El vicepresidente Joe Biden estaba entre la docena de funcionarios de la administración Obama que hicieron solicitudes a fines de 2016 o principios de 2017 para «desenmascarar» a Michael Flynn, el asesor de seguridad nacional entrante para el presidente electo Donald Trump, según reveló una lista desclasificada.
Biden hizo una solicitud el 12 de enero de 2017 para desenmascarar la identidad de Flynn, un teniente general retirado y exdirector de la Agencia de Inteligencia de Defensa.
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) envió la lista a Richard Grenell, director interino de inteligencia nacional, quien la transmitió a los legisladores el 13 de mayo.
Según Paul Nakasone, general del ejército de EE.UU., la lista que incluye a Biden era de funcionarios de la administración Obama que presentaron solicitudes a la NSA entre el 8 de noviembre de 2016 y el 31 de enero de 2017, «para desenmascarar la identidad del exasesor de seguridad nacional, el teniente general Michael T. Flynn (Veterano de EE.UU.)».
La lista de destinatarios «puede haber recibido la identidad del teniente general Flynn en respuesta a una solicitud procesada entre [esas fechas] para desenmascarar una identidad a la que se hizo referencia genéricamente en un informe de inteligencia extranjera de la NSA», dijo.
Cada persona que presentó solicitudes recibió el informe original, y el desenmascaramiento fue aprobado a través del proceso estándar de la NSA, dijo Nakasone. Los funcionarios de inteligencia no pueden confirmar que cada individuo en la lista vio la información desenmascarada.
Según la lista, treinta y nueve funcionarios en total presentaron solicitude.
El expresidente Barack Obama no está en la lista, pero una gran cantidad de personas que sirvieron en los niveles más altos de su administración lo están, incluyendo el exdirector de inteligencia nacional James Clapper, el exdirector de la CIA John Brennan, el exdirector del FBI James Comey y la exembajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Samantha Power.
Power hizo la mayoría de las solicitudes, con siete en total. Ella le dijo al Congreso en 2017 que no tenía «ningún recuerdo» de haber hecho ninguna solicitud de desenmascaramiento relacionada con Flynn.
Las agencias de inteligencia de EE.UU. recopilan habitualmente las comunicaciones de ciudadanos extranjeros bajo las autoridades otorgadas en la ley de vigilancia de inteligencia extranjera. Los nombres de los ciudadanos estadounidenses están «enmascarados» en dichos informes para proteger su privacidad. Ciertos funcionarios estadounidenses pueden solicitar formalmente el desenmascaramiento de las personas estadounidenses en estos informes de inteligencia. Las solicitudes de desenmascaramiento están sujetas a limitaciones y deben ser aprobadas por la agencia que produjo la inteligencia.
El embajador de Estados Unidos en Rusia, John Tefft, el embajador de Estados Unidos en Italia, John R. Phillips, el secretario del Tesoro, Jacob Lew, y el jefe de gabinete de Obama, Denis McDonough, se encontraban entre los otros funcionarios que presentaron al menos una solicitud.
Unas 11 identidades fueron tachadas.
Cuando se le preguntó a Biden el 12 de mayo sobre si conocía los movimientos que los funcionarios de inteligencia hicieron para investigar a Flynn, dijo: «No sé nada sobre esos movimientos para investigar a Michael Flynn».
Presionado sobre el asunto, respondió: “Pensé que me habías preguntado si tenía algo que ver con que fuera procesado. Lo siento».
«Estaba consciente de que había —que habían pedido una investigación», agregó. «Pero eso es todo lo que sé al respecto, y no pienso en otra cosa».
En una conferencia de prensa en Washington, el senador Rand Paul (R-Ky.) dijo a los periodistas que Biden fue «atrapado con las manos en la masa».
«Este es el vicepresidente Biden usando los poderes de espionaje de Estados Unidos para perseguir a un oponente político», dijo, preguntándose lo que Obama sabía.
Según mostró otro lote de documentos recientemente publicados, Obama conocía los detalles de las llamadas telefónicas interceptadas que involucraban a Flynn y Sergey Kislyak, el embajador ruso en Estados Unidos en ese momento.
Sally Yates, la fiscal general adjunta en ese momento, recordó una reunión del 5 de enero de 2017 donde estaban Obama, Biden, Comey y la entonces asesora de seguridad nacional, Susan Rice.
Obama les dijo que se había «enterado de la información sobre Flynn» y sus conversaciones con Kislyak. Yates dijo que le había sorprendido escuchar eso.
Yates «estaba tan sorprendida por la información que estaba escuchando que tuvo dificultades para procesarla y escuchar la conversación al mismo tiempo», escribieron los agentes del FBI que la entrevistaron en un informe sobre la entrevista.
Ivan Pentchoukov contribuyó a este informe.
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