parte de Rusia. Si la hay, pondremos a Ucrania en pie de guerra», dijo en un discurso televisado.
La Casa Blanca comenzó a señalar que cambiaría su propia postura acerca de si es el comienzo de una invasión.
«Creemos que esto es, sí, el comienzo de una invasión, la última invasión de Rusia a Ucrania», dijo Jon Finer, asesor adjunto de seguridad nacional de la Casa Blanca en declaraciones públicas. «Una invasión es una invasión y eso es lo que está en marcha».
Durante semanas, los gobiernos occidentales han afirmado que Moscú invadiría a su vecino luego de que Rusia reuniera unas 150,000 tropas a lo largo de las fronteras de los países. Alegaron que el Kremlin intentaría encontrar un pretexto para atacar, mientras que algunos funcionarios dijeron el lunes que el discurso de Putin reconociendo las dos regiones era precisamente eso.
No obstante, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo a los periodistas el martes que la «última invasión» de Rusia a Ucrania está amenazando la estabilidad en la región, pero afirmó que Putin «todavía puede evitar una guerra completa y trágica».
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